México se encuentra en un año superelectoral. Sin embargo, 2021 será también un año de continuación de la crisis.
Quinientos diputados nacionales, quince gobernadores, más de mil representantes locales, casi dos mil administraciones comunales: mientras México se prepara para el año electoral más importante de su historia, tanto el gobierno como la población siguen intentando arreglárselas con las consecuencias directas e indirectas de la pandemia de covid-19.
Contexto político del 2021
Desde las elecciones de 2018 el presidente AMLO y su partido MORENA disfrutan de altos índices de aprobación en México. Esto tampoco cambió en 2020. Aunque López Obrador perdió en las encuestas en los primeros meses de la pandemia, ahora mantiene constante un 59 % de aprobación.[1]
Especialmente durante la crisis, la retórica del presidente («primero el pueblo») encuentra recepción en grandes sectores de la población que se sienten desatendidos y defraudados por los gobiernos anteriores del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y del Partido Acción Nacional (PAN). La 4T (cuarta transformación) prometida por el presidente y el cambio social anunciado con ella hasta ahora son principalmente un elemento retórico. Incluso los pocos proyectos sensibles (aumento del salario mínimo, revitalización de hospitales, instituto social INSABI que ofrece sistemas de seguridad integrados, también para el sector informal) no cambian esta percepción. Otros proyectos de carácter puramente simbólico y sin efecto a largo plazo (pagos directos a través de los proyectos Sembrando Vida, Jóvenes Construyendo el Futuro) siguen en la línea del asistencialismo de los gobiernos priistas,[2] lo que sin embargo no disminuye la aprobación del presidente.
La oposición no ha logrado hasta la fecha poner en evidencia en forma más evidente esta incongruencia, ni construir un discurso alternativo creíble y ofrecer sus propias opciones. El partido de oposición más grande, el PAN, puede establecer contrapuntos políticos y demostrar un buen gobierno en algunos estados y municipios, pero sigue todavía en gran medida dedicado a la búsqueda de su propia identidad.[3] El PRI dispone de bastiones locales, pero sufre una sustancial pérdida general de reputación. Mientras tanto, numerosos miembros del anterior gobierno priista han sido acusados de corrupción y otras actividades ilegales,[4] mientras que otros hace tiempo se pasaron a MORENA. La confianza de los mexicanos en la clase política en general y los políticos en particular está profundamente afectada.
En lo interno, a MORENA le falta mucho para ser un partido consolidado. Por su carácter de movimiento le faltan estructuras partidarias y procesos de formación de opinión. Idealistas socializquierdistas que creen en la cuarta transformación y en el cambio social desde abajo se contraponen a veteranos políticos de carrera que desde hace años están activos en diferentes partidos y constelaciones, y que anteponen la conservación de su poder a los intereses de los electores. Las fuertes tendencias autoritarias del presidente del partido, los programas sociales asistencialistas y los retrocesos en la economía hacen que incluso los exvotantes duden que MORENA sea realmente un proyecto de cambio social. Sin embargo, según las encuestas, esto no es suficiente para cambiar la intención de voto.
El PAN y el PRI conformaron con el Partido de la Revolución Democrática (PRD) una coalición (“Va por México”) para enfrentar conjuntamente el poderío de MORENA. Habrá que esperar para ver si esta coalición tendrá el respaldo suficiente en votos.
Los partidos de oposición cuentan con apoyo de asociaciones de la sociedad civil. Entre estas se destacan Alternativas por México y Sí Por México, ambas iniciativas con filiales en los estados federados que incluyen también a numerosos grandes empresarios.[5] Pero esta cercanía al empresariado constituye también su talón de Aquiles: la población simple, el pueblo bueno, al que López Obrador siempre se dirige, no se siente particularmente representado por agrupaciones de la sociedad civil, principalmente integradas por ciudadanos de grupos socioeconómicos más acomodados.
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Proceso electoral del 2021 firmemente organizado
El proceso electoral en México está claramente organizado. El INE (Instituto Nacional Electoral) y las instituciones electorales autónomas de los estados llevan meses en los procesos preparatorios. Los partidos ya se inscribieron para la elección de los 500 diputados nacionales.[6] Los precandidatos podían hacer campaña hasta el pasado 31 de enero, luego de lo cual comenzó un receso para las nominaciones internas y finales. La verdadera campaña electoral podrá desarrollarse entre el 4 de abril y el 2 de junio de 2021. Antes de las elecciones del 6 de junio habrá un período de reflexión, durante el cual no se permitirán actividades de campaña electoral.[7] Los procesos electorales simultáneos en los estados para la elección de 15 gobernadores, 1.027 diputados locales y 1.923 gobiernos locales (alcaldes y concejales, incluyendo las alcaldías en el caso de la Ciudad de México) son manejados por las instituciones electorales autónomas de los estados, de acuerdo con cronogramas similares.
Si bien el INE es el principal responsable de la implementación operativa de las elecciones y de garantizar un proceso electoral accesible, justo y transparente, su papel ha sido politizado. El año pasado, López Obrador se manifestó críticamente respecto a la independencia del instituto y recientemente escaló una disputa sobre sus conferencias matutinas. El INE exigió que se interrumpiera la transmisión de estas conferencias durante la campaña electoral, ya que el presidente las utilizaba para ejercer influencia política, criticar a los candidatos y así intervenir activamente en el proceso electoral, lo que no se corresponde con su función de gobierno.[8] López Obrador acusó luego al INE de censura y prohibición de la libertad de expresión y remitió el tema al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF). Este ordenó que se interrumpa la transmisión de las conferencias matutinas en los estados en los que efectivamente se lleven a cabo las elecciones. El presidente del INE, Lorenzo Córdova Vianello, insiste en que esto se debe detener por completo. El tema aún no se ha aclarado definitivamente y parece ser un elemento más en el conflicto López Obrador con las instituciones autónomas. Aparte del intercambio político, queda por ver si el proceso electoral este año será pacífico. En 2018 se vivió el proceso electoral más violento de la historia de México. Se cometieron 140 asesinatos y numerosos atentados, ataques y secuestros a candidatos y políticos.[9] En este contexto, al desarrollo pacífico de las elecciones es digno de especial atención.
