Antes y después de las elecciones de Estados Unidos, las desinformaciones que relacionaron a Joe Biden con el régimen de Nicolás Maduro se viralizaron en redes sociales y cautivaron el voto latino en Florida. Ahora, las teorías del supuesto fraude electoral también incluyen la conexión con el castrochavismo.
Tras semanas de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, el presidente saliente Donald Trump sigue con su discurso de un supuesto fraude, sin demostrar pruebas de este y sin reconocer del todo el triunfo de su contrincante, el demócrata Joe Biden.
El discurso de Trump y de sus abogados enlaza una serie de teorías de conspiración que, en realidad, hicieron parte de la campaña presidencial y tiene como uno de sus principales ejes al castrochavismo y a los intereses del comunismo y del socialismo. Como se evidenció durante la campaña, el miedo a ese castrochavismo convenció a muchos electores latinos de Florida, especialmente cubanos, colombianos y venezolanos.
Cristina Tardáguila, directora adjunta del International Fact-Checking Network (IFCN), explica que en el Fact Chat, una alianza que reúne a los doce medios hispanohablantes en Estados Unidos, vieron cómo la desinformación fue segmentada. «En Pensilvania estaban las teorías del fraude electoral, mientras en Florida se insistía en la relación de Biden con políticos polémicos de Latinoamérica».
En ese caso, asegura Tardáguila, no solo evidenciaron las teorías del castrochavismo y la supuesta relación de Biden con el venezolano Nicolás Maduro, sino también del danielorteguismo, el presidente de Nicaragua.
El mayor peso de las desinformaciones estuvo en el socialismo de Biden y sus supuestas relaciones con Maduro. Yan Basset, director del Grupo de Estudios de la Democracia de la Universidad del Rosario en Bogotá, indica que “la noción de castrochavismo ha sido inventada para infundir temor hacia los candidatos de izquierda que se asimilan a un supuesto movimiento internacional autoritario cuya cabeza serían los gobiernos de Venezuela y de Cuba. Al uribismo en Colombia le funcionó muy bien para contener la candidatura de Petro en 2018, y por eso, muchos candidatos de derecha copiaron la receta».
Esa sombra del castrochavismo también apareció en las elecciones de México, Brasil y, con menos fuerza, en Argentina y en Chile con el reciente plebiscito por una nueva constitución.
En cuanto a Estados Unidos, durante la campaña fueron conocidas las relaciones entre Trump y algunos integrantes del Centro Democrático, partido del actual presidente Iván Duque. Incluso, el 27 de octubre pasado, el embajador de Estados Unidos en Colombia, Philip S. Goldberg escribió en Twitter: «el éxito de relaciones entre Estados Unidos y Colombia a lo largo de muchos años se ha basado en apoyo bipartidario. Insto a todos los políticos colombianos evitar involucrarse en las elecciones estadounidenses».
Pero la molestia del embajador Goldberg parece ser un llamado a no interferir en política en un solo sentido, ya que el propio Trump había publicado un trino en el que aseguraba: «Biden es un títere de los Castro-chavistas, tal como el loco Bernie (Sanders), AOC (Alexandra Ocasio Cortez) y la amante de Castro Karen Bass. Biden cuenta con el apoyo del socialista Gustavo Petro, un importante PERDEDOR y exlíder guerrillero del M-19. Biden es débil en el socialismo y traicionará a Colombia. ¡Estoy contigo!».
Además, el canal oficial de YouTube de Donald Trump publicó un video, en el que se asegura que «Biden es el candidato del castrochavismo». Ese discurso fue replicado en desinformaciones de portales como el Panam Post, una página web que toca temas de América, y otros menos conocidos, incluyendo páginas de noticias de Facebook o canales de noticia en Twitter, que usaron una foto, sacada de contexto, tomada en la posesión de Dilma Rouseff el 1 de enero de 2015, cuando Biden era vicepresidente.
En América Latina las desinformaciones se difunden en todo un abanico de canales:
- Facebook con sus páginas de noticias, grupos y perfiles individuales
- Twitter en cuentas de aparentes bots, de influenciadores y de políticos
- Tik Tok, un mundo no muy explorado para los verificadores de datos
- Cadenas de WhatsApp
- Youtube en videos de supuestos noticieros o youtubers
- Portales, algunos no muy conocidos y otros ya reconocidos por sus agendas políticas y por mezclar noticias reales, opiniones y desinformaciones
Es así como, usando las redes sociales para amplificar esos miedos, la campaña de Trump convenció a los electores latinoamericanos de Florida, pues el descalabro de Venezuela es muy llamativo mediáticamente. Esta vez, a diferencia de las elecciones de 2016, ganó Florida, incluyendo Miami.
