Los procesos electorales en buena parte del mundo han estado revestidos por la incertidumbre y han arrojado resultados apretados. En muchos países como Ecuador se producen sorpresas electorales en sus procesos nacionales o locales. Candidatos que lucían establecidos resultan ser vulnerables y otros, sin despertar mucha atención, logran victorias inverosímiles.
Algo de lo mencionado en el párrafo anterior vive Ecuador en estos días de cara a la primera vuelta electoral que se celebrará el 7 de febrero y en la que se elegirán: presidente/vicepresidente, asambleístas nacionales, asambleístas provinciales, parlamentarios andinos y, adicionalmente, se llevará a cabo una consulta popular a propósito de la minería en la ciudad de Cuenca.
El propósito de este breve documento es presentar un análisis ejecutivo sobre el entorno que envuelve a los últimos días del proceso electoral ecuatoriano, aproximar a la realidad de los pronósticos de votación, presentar ciertas líneas generales de los potenciales gobernantes y señalar alguna perspectiva.
El ambiente en Ecuador plagado de ofertas y necesidades
En analogía con la ciencia económica, esta elección no ha estado ajena a la famosa ecuación de oferta y demanda. Especialmente la oferta de los candidatos, que se ha multiplicado en fondo y forma por estar condicionada a la crisis económica que vive el país.
En los distintos estudios de opinión pública en Ecuador se encuentran algunos factores comunes que vale destacar. Por el lado de la demanda (como suelen decir los economistas), los electores coinciden en que los problemas de sus familias giran en torno a la situación económica y el desempleo, que sumados alcanzan el 80% de sus preocupaciones. Por otro lado, esta realidad determina que el futuro no se lo mira con optimismo, ya que un 60% consideran que este sería peor o igual. Además, un 69% consideran que su situación personal es peor que hace un año.
Por su parte, por el lado de la oferta, los candidatos han procurado atender estas preocupaciones de los electores con propuestas de lo más variopintas y, en algunos casos, de carácter populista. Además de los programas económicos expansivos o conservadores, las propuestas concretas han girado en torno a la asistencia social; por ejemplo, entregar un cheque de mil dólares a un millón de personas o un aumento del salario mínimo hasta 500 dólares (al momento alcanza a 400 dólares).
Los pronósticos todavía con signo de pregunta
El escenario descrito en los apartados precedentes deriva en una realidad en que los electores sienten distancia y desconfianza con los liderazgos y, en este caso, con los candidatos. Además de malas calificaciones de imagen y credibilidad de la mayoría de políticos en Ecuador, se suma una condición que determina la incertidumbre de cara a los resultados de la primera vuelta: la indecisión que revelan (en promedio) el 40% de electores.
Es cierto que en procesos electorales pasados se presentaron cifras de dos dígitos en la incertidumbre frente a las urnas, pero en este caso es una cifra mayor y a muy corto tiempo de la votación. Además, vale destacar la movilidad que tienen todavía los electores que se catalogan como swing votes ante la abultada oferta de 16 candidatos.
Sin embargo, un escenario muy probable es que el 70% de los votos se concentren en tres opciones: Andrés Arauz, Guillermo Lasso y Yakú Pérez. Por su parte, por la dispersión en la votación, el nuevo método de asignación de escaños (Webster) y al no existir un partido dominante, la elección del Legislativo produciría un conjunto de fuerzas atomizadas y sin una mayoría clara.
¿Cómo sería una Presidencia de…?
De cara a entender cómo podría ser una potencial presidencia de los tres candidatos en Ecuador más opcionados, a continuación se presentan algunos criterios que pueden dar luces de probables acciones de:
Andrés Arauz: Renegociaría fuertemente las condiciones del acuerdo con el FMI; mantendría relaciones tensas con ciertos sectores productivos privados; privilegiaría el papel del Estado; tendría ciertos límites para el desarrollo de su programa económico y político debido a una Asamblea fraccionada, aunque podría tener un control relativo de esta; y habría cuestionamientos a la sostenibilidad de la dolarización por ciertas medidas económicas que podría implementar.
Guillermo Lasso: Podría imprimir una visión más abierta de la economía; renegociaría las condiciones del acuerdo con el FMI; impulsaría el desarrollo del sector privado con una visión más promercado; enfrentaría tensiones en el manejo de su agenda política y económica al contar con un Legislativo fragmentado y con el reto de lograr grandes acuerdos; y procuraría tomar medidas para sostener el modelo de dolarización.
Yakú Pérez: Mantendría relaciones tirantes y quizá rompería el acuerdo con el FMI; imprimiría una visión de desarrollo del mercado interno; alejaría las inversiones en minería y petróleo; y tendría dificultades en el manejo de la relación con el Legislativo por no tener una fuerza que lo represente de manera significativa.
Perspectiva pra Ecuador
Si bien el panorama luce incierto en el entorno electoral, los estudios de opinión pública llevarían a considerar que el desarrollo de una segunda vuelta entre Arauz y Lasso sería, al momento, el escenario más probable. Dependerá en buena parte de la cantidad de votantes que acudan a las urnas (se estima un aumento en el ausentismo) y del volumen de votación nula que condicionen el voto válido registrado. El comportamiento de estas variables podría determinar, incluso, sorpresas de último momento.