Fredy Vargas Lama nos invita a conocer en sus reflexiones la importancia de los elementos identitarios que representan a la sociedad peruana. La apertura de Latinoamérica hacia el hemisferio oriental, las apreciaciones que se tienen sobre Europa y Estados Unidos en distintos países de América Latina, la actual crisis de la representación política y la amenaza a la democracia latinoamericana, así como la poca factibilidad en los modelos de desarrollo frente a la pobreza, son temas de esta conversación.
El proceso de colonización vino a marcar un antes y un después en la historia de la identidad latinoamericana, en un contexto en el que las imposiciones, las pugnas por territorios, las ideas nacionalistas, los preceptos religiosos y la estructuración de la sociedad reforzaron el devenir de este continente.
Hoy la construcción de la identidad latinoamericana implica más que circunscripción histórica; es un proceso al que se vinculan otros factores que también han transformado las realidades socioculturales, a decir la política, la economía y la globalización, alterando o enriqueciendo los escenarios nacionales.
Retos de la identidad peruana
Fredy Vargas Lamas nos acerca a los retos de la identidad latinoamericana, especialmente la peruana, de cara a la tercera década del siglo xxi. Las aperturas comerciales con el hemisferio oriental y el nuevo orden mundial. Las distintas maneras en que los latinoamericanos miran a Europa y a Estados Unidos. La debilitada institucionalidad y liderazgo político. La aguda brecha de desigualdad presente en el continente debido a los modelos de desarrollo. Y el riesgo latente del crecimiento de los autoritarismos en la región.
Reconocido docente peruano, se ha destacado como investigador en estrategia y prospectiva en Colombia, Costa Rica y Perú. Es consultor académico de universidades en América y Asia, directivo en empresas del sector público y privado latinoamericano, con más de diecisiete años de experiencia laboral en planeamiento estratégico, desarrollo económico, evaluación de proyectos de inversión, innovación tecnológica y cooperación internacional. Fue director nacional de Prospectiva del gobierno peruano, negociador del tlc con Estados Unidos en el aspecto laboral, asesor del ministro de Trabajo del Perú y gerente técnico del Proceso de Transferencia de Gobierno. Economista con maestría en Prospectiva y Pensamiento Estratégico, maestría en Administración Estratégica de Empresas, posgrado en Proyectos de Inversión, Negocios de Telecomunicaciones y Project Management Mastery de la Universidad de Stanford, es miembro de asociaciones profesionales internacionales de riesgos, fraudes, auditoría (acfe, iia, cfca), economía (aea), y representante del Nodo Colombia en el Millenium Project.

En cuanto a identidad, ¿cuál es su primera reflexión sobre el término?
-Cuando escucho la palabra identidad lo primero que viene a mi mente es cultura como reflejo del conjunto vivo de tradiciones, herencia, valores que van conformando las bases de un grupo social específico; pero, a la vez, es un sincretismo entre lo cognitivo racional y lo emocional sentimental. Esto debido a que el ser humano en su identidad guarda no solo patrones de información, sino un conjunto de sensaciones y emociones y sentimientos que pueden ser de carácter individual, pero también pueden tener un componente comunitario muy fuerte.
En el caso de América Latina, el término identidad denota una construcción que se está desarrollando a lo largo del tiempo y que aún no logra un equilibrio, debido a sus múltiples dinámicas y cambios que iniciaron en el mestizaje y el contacto de América con Europa y que no han parado a lo largo de cinco siglos. Así mismo, denotan un conjunto de experiencias acumulativas que conceptualiza cada una de nuestras naciones en la región, las cuales tienen un mix distinto de mestizaje y una herencia cultural asimismo variada. Ejemplo de esto es mi patria, el Perú, donde nací, que tiene un componente mestizo con rasgos indígenas y afroperuanos mucho más fuertes de lo que uno puede encontrar en Colombia, que es mi patria adoptiva, donde uno encuentra un componente criollo derivado de las tradiciones españolas bastante más puro en ese sentido. Creo que todo esto tiene un impacto directo en la conceptualización de la civilización para cada uno de nosotros, que lo entiende en una forma diversa, como dicen los antropólogos, pero que a la vez plantea miradas diferentes respecto al futuro.
Identidad
El término identidad denota una construcción que se está desarrollando a lo largo del tiempo y que aún no logra un equilibrio, debido a sus múltiples dinámicas y cambios que iniciaron en el mestizaje y el contacto de América con Europa y que no han parado a lo largo de cinco siglos.
¿Cómo es el discurso sobre la identidad en el Perú?