Pero si antes de las elecciones el aparato de la desinformación se movió de una forma sincronizada, durante y después del 3 de noviembre, el castrochavismo siguió siendo parte del discurso de redes sociales y políticos.
Dos días después de las elecciones, el diario The New York Times publicó un reportaje en el que revelaba que en la noche de las elecciones proliferaron las publicaciones en redes sociales en español en las que denunciaban que al presidente Trump le habían robado la victoria. El artículo evidenciaba cómo en algunas cuentas en español con muchos seguidores hicieron el anuncio falso de que Trump había logrado una victoria temprana, que las redes sociales habían censurado su triunfo y que Biden había hecho trampa.
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Las teorías conspirativas del fraude, que aún son repetidas por Trump y sus abogados, fueron viralizadas en redes sociales por cuentas de Twitter y portales de Facebook.
The New York Times asegura que para «el 4 de noviembre, los expertos en desinformación como Quran compararon el diluvio de desinformación en español con una situación de emergencia e instaron a las plataformas de redes sociales a informar de manera retroactiva a quienes habían interactuado con ese contenido que las afirmaciones eran falsas. La desinformación tiene un gran alcance. En solo 24 horas, las noticias falsas en español habían generado un tráfico capaz de eclipsar incluso a la campaña de interferencia encabezada por la Agencia de Investigación de Internet de Rusia y respaldada por el Kremlin hace cuatro años».
Entre todo este panorama de las desinformaciones mencionaron un video publicado en Facebook por Mr. Capacho en Vivo, una supuesta página de noticias de Colombia con 40.000 seguidores en Facebook, que divulgó conspiraciones de QAnon y del fraude en las elecciones.
En Colombiacheck, un medio de comunicación dedicado al fact checking, que tiene una alianza con Facebook para combatir la desinformación, desde el 4 de noviembre hasta la fecha fueron desmentidas 13 desinformaciones acerca del supuesto fraude en las elecciones en Estados Unidos que circularon en redes y en portales. Precisamente, una de esas informaciones falsas o engañosas era una publicación de Mr. Capacho, que denunciaba muertos que supuestamente votaron a favor de Biden. Esto también fue difundido en redes en cuentas como Latinos por Trump.
Mr. Capacho, que no solo tiene página en Facebook sino un portal web abierto en noviembre del año pasado y un canal de Youtube, había difundido desinformaciones contra Bill Gates y las vacunas, George Soros, Hillary Clinton y el expresidente Obama. También ha publicado ampliamente columnas y desinformaciones que critican al socialismo o lo relacionan con los demócratas. Otra de esas informaciones que replicó este portal es la que señalaba al fundador de Black Lives Matter como «un partidario abierto del dictador socialista venezolano Maduro» o que tildaban a Biden como socialista.
Como este portal hay muchos más que han difundido estas teorías de conspiración acerca del castrochavismo. Las teorías del fraude han sido avivadas por las declaraciones de los abogados de Trump, que en noviembre pasado dieron una rueda de prensa y denunciaron que el voto fue pirateado, gracias a una tecnología desarrollada por Hugo Chávez en Venezuela. Rudy Giuliani, el abogado personal de Trump, ha insistido en que «una empresa propiedad de afiliados de Chávez y Maduro» amañó las elecciones. Se trata de Dominion, una empresa con sede en Canadá. Sin embargo, diversos verificadores de datos como Politifac, Factcheck.org y AFP Factual, entre otros, explicaron que esto era falso.
El martes 9 de diciembre, la Corte Suprema de Estados Unidos le infligió un duro revés al presidente Donald Trump y a sus teorías conspirativas al rechazar una solicitud del Partido Republicano que buscaba revertir la certificación de la victoria del presidente electo Joe Biden en el estado de Pensilvania.
Con este panorama se espera que Biden se posesione como presidente de Estados Unidos en enero próximo y que el fantasma del castrochavismo sea exorcizado del panorama electoral de Estados Unidos, aunque puede trasladarse a otros países.