Argentina: campaña con sorpresas

Sorpresa. Consternación. Entusiasmo. Asombro. El anuncio de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner de postularse como vicepresidenta de Alberto Fernández […]
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31 May, 2019
Alberto Fernández y Cristina Fernández., nov. 2007 | Foto de archivo, Presidencia de la Nación, Argentina

Articulo original en español. Traducción realizada por inteligencia artificial.

Sorpresa. Consternación. Entusiasmo. Asombro. El anuncio de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner de postularse como vicepresidenta de Alberto Fernández hizo temblar los cimientos de las alianzas políticas de cara a octubre. El microclima argentino fue un laberinto de emociones en los últimos diez días.

Alberto Fernández y Cristina Fernández., nov. 2007 | Foto de archivo, Presidencia de la Nación Argentina, vía WikiCommons

Alberto Fernández y Cristina Fernández., nov. 2007 | Foto de archivo, Presidencia de la Nación Argentina, vía WikiCommons

Luego del asombro petrificador siguió una secuencia de reuniones, llamados, guiños, señales, gestos. Toda mímica es plausible de lectura política por estos días. Es que los tiempos se acortan y la política está en movimiento. Los partidos tienen hasta el 12 de junio para inscribir las alianzas en la justicia electoral y hasta el 25 de junio para oficializar sus candidatos. Tanto oficialismo como oposición están intentando brindarle una opción electoral a una demanda social crecientemente insatisfecha con un contexto económico negativo y con las alternativas partidarias existentes.

¿Por qué tanto asombro con la nueva fórmula? Los analistas daban por supuesto que Cristina Fernández de Kirchner, con una candidatura crecientemente competitiva, tenía todos los incentivos para seguir adelante. El diagnóstico pareció ser otro. Tal vez ayude recordar una frase de Néstor Kirchner, acuñada en momentos de armar un frente en unas elecciones previas, cuando dijo: «Con el peronismo no alcanza, sin el peronismo no se puede». Sustitúyase, para los tiempos que corren, Cristina Fernández de Kirchner por peronismo y ahí habrá una respuesta. Es que la crisis económica argentina ha ido recortando las posiciones de Cambiemos e incrementando las posibilidades de victoria de un frente opositor. La intención de esta candidatura parece ser triple: a) contener al votante de CFK; b) facilitar la apertura al peronismo alternativo; y c) moderar el perfil de la coalición en vistas a la economía real.

¿Se está cumpliendo? Al día de hoy, la contención del votante kirchnerista se está verificando, la apertura al peronismo alternativo parece estancarse y la moderación es un aspiracional a consolidar. Habrá que aguardar un poco más para ver la correspondencia hay entre la idea y la acción.

La particularidad de esta fórmula es que no parece una decisión pensada para obtener el respaldo de la opinión pública, sino una decisión mirando la construcción política. La novedad es que mientras Néstor Kirchner construyó su poder desde el intercambio y la alianza, Cristina Kirchner supo hacer de la intransigencia una herramienta de construcción política. Hoy su estrategia parece tomar un nuevo rumbo.

Ellos mismos lo manifestaron; es una coalición electoral sí, pero con expectativas gubernamentales. El diagnóstico del kirchernismo es que el próximo gobierno se tendrá que conformar con los márgenes del cambio antes que hacer una refundación unilateral. De hecho, la situación electoral argentina parece llevar a un empate hegemónico, en que uno de los espacios tendría suficiente energía como para vetar los proyectos de otros, pero ninguno lograría reunir las fuerzas suficientes para dirigir el país como quisiera. Cambiar esta trayectoria parece haber influido en la decisión final.

Cuando se anunciaba la decisión, Cambiemos hacía frente a una incipiente rebelión de sus socios radicales y parecía pronosticar un conflicto. La presentación de la fórmula Fernández-Fernández frenó todo. El binomio opositor se convirtió en el centro gravitatorio de la política. No solo ordenó a la oposición, también lo hizo con el oficialismo. La amenaza electoral del kirchnerismo activó las fuerzas centrípetas de la alianza oficial. La diáspora se comienza a cerrar y la cohesión está en marcha. El oficialismo no tiene nada para regalar y mucho para recolectar. La definición sobre las candidaturas es inminente y las divisiones son un lujo caro para tirios y troyanos.

¿Tercero en discordia?

Cambiemos promueve la mayor cantidad de ofertas opositoras posible, sin disimulos. Luego de algunas especulaciones con que la fórmula Fernández-Fernández abriría la puerta a un gran frente peronista, el presidente recibió la semana pasada a los tres socios de Sergio Massa en Alternativa Federal: Juan Schiaretti, Miguel Pichetto y Juan Manuel Urtubey. Este martes 27 se reunieron los principales dirigentes de Alternativa Federal para acordar los términos de una interna. Roberto Lavagna, exministro de Economía de Néstor Kirchner y precandidato presidencial, aspira a ser respaldado sin ir a elecciones internas. La ambición parece desmedida para sus posibilidades. Parece el fin de las esperanzas frentistas.

Son semanas claves, a seguir de cerca. Muchas fichas han quedado del lado del oficialismo. Aún puede sorprender con la configuración de sus fórmulas y empujar los límites electorales para construir una alternativa competitiva de cara a octubre. La tercera vía parece destinada a un lugar menguante, pero su presencia es fundamental para la supervivencia oficialista, dado que tapona las posibilidades de un teórico triunfo opositor en primera vuelta.

Fuera de los pasillos de la política, el contexto electoral está marcado por el desencanto, el desánimo, la angustia y el miedo (son las frases más reiteradas en los estudios cualitativos que realizamos las últimas semanas). Con alternativas electorales poco atrayentes y preferencias electorales que se ordenan más por antipatías que por simpatías vamos a una elección con rumbo incierto, una elección entre un pasado que sigue siendo competitivo y un presente sin grandes triunfos.

 

 

Augusto Reina y Maximo Reina

Augusto Reina. Politólogo. Consultor político. Director de Doserre. Presidente de @AsacopArgentina ∷ Máximo Reina. Sociólogo. Consultor político especializado en opinión pública y diseño de estrategias de comunicación. Director de Doserre ∷ Ambos son coautores (en colaboración) del manual de marketing y comunicación política «Acciones para una buena comunicación de campañas electorales» (KAS, 2013).

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