Hace ya 34 años sucedía lo tan largamente esperado. En Berlín desaparecía el muro infame que impedía el reencuentro.
De un momento a otro, la gente se abrazó con esperanza. Y surgió la ilusión de que la paz iba a reinar en Europa y en el mundo. Durante décadas pareció que la guerra estaba descartada, que la institucionalidad supranacional y el intercambio comercial entre los otrora enemigos evitaría nuevas conflagraciones.
A medio siglo de la guerra de Yom Kippur, en el Medio Oriente se desarrollaban conversaciones que culminaban en tratados o por lo menos procesos que conducían a la ansiada paz.

Primero la guerra rusa contra Ucrania y hace un mes la terrible agresión del grupo Hamas contra Israel nos sacudieron. Las terribles imágenes nos recuerdan lo frágil que es la paz. Hoy transitamos un período otra vez signado por conflictos y dolores.
El mundo vuelve a estar amenazado por fanatismos y fundamentalismos, por regímenes populistas que no dudan en desatar enfrentamientos para ocultar sus propias contradicciones.

Es en ese contexto que la caída del muro da esperanzas. El muro que parecía inamovible cayó y nos muestra que al final las ansias de libertad son más fuertes.
Desde Diálogo Político reafirmamos nuestro compromiso con la reflexión y el debate respetuosos, con la paz y con la democracia.