-En el caso peruano, el discurso sobre la identidad ha ido variando a lo largo del tiempo. A comienzos del siglo xx, el discurso estaba mucho más orientado hacia un reemplazo de la cultura occidental por las antiguas tradiciones e identidad de los pobladores peruanos originarios y de los mestizos. Pese a ello, se da una revalorización fuerte del papel del indígena y del mestizo como identidades propias nacionales, en el primer indigenismo de la primera mitad del siglo xx. Sin embargo, el papel del indio y de toda su presencia en lo que se podría conocer como cultura, hacia mediados del siglo xx aún era visto como un producto secundario. Y no fue sino hasta después del gobierno militar de Juan Velasco Alvarado que este mestizaje no se escondió debajo de las alfombras, sino que denotó el nacimiento de un nuevo país que está en sus albores de formación. Durante los años ochenta y noventa, la identidad relacionada al mestizo sufrió una alta discriminación al tratar de lograr un nuevo papel dentro de la sociedad peruana, y no fue sino hasta el surgimiento de una nueva clase empresarial emergente, con bases evidentemente andinas y mestizas, que logró tener un reconocimiento real hacia finales de los años noventa. En el caso del Perú, en concreto, hoy podemos afirmar que la identidad se encuentra afectada no solo en lo práctico, sino también en lo semiótico: existe en este momento una búsqueda seria de elementos simbólicos que representen lo que es ser peruano en la tercera década del siglo xxi.
Occidente y Oriente, nuevos escenarios en América Latina
¿Términos como occidental están oscilando en el discurso peruano sobre la identidad?
-En mi modesta opinión, no está tan claro el tema de poder generar un discurso hacia lo occidental versus lo indígena en este momento en el Perú. Más bien, se presenta una creación propia con fuerte influencia occidental, pero con bases y sustrato en lo nacional, en lo que implica ser peruano, con este mix mestizo que trata de conglomerar una nueva idea. Sin embargo, es un punto interesante para investigar hacia futuro, porque podría ser uno de los paradigmas a explorar en la creación de futuros nacionales. ¿Necesitamos sentirnos occidentales? No lo sé, creo que no en el sentido estricto.
En su opinión: ¿América Latina es parte del hemisferio occidental y, de ser así, por qué?
-Claramente está localizada en el hemisferio occidental y comparte en gran medida valores culturales y sociales que han venido a nosotros tanto en la época de la colonia, por la influencia española, como en la época republicana, en la cual las grandes naciones del orbe, fundamentalmente las de Europa Occidental y Estados Unidos —en los siglos xix y xx, respectivamente— han influido en el desarrollo político social y económico en nuestras naciones. Sin embargo, hoy en día, en algunas naciones de América Latina se siente no una desconexión con el hemisferio occidental, sino una apertura hacia el hemisferio oriental, como un nuevo horizonte a explorar en el mediano plazo. Esto, dada la influencia y el desarrollo tan importante que está teniendo Asia hoy en día.
Hoy en día, en algunas naciones de América Latina se siente no una desconexión con el hemisferio occidental, sino una apertura hacia el hemisferio oriental, como un nuevo horizonte a explorar en el mediano plazo.
¿Existe diferencia en cómo la gente en Perú, y en América Latina en general, perciben a Europa y Estados Unidos?
-En América Latina hay distintas percepciones respecto a Europa y Estados Unidos, dependiendo de cuáles sean los países que uno analice. En casos como el peruano se siente un equilibrio de participación y de relación exterior entre lo que puede ser la interacción entre Perú y Europa y Perú y Estados Unidos; en casos como el colombiano o el chileno, claramente el peso que tiene Estados Unidos, tanto en política exterior como en todos los aspectos relacionados a cultura y sociedad, es mucho más amplio que lo que puede observarse con Europa. El caso de Argentina, Uruguay y Brasil es diferente, dado que por razones étnicas, culturales y sociales la relación con Europa siempre históricamente ha sido mucho más fluida que con Estados Unidos.
Quiebre de la democracia y los modelos de desarrollo en América Latina
La democracia está amenazada en Perú y en varias otras partes de América Latina. ¿Se soltará el continente del resto del mundo democrático?
-En América Latina estamos sufriendo un quiebre en el contrato social, como nos decía Jean Jacques Rousseau. El ciudadano no se siente representado por sus líderes; adicionalmente, siente una desconexión absoluta con los generadores de capital, entre ellos el empresariado, quienes a su vez tienen una amplia desconfianza del ciudadano y del gobierno. Finalmente, el gobierno brinda más servicios a los ciudadanos y a las empresas, lo que es visto como una carga para todos. Lo anterior genera un caldo de cultivo perfecto para las rebeliones, insurrecciones y populismos, como nos dice Levitsky en sus libros. Y si bien todos estos fenómenos son comunes en varias partes del mundo, y no son exclusivos de América Latina o el mundo emergente, en nuestro continente cobran una especial relevancia, dado que esta ruptura del contrato social se refleja en violencia e irrespeto por las débiles instituciones de cada una de nuestras naciones, y es un riesgo latente el crecimiento de los autoritarismos en la región.
