El 28 de noviembre de 2021 se llevaron a cabo las elecciones generales para designar a las nuevas autoridades hondureñas en los niveles presidencial, parlamentario y municipal, que asumirán sus cargos por el periodo constitucional 2022-2026. Lo que representó una fiesta cívica donde los hondureños acudieron a las urnas con respeto y entusiasmo.
Entre aciertos y desaciertos, el sistema electoral hondureño ha pasado por diversos cambios para fortalecer la participación ciudadana y frenar los abusos institucionales suscitados en procesos anteriores. Entre los puntos claves de estas elecciones 2021 destacan: las reformas al Consejo Nacional Electoral (CNE) y la designación de nuevos concejales, la entrada en vigencia de una nueva Ley Electoral (sobre la que hay que reconocer que aún necesita fortalecer ciertas áreas sensibles del sistema electoral), la actualización del Censo Nacional Electoral, la emisión de un nuevo documento de identificación nacional y la implementación de sistemas biométricos para garantizar la identidad de los votantes. Estas acciones ayudan para robustecer el sistema democrático del país y se convierten en puntos de partida de cara a procesos venideros.
Alta participación
El nuevo censo electoral habilitó a 5.182.425 hondureños para ejercer su derecho al sufragio. Aproximadamente el 70% de ellos acudieron a las urnas. Esto permitió que se diera uno de los niveles de abstención más bajos de la historia democrática del país.
El Partido Nacional de Honduras (PN) ha sido la institución de gobierno durante los últimos 12 años. Su actuación se ha visto opacada por las constantes denuncias sobre actos de corrupción, malversación de fondos públicos, impunidad y el estado de una nación con algunos de los niveles económicos y sociales más precarios de la región.
Al momento de redactar esta columna de opinión aún no se oficializan los resultados por el CNE. Sin embargo, con un 89 % de las actas procesadas, se registra una captación del 51 % de los votos en favor de Xiomara Castro de Zelaya (esposa del expresidente Manuel Zelaya), del partido Libertad y Refundación (Libre), seguida por el candidato Nasry Asfura, del PN, con un 36 %. Debido al amplio margen de distancia entre ambos contendientes, se establece una tendencia irreversible en favor de Libre, que abre el camino hacia un nuevo giro de gobierno. Esta situación ha sido reconocida por todos los sectores de la sociedad hondureña y por la comunidad internacional.
Sistema electoral
En Honduras, el sistema de elección es de mayoría simple. En este contexto, se descarta cualquier tipo de duda sobre la contundente victoria de Libre y su puesto en casa de gobierno. A la vez, la derrota del PN no se manifiesta exclusivamente en la contienda presidencial. De los 128 diputados que integran el Congreso Nacional, se establece que el 49 % serán representantes de los partidos Libre y Salvador de Honduras (juntos integran el nuevo bloque de gobierno). El PN tendrá una representación del 31 %, que lo convierte en la nueva fuerza opositora. De igual manera, se estima que la bancada del Partido Liberal de Honduras (PL) alcanzará un 18 % de las diputaciones. Esto implica que ninguna de las fuerzas políticas alcanzará la mayoría absoluta que se requiere para la promoción de nuevas leyes y proyectos. El 2 % restante de participación lo obtienen dos de los partidos minoritarios.
En ese sentido, la bancada del PL jugará un papel fundamental en las negociaciones y consensos que se desarrollen durante los próximos cuatro años. A la fecha se desconoce si sus estrategias girarán en torno a las propuestas de gobierno o se centrarán en hacer oposición.
En el nivel municipal estaban en contienda 298 alcaldías, de las cuales el PN obtuvo un 41 %, Libre un 23 %, PL un 27 % . El 9 % restante se divide entre los partidos minoritarios. Se podría considerar que el PN logró una participación considerable a nivel municipal. Sin embargo, las estadísticas dejan de lado un aspecto significativo: el PN perdió las alcaldías de Tegucigalpa (capital política) y San Pedro Sula (capital económica). Se trata de las dos ciudades más grandes e influyentes del país.
Primera mujer electa presidente
Xiomara Castro se convierte en la primera mujer en ostentar la presidencia de Honduras. A la vez, la victoria de Libre rompe el bipartidismo histórico que durante décadas se repartieron liberales y nacionalistas en el andar político del país. Es cierto que la elección de Xiomara Castro representa un hecho histórico y un avance en la participación política de la mujer hondureña. Sin embargo, los resultados generales del proceso denotan que aún existe una amplia brecha de género. A nivel parlamentario, el 30 % de los curules estarán a cargo de mujeres (38 diputadas) y el 70 % por hombres (90 diputados). A nivel municipal solamente el 4,36 % de las alcaldías serán dirigidas por mujeres (13 municipalidades) y el 95,64 % restante por hombres (285 municipalidades).
El 2022 comenzará con diversos retos y grandes desafíos para las nuevas autoridades, quienes deberán asumir con responsabilidad las herencias negativas del gobierno saliente. Entre los grandes temas a enfrentar destacan: erradicar los altos niveles de pobreza que afectan aproximadamente al 70 % de la población. Otros puntos son el desarrollo de políticas públicas inclusivas para sacar del abandono los sistemas de salud y educación del Estado, reducir los altos niveles de endeudamiento interno y externo, atraer la inversión extranjera, generar fuentes de empleo, desacelerar los altos niveles de emigración y sus caravanas de migrantes con rumbo hacia Estados Unidos.
Composición del Congreso Nacional
En cuanto al Congreso Nacional, será trascendental la madurez política en la generación de consensos para tomar las decisiones acertadas que requiere la nación. Corresponderá a los nuevos parlamentarios designar a las autoridades de las siguientes instituciones: Corte Suprema de Justicia, Ministerio Público, Procuraduría General de la República y Tribunal Superior de Cuentas. El desarrollo de un proceso de selección transparente y efectivo constituye las bases para la consolidación del sistema de Estado de derecho.
Sobre el actuar del PN de cara a futuros procesos electorales, es pertinente reflexionar sobre los innumerables errores cometidos y enderezar el rumbo mediante la promoción de nuevos liderazgos. En ellos debe imperar el rechazo al autoritarismo, corrupción, impunidad, exclusión e injerencia del crimen organizado. En cambio, deberán emerger como valores la honestidad, autorresponsabilidad, meritocracia y, sobre todo, la institucionalidad y amor por Honduras. Si esto no se lograra, esta institución tendrá que prepararse para continuar recibiendo el voto de castigo en las urnas.
El 28 de noviembre de 2021 fue una oportunidad para que la ciudadanía hondureña comprendiera y ejerciera el profundo significado de demo y kratos (el poder que reside en el pueblo). Debe seguirse avanzando en esta dirección, en concordia, para garantizar la armonía y el bien común. Esperamos que este proceso se convierta en la semilla para el florecimiento de una sociedad civil cada vez más participativa y democrática.