El 14 de febrero de 2021, el Estado de Honduras recibió la solicitud de Estados Unidos para la extradición del expresidente Juan Orlando Hernández, por suponerlo responsable de colaborar con el narcotráfico y el crimen organizado, propiciando el envío de drogas a su territorio. El 15 de febrero de 2021, la Corte Suprema de Justicia emitió la orden de prisión preventiva y designó al juez natural que llevará el caso.
El proceso
El expresidente fue requerido en su vivienda de Tegucigalpa y trasladado al comando especial de la Policía. Para proteger su seguridad e integridad, no estará recluido en una prisión estatal. En virtud de lo que emana la ley, el 16 de febrero se dictó la audiencia inicial para presentar los requerimientos que imputan a Hernández. Ese día, el juez natural estableció que la próxima audiencia será el 16 de marzo de 2021 y se hará un estudio del caso para determinar si es admisible la extradición. No se descarta que en dicha audiencia se solicite ampliación de tiempo para dar prórroga al caso.
De suponer que la orden de extradición es admisible, Juan Hernández tiene el derecho de una apelación ante el pleno de la Corte Suprema de Justicia. Si se llegase a admitir el recurso de apelación, significa que se deniega la orden de extradición y Hernández tendría que ser puesto en libertad. En caso contrario, si se llegase a denegar el recurso de apelación, se estaría aprobando la solicitud de extradición a Estados Unidos y el juez natural tendría que emitir la orden de entrega.
En caso de que el expediente de Hernández tuviese requerimientos fiscales pendientes con la justicia hondureña y que hayan sido presentados previo a la solicitud de extradición, no podría ser enviado a Estados Unidos hasta pagar sus delitos en Honduras.
¿Quién es Juan Orlando Hernández?
Nació el 28 de junio de 1968 (53 años de edad) en el municipio de Gracias, en el departamento de Lempira (zona de la ruta lenca-maya hondureña). Obtuvo su título de licenciado en Ciencias Jurídicas en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras. Desde muy joven comenzó su carrera política en las filas del Partido Nacional de Honduras (PN), donde rápidamente demostró su vocación política y capacidad de liderazgo. En 1998 se convirtió en diputado propietario del Congreso Nacional y este hecho marcó el inicio de una carrera de ascenso.
Los conflictos que experimentó la nación a consecuencia del golpe de Estado del 28 de junio de 2009, aunados con las disputas y divisiones del Partido Liberal (que era gobierno en ese entonces), facilitaron la consolidación del PN y de Hernández en el sistema político del país.
Entre 2010 y 2014 estuvo a cargo de la presidencia del Congreso Nacional. En ese periodo se impulsaron algunas iniciativas controversiales, como la destitución de los magistrados de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, la intervención del Ministerio Público, la sustitución del fiscal general y la derogación de los artículos pétreos de la Constitución que impedían la reelección presidencial, entre otras. Sin embargo, se aprobó la reforma al artículo 102 constitucional que permite la extradición de hondureños por delitos relacionados con narcotráfico y terrorismo, cuando existe un tratado o convenio con el país solicitante.
Un giro en el panorama
En las elecciones generales de 2013 dio un paso significativo al convertirse en el presidente de la República para el periodo 2014-2018, forjando la segunda victoria consecutiva del PN. Posteriormente se postuló para la reelección presidencial con el favor de las leyes que se habían modificado durante su gestión en el Congreso Nacional. En medio de un controversial proceso electoral realizado en noviembre de 2017 (del cual continúan las denuncias de fraude y acusaciones de delitos por traición a la patria), el Tribunal Superior Electoral declaró la victoria de Hernández y se oficializó la reelección presidencial para el periodo 2018-2022.
Con el giro hacia un nuevo gobierno para 2022-2026 y la investidura de la presidenta Xiomara Castro, del partido Libertad y Refundación (opositor del PN durante la última década), se instauran nuevas autoridades gubernamentales y se propician cambios en la política exterior de Honduras.
Dos escenarios controversiales
La trayectoria de Hernández presenta dos particularidades: por un lado ayudó a la extradición de varios narcotraficantes hondureños a Estados Unidos y a la disminución del trasiego de la droga en su país; por el otro lado de la moneda, figuran constantes denuncias y testimonios de operadores de justicia, políticos e incluso narcotraficantes que vinculan a Hernández con acciones ilícitas de narcotráfico.
El 30 de marzo de 2021 se dictó sentencia en una corte de Nueva York contra Juan Antonio Hernández Alvarado (hermano del expresidente), que paga una condena de cadena perpetua más treinta años de prisión por los delitos de conspirar para transportar drogas al territorio estadounidense, conspirar para usar armas y dispositivos destructivos y hacer declaraciones falsas ante la justicia estadounidense. Ante esto surge una gran interrogante: ¿Juan Orlando Hernández era ajeno a los delitos que se le imputan a su hermano o conspiró con el narcotráfico para su ascenso?
El caso sigue su curso y refleja la necesidad de hacer una pausa para reflexionar sobre el quehacer político centroamericano y la condición de sus sistemas de Estado de derecho.