Es complicado que en el mundo de democracias capitalistas se generen golpes de Estado, pero existe por el contrario una cooptación del poder por grupos que buscan intereses particulares y, en algunos casos, incluso intereses que pueden estar al margen de la ley. Creo firmemente que esto va a pasar en los próximos meses y años en toda la región y es algo contra lo que tenemos que luchar firmemente, para evitar desbordes populares o quiebres institucionales que nadie desea. Pero para ello es necesario trabajar fuertemente en reducción de la pobreza, reducción de la inequidad en la región y el desarrollo de instituciones sólidas que puedan concebir lineamientos de políticas de Estado de largo plazo.
En mi opinión, los países democráticos y libres, cuyo orden se basa en el reconocimiento de los derechos humanos, forman una gran familia que incluye América Latina, Europa, América del Norte, Australia y Nueva Zelanda, y también Japón, Corea y Taiwán.
¿Se perciben las personas en América Latina como parte de esta familia global libre?
-Siguiendo un poco a Harari, podemos decir que los derechos humanos son una de las más importantes creaciones artificiales que ha tenido el hombre, puesto que no son biológicos, pero nos permiten vivir en una sociedad armoniosa. Lo mismo sucede con el contar con Estados eficientes que trabajen por el bien del ciudadano, como nos decía Pierre Bourdieu. Ambos son requisitos para la construcción de democracias realmente libres y sólidas; más allá de ello, hace falta un tercer elemento, que es la institucionalidad, que no solamente debe de incluir las normas escritas, sino la institucional informal, que refleje el conjunto de creencias de una nación, como nos decía Douglas North. Finalmente, para esa construcción es necesario un ciudadano que entienda el valor de lo colectivo y de lo que implica vivir en una república, que también es suya, como nos dice Alberto Vergara.
Respecto a si somos parte de una familia global libre, nuevamente depende del grupo de países que uno analice. Los países de la Alianza del Pacífico claramente van en esa línea, y a estos yo sumaría algunas naciones como Uruguay, que especialmente está dirigido hacia este propósito, pero es un camino aún por recorrer en toda la región. El respeto irrestricto por los derechos humanos tiene que ser una de las banderas a desarrollar en los próximos años.
Futuro de Latinoamérica: sostenibilidad social económica y ambiental
¿Hacia dónde se dirige el continente, en su opinión? Asia ha estado en las noticias durante décadas como la estrella en ascenso, mientras que las noticias provenientes de muchas partes de América Latina, por otro lado, no son tranquilizadoras.
-América Latina se encuentra en un momento muy especial, en el que se están generando quiebres estructurales en lo social, en lo político y en lo económico. Un momento en el que se están desnudando las carencias que hemos tenido en nuestros modelos de desarrollo y de crecimiento en las últimas décadas. La institucionalidad se ve corta de cara a las necesidades de la población, y se desafía todo.
Se están desnudando las carencias que hemos tenido en nuestros modelos de desarrollo y de crecimiento en las últimas décadas. La institucionalidad se ve corta de cara a las necesidades de la población
Existen muchas voces en los países que han tenido un crecimiento económico muy grande, respecto a mantener el statu quo de las cosas versus otras voces que lo quieren cambiar todo, dado el infeliz resultado de la falta de equidad y de crecimiento, así como el aumento del producto interno bruto en los últimos veinte años. Sin embargo, probablemente la mejor salida no sea ni una ni otra, sino una intermedia, en la cual realmente podamos aspirar a un desarrollo con una economía liberal, en todo el sentido de la palabra, pero más justa y solidaria con todos. Esta visión intermedia es totalmente factible y posible y es adicionalmente la que necesitamos para darle el componente de sostenibilidad social, económica y ambiental a nuestro desarrollo.
¿Qué puede aprender el resto del mundo de América Latina?
-Pues es una pregunta muy amplia y bonita. Diría que del pasado puede aprender cómo con determinación, solidaridad y mirada puesta en el futuro se pudieron dominar las difíciles condiciones geográficas que tocaron a nuestros pobladores originarios. Del presente, que pese a las múltiples dificultades que tiene nuestra población en el día a día para crecer y darles lo mejor posible a los suyos, siempre el espíritu de lucha y perseverancia está detrás. Y del futuro, creo firmemente que el mundo aprenderá que los latinoamericanos también tenemos la posibilidad de soñar y de crear una sociedad más justa y próspera para todos.
La definición de la identidad guarda una vinculación estrecha con las actuaciones políticas y el desarrollo económico de las naciones, así como con las interacciones dentro del marco de la globalización. Se trata, entonces, de un sistema identitario compuesto por una serie de elementos complejos que dan vida a esta multiculturalidad que muta en su construcción y deconstrucción continua, y que se evidencia en los quiebres y manifestaciones sociales de distintas ideologías y eventos de crisis política o crisis económica que se repiten en muchas de las realidades que acompañan a la sociedad latinoamericana hasta ahora. Esto nos deja ver la necesidad de una verdadera unión para afrontar los desafíos que traen la globalización y los cambios en la economía mundial, los problemas ambientales y el combate a la pobreza en el mundo.
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