Participación política local en China o el mito de la democracia popular

El poder centralizador del Partido Comunista es articulado por un denso entramado burocrático territorial donde coexisten el socialismo con características chinas y una economía de mercado socialista. ¿Cómo es el modelo democrático local con características chinas?
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28 Sep, 2022
Dragón chino. Fuente: Otras políticas

Articulo original en español. Traducción realizada por inteligencia artificial.

En vísperas del XX Congreso del Partido Comunista Chino, a celebrarse en octubre próximo, Xi Jinping refuerza su estrategia dirigida al fortalecimiento de una nueva etapa del socialismo con características chinas.

Como lo refrendaba la resolución del Comité Central del PCCh emitida el pasado noviembre de 2021, el partido es el motor de la historia y de los logros del país. Sin embargo, las aspiraciones de Xi para extender su mandato por otro período se enfrentan no solo a los cuestionamientos internos de la élite política del partido, sino, además, a las consecuencias económicas de la pandemia de covid-19, las implicaciones de la postura del régimen chino frente a la invasión de Ucrania, y las crisis de Hong Kong, Taiwán y los uigures.

China aspira a cerrar la brecha para posicionarse como la nación más poderosa, tanto política como económicamente. Mientras, las grandes potencias occidentales enfrentan la amenaza iliberal que erosiona sus democracias. Sin embargo, el camino de Xi no está del todo resuelto a su favor, considerando los efectos que a lo interno sigue teniendo su férrea política en el manejo de la pandemia, y las repercusiones locales de esta, que han generado desasosiego entre la población, además de severas consecuencias económicas.

Complejidad administrativa del modelo chino

Una nación con las características demográficas que presenta China se traduce en grandes retos para el control político. El modelo chino se justifica en la complejidad cultural de su población por lo que en el desarrollo de su sistema político este ocupa un lugar relevante. La centralización político-administrativa está atravesada por el dominio ideológico del partido, sin importar que existan partidos menores o satélites, cuya labor es más de relevo que de influencia política. En otras palabras, una estructura fundamentada en el poder centralizador del PCCh, donde coexisten el socialismo con características chinas y una economía de mercado socialista.

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El sistema de gobierno local está compuesto por 34 territorios de nivel superior, 23 provincias, 5 regiones autónomas, 4 municipios y 2 regiones administrativas especiales (Tibet, Uigur de Xinjiang, Mongolia, Hui de Ningxia y Zhuang de Guangxi), se reproduce un mecanismo jerarquizado de control político donde conviven los poderes locales con las estructuras administrativas centralizadas bajo la vigilancia del partido. Un modelo de gestión política donde las autoridades locales interactúan con los niveles de autoridad central en un complejo entramado burocrático de 333 prefecturas, 2862 condados o distritos y 41.636 municipalidades.

Gráfico: República Popular China: divisiones administrativas y disputas territoriales

República Popular China: divisiones administrativas y disputas territoriales

Fuente: Wikipedia, CC BY-SA 3.0,

¿Democracia en lo local?

Ahora bien, mientras desde Occidente observamos un patrón que antagoniza con la noción de democracia como forma de gobierno electo por el pueblo mediante un proceso competitivo, en China la democracia popular presenta rasgos diferentes. Se trata de un sistema de cooperación y de consulta política pluripartidistas bajo el control del Partido Comunista Chino, en el que los ciudadanos desarrollan prácticas democráticas que incluyen la participación en asuntos locales.

Sin embargo, aun cuando hay quienes consideran que estas son suficientes como expresiones democráticas, a su vez reconocen que no se reproducen en los niveles superiores del sistema, tratándose entonces de una práctica circunscrita al ámbito subcentral. Especialistas como John Keane rechazan la descripción autoritaria del régimen chino pero reconocen que la membresía del PCCh solo representa el 7 % de la población del país, lo que denota un sistema que no guarda relación alguna con la democracia, desde el punto de vista de la participación y representatividad.

Se trata entonces de un modelo político que perpetúa la idea de un país bajo dos sistemas, un régimen socialista de partido único que promueve la noción de democracia tutelada.

Oficinas de calle

Según su marco jurídico, el sistema de autogobierno comienza con los comités de residentes. El nivel más bajo de gobierno es la oficina de calle, que tiene bajo su responsabilidad el monitoreo de comunidades residenciales y que, a su vez, reporta al gobierno municipal. Estos comités se consideran como una extensión del PCCh, una característica transversal en las expresiones de autogobierno y participación política que observamos. En un sistema que privilegia el control centralizado de la participación, con capas jerárquicas de poder que se van reduciendo hasta llegar a las élites que controlan el sistema.

Ciudadano chino y libros sobre Jinping de fondo. Fuente: AP / Noticias del Mundo
Ciudadano chino y libros sobre Jinping de fondo. Fuente: AP / Noticias del Mundo

Uno de los rasgos distintivos del sistema político chino es su aversión a la competitividad electoral. Es un régimen que permite la participación y deliberación local, mientras reserva el control de las decisiones políticas para las élites del PCCh. Es una versión (cuestionable) de democracia localista como mecanismo de protección de los cimientos del sistema de partido único de élites, una suerte de válvula de escape para las aspiraciones de participación y deliberación. Esto ha llevado a plantearse la idea de la democracia china como un modelo que hace concesiones a nivel local donde se generan niveles aceptables de satisfacción, sin que sea necesario expandirlo hacia los niveles superiores.

La democracia como espejismo

El debate sobre si la democracia en China es una creación legítima pasa por alto el uso de medidas descentralizadoras que, en procura de una desconcentración administrativa, aspiran a responder a coyunturas financieras y fiscales periódicas.

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A los avances y retrocesos en los procesos de descentralización se les suman los cambios demográficos, producto del acelerado crecimiento económico. Esto se refleja en el abandono de zonas rurales en busca de mejores oportunidades en las grandes ciudades, y en el subsecuente incremento de la pobreza.

En este escenario resulta conveniente aproximarse a la democracia local china como una experiencia que reduce la participación y la deliberación políticas al ámbito local, para limitar las decisiones políticas nacionales al espacio controlado por las élites del PCCh. El reconocimiento de su naturaleza no democrática, por tratarse de un régimen de partido único sin elección directa ni participación plural, está acompañado además de la convicción de que la participación y deliberación política local genera satisfacción suficiente y que hace innecesaria la aspiración de democratización aguas arriba del régimen político en China.

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María Isabel Puerta Riera

Doctora en Ciencias Sociales. Magíster en Ciencia Política y Administración Pública. Profesora adjunta en el Valencia College. Autora del libro «Crisis de la democracia: ¿en el umbral de la posdemocracia?» (2021)

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