El éxodo venezolano en Colombia

El éxodo venezolano en Colombia

Venezuela ha perdido el 17  % de su población, fenómeno de movilidad humana que es considerado por Naciones Unidas el segundo del mundo después del caso sirio

Por: Franco Delle Donne12 Nov, 2021
Lectura: 8 min.
El éxodo venezolano en Colombia
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Artículo original en español. Traducción realizada por inteligencia artificial.

Para finales de 2021, la Organización Internacional de Migraciones estima que unos siete millones de ciudadanos venezolanos habrán salido de su país a causa de la emergencia humanitaria y la crisis política en las que el país lleva tiempo sumido.

Venezuela ha perdido el 17  % de su población, fenómeno de movilidad humana que es considerado por Naciones Unidas el segundo del mundo después del caso sirio. Una parte muy importante se encuentra en Colombia, cuya respuesta se ha caracterizado por la solidaridad y el intento de adaptarse al enorme desafío.

Según los datos de Migración Colombia de principios de este año, hay 1.742.927 venezolanos en Colombia. El 56  % de ellos se encuentran de forma irregular, lo que les dificulta su integración e inclusión en la sociedad colombiana. Ante esta situación el Gobierno colombiano ha tenido que desarrollar planes que permitan reducir esa cifra y definir más concretamente cuáles son los objetivos de su política de puertas abiertas.

Crecimiento de las cifras

Daniella Monroy y Ronal Rodríguez, investigadores del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario, un proyecto apoyado por la Fundación Konrad Adenauer en Colombia, publicaron un artículo en Diálogo Político sobre las diferentes acciones llevadas a cabo por el Gobierno de Colombia. Mencionaban algunas como la Tarjeta de Movilidad Fronteriza, el Permiso Especial de Permanencia, el Registro Administrativo de la Migración Venezolana o el Estatuto Temporal de Protección para Migrantes Venezolanos en Colombia.

«La última cifra que tenemos es de 31 de enero de este año, según la cual más de 983.000 venezolanos están en situación irregular migratoria aquí en Colombia», indica Daniella Monroy. Además de las cuestiones fronterizas en concreto, la investigadora adjudica a la pandemia el crecimiento de esa cifra: «Por las condiciones de extrema vulnerabilidad que se viven en Venezuela, la crisis económica social y política, los venezolanos no tienen más opción que migrar para poder incluso abastecerse de las cosas más básicas, como son alimentos y medicinas. Entonces, a pesar del cierre fronterizo por el covid, los venezolanos se ven obligados a cruzar la frontera de manera irregular y atravesar los pasos informales o también denominados trochas, que son más de quinientos a lo largo de toda la frontera. Al no tener una agencia en la frontera, esta ha sido controlada por grupos fuera de la ley. Y por eso tenemos tantos emigrantes irregulares aquí en Colombia».

Una sorpresa

Según Txomin Las Heras, investigador adscrito al Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario y presidente de la asociación Diálogo Ciudadano Colombo Venezolano, en Bogotá, el fenómeno migratorio, que comenzó en 2015 y se intensificó en 2017, «agarró de sorpresa al país». Las Heras explica que en Colombia no ha habido grandes flujos migratorios y «esto hizo que cuando se produjo esta avalancha de migración venezolana, el país no contara con una estructura legal ni una infraestructura tampoco para recibir a esta migración».

El investigador del Observatorio de Venezuela en la Universidad del Rosario subraya que no había un plan previsto: «Las autoridades de Colombia tuvieron que empezar a prepararse sobre la marcha y crearon una serie de instrumentos, entre ellos, el Permiso Especial de Permanencia como una manera de comenzar a controlar y a identificar a la migración que venía. Pero este instrumento resultó ser muy débil para este cometido. Fue lo que pudieron hacer en un primer momento».

Manos a la obra

El Gobierno de Colombia tuvo que enfrentar la cuestión de la alta cifra de personas en situación migratoria irregular. Daniella Monroy ha investigado en profundidad los planes del Ejecutivo colombiano para reducir ese número. «El Gobierno colombiano ha llegado ya a un punto de la recepción migratoria en el que comprende que hay que destinar acciones de largo aliento y de mediano aliento, y no simplemente acciones o política de emergencia que intenten reducir el flujo migratorio. Por fin hay un entendimiento de que la migración no va a frenarse por más de que haya un cierre fronterizo».

Monroy menciona que los planes del Gobierno se han concentrado en la emisión del Estatuto Temporal de Protección para Migrantes venezolanos, una medida de protección internacional que intenta darles a los venezolanos en un margen de diez años una permanencia regular en Colombia.

