Rajoy gana otra vez

El cielo plomizo obligaba a tener encendidas siempre las luces del despacho, a pesar de que las puertas blancas del gran ventanal estaban abiertas de par en par. Un otoño típico, pensó Mariano. Por la puerta se dibujó la figura de Soraya y un inmediato: «Buen día,...