Sergio Castaño: “Irán estudió perfectamente a América Latina”

Sergio Castaño: “Irán estudió perfectamente a América Latina”

El analista español visitó Montevideo para presentar el último DP Enfoque: El poder blando de Irán en América Latina: HispanTV.

Por: Redacción23 Ago, 2024
Lectura: 8 min.
Sergio Castaño: “Irán estudió perfectamente a América Latina”
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Artículo original en español. Traducción realizada por inteligencia artificial.

La Fundación Konrad Adenauer recibió el miércoles al profesor español Sergio Castaño, que presentó el último DP Enfoque El poder blando de Irán en América Latina: HispanTV.

Castaño, que es analista político, doctor en Ciencias Sociales por la Universidad de Valladolid y profesor en la Universidad Internacional de La Rioja, ahora también es parte de la red de autores de Diálogo Político.

Sus estudios en el tema iniciaron al investigar la relación entre la Unión Europea y los países árabes y musulmanes y los movimientos políticos del islam. Cuenta que, así, recibió en 2015 un mensaje en X en el que el medio iraní HispanTV lo invitaba a colaborar como analista a cambio de “una oferta económica interesante”.

Algunas cosas llamaron su atención, como el apoyo al independentismo catalán en España o al partido político Podemos, que llevó a Pablo Iglesias a la vicepresidencia de ese país en 2020. “¿Cómo llega Podemos al gobierno?”, se pregunta Castaño. No duda que el espacio brindado por HispanTV haya influenciado la popularidad de Iglesias.

Mediante el medio de comunicación dirigido a los hispanohablantes, Irán lleva adelante una estrategia de poder blando que busca instaurar una narrativa a su favor ante el mundo hispano. ¿Cuál es su objetivo?

Sergio Castaño en la presentación del DP Enfoque en Montevideo.

Ganar aliados

¿Por qué Latinoamérica debe mirar a Irán?

—Irán se está convirtiendo en un actor internacional muy relevante. Lleva veinte años buscando ganar relevancia. Irán tiene alianzas, sobre todo con China y Rusia, pero también en América Latina, como con Venezuela, Nicaragua y Cuba, incondicionales. Está desafiando Estados Unidos, que ya no tiene instrumentos más allá de las sanciones para poder arrinconar a Irán. Otros países, como ahora mismo Brasil o Colombia, también simpatizan con Irán por esa posición que han adoptado tanto Lula

[da Silva]
como Gustavo Petro contraria a los intereses de Estados Unidos. 

¿Cree que Irán estudia más a Latinoamérica que Latinoamérica a Irán? 

—Sí, muchísimo más. Irán tiene claro dónde tiene que desarrollar su actividad. No la puede desarrollar en Europa ni en Oriente Medio, porque está enemistado que la mayoría de los países vecinos, y tampoco en Norteamérica. Tiene un campo de acción en Asia y en América Latina. Irán ha estudiado perfectamente a todos los países de América Latina y sabe cuál es la estrategia que tiene que desarrollar. Por el contrario, en América Latina hay un total desconocimiento de Irán. No se diferencia lo que es Irán de Irak, no se diferencia lo que es un país árabe de Irán, un país persa. Esto también favorece mucho a que Irán pueda penetrar en América Latina. No hay una percepción negativa como la podemos tener en Europa o Estados Unidos, donde Irán se ha señalado como un enemigo a abatir. En Latinoamérica, no. Salvo el caso de Argentina, por los atentados del año 92 y 94

[ caso AMIA]

Contradicciones ideológicas

¿Cómo ha logrado Irán —confesional, conservador, muy dirigido hacia una sola orientación religiosa— generar vínculos con otros países que tienen sectores políticos más diversos, multiculturales? ¿Cómo se gesta ese vínculo?

—Irán lo tiene claro: hay que buscar un nexo, una narrativa para conectar con América Latina. Ese nexo está en la posición de los gobiernos de izquierda y de todos los partidos progresistas contra la hegemonía de Estados Unidos. Partiendo de esa lucha contra el imperialismo de países revolucionarios, como la revolución iraní, la revolución islámica y la revolución bolivariana, que impulsó Hugo Chávez, aunque no tengan nada que ver las dos revoluciones. Así fue construyendo estas alianzas. 

A partir de eso, Irán tiene que esforzarse para resultar atractivo. Hablamos de poder blando. Por eso hace tanta referencias al pasado persa, a la convivencia, a su modelo político basado en la religión, que intenta conectar con los países en los que hay una presencia de catolicismo mucho más fuerte. En comunidades basadas en principios de la familia, religiosos. Esas narrativas se va trasladando para que Irán pueda ser un país amable. Es muy difícil que una cultura tan distante como es la de Irán pueda resultar atractiva para el ciudadano uruguayo, argentino o venezolano, que la desconocen. Cuando les hablas de que en Irán hay una serie de normas que obligan a las mujeres a llevar la cabeza cubierta o que impiden ciertas acciones sociales, que son normales en sus países y que no se pueden llevar a cabo en Irán, esto les resulta chocante. 

Sergio Castaño en la presentación del DP Enfoque en Montevideo.