Txomin Las Heras señala que Colombia se dio cuenta de que no podía convivir con un problema tan grande como tener a más de un millón de personas en situación de irregularidad en el país. Por eso, desde mayo de este año puso en marcha el Estatuto Temporal de Protección para Migrantes, que también mencionaba Monroy.

El desafío de la convivencia

La operativa, en mitad de una pandemia, es gigante. Y pone a prueba la capacidad administrativa del país. Pero ahí no se termina el desafío: cómo es la convivencia entre venezolanos y colombianos y cómo la afecta este alto porcentaje de irregularidad son dos elementos clave en este tema.

«Precisamente, el problema de la convivencia y la escalada que ha tenido en algunas situaciones la xenofobia de los colombianos a los venezolanos e incluso también de los venezolanos a los colombianos, todo eso es muy causado en parte por la irregularidad. Digamos que los colombianos no temen a los venezolanos propiamente dichos, sino que temen a las personas que creen extrañas y que creen no identificadas y por tanto sospechan de ellas», analiza Daniella Monroy, con atino.

La amenaza latente de que alguien les pueda hacer daño y como está en situación de irregularidad no va a poder ser identificada ni judicializada es lo ha generado un problema de convivencia social. Por la percepción de la comunidad receptora sobre la migración. Y todo en mitad de una pandemia mundial. Monroy defiende que el Estatuto Temporal de Protección para Migrantes Venezolanos contribuirá a reducir esa amenaza latente y ese medio en la población colombiana.

Desde el punto de vista de la migración venezolana, Las Heras recuerda que quienes están en situación irregular son muy vulnerables, por no tener identificación ni papeles. Lo que implica un acceso limitado a los servicios básicos, especialmente el servicio de salud. Pero también tienen dificultades para acceder a una vivienda o a un trabajo formal. Viven en las zonas más pobres, donde el sistema les hace competir con la población pobre local, también en una situación de vulnerabilidad. Y se acaba produciendo la lucha del penúltimo contra el último.

Regularización

Sobre la situación de los venezolanos que están todavía en proceso de regularización, Daniella Monroy habla de situaciones muy dramáticas y de vulnerabilidad muy graves. No solo en la frontera, como era en 2015, sino también en las ciudades grandes. Hoy, la migración venezolana está repartida por todo el territorio de Colombia. Durante la pandemia, fueron aún más afectados, porque no podían realizar sus trabajos informales o los expulsaron de las habitaciones donde vivían.

Tanto Monroy como Las Heras insisten en que la única vía que tienen para salir de esa vulnerabilidad es acogerse al Estatuto Temporal de Protección para Migrantes y poder dar comienzo a su proceso de regularización en el país. Esta apuesta de Colombia, respaldada por las organizaciones no gubernamentales presentes en el país, pretende dar una esperanza a estas personas.

Txomin Las Heras señala otro objetivo más aparte de la solidaridad. Considera que la estrategia de Colombia para la regularización de la población migrante pretende incorporar a estas personas al desarrollo nacional. Dentro de esa migración venezolana hay muchísima gente con una excelente formación a nivel técnico o a nivel profesional. Si están en situación de irregularidad se desaprovecha todo ese potencial que puede ayudar al crecimiento económico de Colombia. En unos años se verán los frutos de este proceso de regularización, permitiendo que los emigrantes venezolanos participen en la vida social y económica de Colombia en igualdad de derechos.

Principal éxodo del mundo

Este año, el éxodo venezolano podría superar al de Siria y convertirse en el principal desplazamiento de personas en el mundo. Colombia, como país vecino, es el principal receptor de las personas que huyen de su país para satisfacer sus necesidades más básicas y poderse imaginar una vida digna. La explosión migratoria encontró al Estado colombiano desprevenido. El país ha tratado de afrontar la grave situación con diferentes medidas que, hasta ahora, no han conseguido reducir la dramática cifra de personas en situación migratoria irregular. La mitad de los venezolanos presentes en Colombia esperan que el Estatuto Temporal de Protección para Migrantes sí sea la herramienta para regularizar su situación en el país. Lo necesitan ellos, para salir de la vulnerabilidad y precariedad en la que viven. Y lo necesita Colombia para aprovechar la contribución de los venezolanos a la economía, la sociedad y la cultura del país, y para dar pasos en la integración y la convivencia entre comunidad receptora y comunidad migrante. Todas las miradas están puestas en ese proceso. Ojalá salga bien.

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Franco Delle Donne

Franco Delle Donne

Doctor en Comunicación Política por la Freie Universität Berlin. Especialista en política alemana. Creador de «eleccionesenalemania.com», único blog de análisis político en español sobre Alemania. Conductor del pódcast «Bajo la Lupa».

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