Sin explicaciones

¿Qué concesiones internas hace Irán para que los ciudadanos toleren la cooperación con otros países tan diferentes?

—El régimen tiene un control total del país, que impide que la sociedad se pueda pronunciar. Cuanto hay manifestaciones, tienen los instrumentos para poder reprimir. Saben que hay una oposición importante dentro de Irán. El caso de Masha Amini fue clarísimo: hubo una semana de protestas y eso se cortó. No ha vuelto a haber nada más. Además, hay un control total de las redes sociales. Internet no funciona de forma libre, entonces para la población es muy difícil manifestarse, comunicarse. Es verdad que a través de VPN están empezando a tener cada vez más acceso al exterior, más contacto y más acceso a las redes sociales.

Pero para el gobierno no es necesario justificar sus acciones de política exterior. Es más, ni siquiera tienen que plantear la estrategia que están llevando a cabo en el América Latina, vinculándose con partidos de extrema izquierda que defienden unos postulados totalmente contrario a los principios de la República Islámica de Irán.

Igual que HispanTV en Latinoamérica, tienen muchos otros canales que todos dependen del líder supremo que es quien controla los medios de comunicación y la información. No hay medios alternativos, no hay medios de comunicación privados que puedan cuestionar lo que hace el gobierno. De modo que, salvo la información que puedan obtener del exterior a través de estas del software VPN, el resto de información la controla por completo el gobierno. Presentan una realidad internacional ajustada a los parámetros que quieren. 

En primera persona

¿Cómo ha sido la experiencia de trabajar para HispanTV?

—Nunca pensé que me fueran a llamar. Había terminado mi tesis doctoral dos años antes y en 2015 recibí un mensaje por Twitter en el que se me invitaban a trabajar en HispanTV. Irán todavía no había desplegado toda su estrategia, estaba en proceso. Tenía muchos intereses en España y América Latina. Pero, en este momento, no se presentaba como un canal tan sesgado, sino que querían dar voces a diferentes opiniones para confrontarlas. La idea siempre fue apoyar, en este caso, a Venezuela o partidos de izquierda. Pero intentaban que en sus programas hubiera cierta pluralidad.

A mí me extrañaba mucho que me siguieran llamando porque mis comentarios nunca fueron favorables ni al chavismo ni a Rafael Correa, en aquel momento todavía presente en Ecuador, ni a ninguno de los gobiernos progresistas o bolivarianos que había en América Latina. Tampoco a favor de Podemos, en España. 

¿Cómo fue el trato con el medio?

—Noté la opacidad de este canal en mi experiencia entre los estudios de Madrid, donde solía ir, y Tehran, en mi viaje de vacaciones a Irán. Me puse en contacto con la persona que me llamaba normalmente. Teníamos una comunicación bastante fluida. Pero cuando llegué a Irán, dejó de responder mis mensajes. No querían que fuera a los estudios de HispanTV. 

También me pareció extraño cuando, luego, desde HispanTV cada vez que me llamaban para una entrevista me avisaban: “Vamos a hablar de Palestina, sabes que la posición de la cadena es favorable Hamás, ¿vas a hablar en favor de Hamás?”. Apoyaban el independentismo catalán y me hacían lo mismo. Había una censura previa. Eso te impone una autocensura; saber que hay determinadas cuestiones en las que tienes que ser muy prudente para no ofender a nadie. Dejé de colaborar con ellos porque me dijeron que ya no tenían presupuesto para seguir pagando a los colaboradores. 

Bloque mundial alternativo

¿Cómo se proyecta que continuará esta estrategia de poder blando? 

—Va a seguir porque Irán necesita tener el apoyo del máximo número de países posible y la estrategia está funcionando. Es una estrategia conjunta con Venezuela, Rusia y China. La intención es apoyar la creación y la consolidación de un bloque internacional alternativo que le reste influencia a Estados Unidos.

En esa estrategia, Irán tiene unos intereses particulares: tener mayor presencia en algunos países y establecer relaciones comerciales. Está potenciando la diplomacia, han abierto embajadas. 

Creo que va a terminar dando sus frutos porque, a pesar de los cambios bruscos en América Latina, que hemos visto en Ecuador, Argentina, Brasil, siempre van a haber gobiernos que en algún momento van a tratar de alejar de Estados Unidos y aproximarse a ese bloque mundial alternativo. 

¿Por qué sucede eso?

—Hay muchos sectores en la sociedad de América Latina, sobre todo después de la Operación Cóndor y el apoyo a muchas dictaduras, que ven a Estados Unidos con cierta reticencia. También sucede en Medio Oriente, después de las invasiones de Afganistán y de Irak. Se señala a Estados Unidos como el culpable de muchas situaciones en estos países. Eso refuerza el poder de muchos gobiernos de izquierda. Irán, China y Rusia lo aprovechan para apoyar a estos gobiernos crear un respaldo internacional. 

Redacción

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Plataforma para el diálogo democrático entre los influenciadores políticos sobre América Latina. Ventana de difusión de la Fundación Konrad Adenauer en América Latina.

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