Candidaturas e intención de voto
Actualmente, en México se está introduciendo gradualmente la posibilidad de reelección de diputados y políticos locales. Hasta la reforma electoral de 2015 esto no era posible para prevenir la corrupción y el nepotismo. Según informaciones actuales, 448 de los 500 representantes nacionales quieren ser reelegidos. Como ya se mencionó, no solo el presidente López Obrador, sino también su partido MORENA mantienen altos índices de aprobación. En la última versión mexicana de la encuesta sobre intención de voto, el 28,4% de los encuestados dijeron que querían votar por los candidatos de MORENA, el 14,9% preferían el PAN y el 10,8% el PRI. Sin embargo, más del 30% de los votantes no dieron información.[10] Consultados sobre las coaliciones, el 36,1% dijeron que era probable o muy probable que votarían por una integrada por MORENA-Partido del Trabajo-Partido Verde Ecologista. El 27,8% dijeron lo mismo sobre la coalición PAN-PRI-PRD.[11] En general, estos resultados muestran que el entusiasmo electoral aún es limitado y que los mexicanos continúan dudando.
Un apoyo más pronunciado a MORENA podría aumentar aún más la representación parlamentaria de dicho partido y sus socios de coalición. Ya en los dos años pasados le fue posible conseguir la aprobación de proyectos de ley en el Parlamento sin mucha oposición. Justamente para impedir esto es que se formó la coalición PAN-PRI-PRD. En algunos estados de la Federación los partidos de oposición mantienen sus bastiones, por ejemplo, el PAN en Aguascalientes, Chihuahua, Tamaulipas y Yucatán. Sin embargo, se puede afirmar que MORENA logrará ampliar su electorado.
Frente a grandes desafíos
Aunque el gobierno nacional orienta su esfuerzo político a la distribución de las vacunas y —según el principio de no perder la esperanza fomenta la creencia de la población en que en breve todo volverá a estar bien, hay tareas gigantes cara al 2021: junto con la superación de la pandemia destacan la consolidación económica, la reducción de las diferencias sociales, el combate a la creciente polarización en el país, las inversiones en infraestructura a todo nivel, la reducción real y sostenida de la corrupción, así como avances concretos en el control de la violencia y el crimen organizado. Estos problemas deben ser abordados no solo por el gobierno actual sino también por todos los candidatos. Los enfoques alternativos de soluciones y propuestas concretas solo podrán realizarse contemplando la participación de la sociedad civil y los intereses de todas las clases socioeconómicas de México. Las próximas semanas demostrarán si esto se podrá lograr.
Notas:
[1] #AMLOTrackingPoll Aprobación de AMLO, 04.01.2021.
[2] Partido de gobierno de 1929 a 2000; ¿Partido de oposición con potencial de gobierno? Auslandsinformationen, Konrad-Adenauer-Stiftung, 1.12.2020.
[3] Regierungspartei von 1929 bis 2000; Oppositionspartei mit Regierungspotenzial? Auslandsinformationen, Konrad-Adenauer-Stiftung, 1.12.2020.
[4] 2012 a 2018 bajo Enrique Peña Nieto.
[5] Presentan ‘Alternativas por México‘ y ‘Sí por México’ plan de trabajo para 2021, El Heraldo, 20.11.2020, https://heraldodemexico.com.mx/economia/2020/11/20/presentan-alternativas-por-mexico-si-por-mexico-plan-de-trabajo-para-2021-227674.html.
[6] El registro de los partidos en el INE fue controvertido. Más información sobre el tema se encuentra en: Oppositionspartei mit Regierungspotenzial? Auslandsinformationen, Konrad-Adenauer-Stiftung, 1.12.2020.
[7] Informaciones sobre el proceso electoral, INE, https://www.ine.mx/voto-y-elecciones/elecciones-2021/eleccion-federal-2021/.
[8] Prohíbe INE a AMLO hablar sobre elecciones en Conferencia Matutina, La Jornada, 17.01.2021, https://www.jornada.com.mx/notas/2021/01/15/politica/prohibe-ine-a-amlo-hablar-sobre-elecciones-en-la-mananera/.
[9] Violencia política y electoral en las elecciones de 2018, Arturo Alvaro Mendoza, ALTERIDADE, http://www.scielo.org.mx/pdf/alte/v29n57/2448-850X-alte-29-57-59.pdf.
[10] Preferencia Rumbo 2021, Diputados Federales, Mitkofsky, 17.12.2020, http://www.consulta.mx/index.php/encuestas-e-investigaciones/elecciones/item/1414-preferencia-diputados-dic20.
[11] Preferencia Rumbo 2021, Diputados Federales, Mitkofsky, 17.12.2020, http://www.consulta.mx/index.php/encuestas-e-investigaciones/elecciones/item/1414-preferencia-diputados-dic20.
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Publicado el 22 de enero de 2021 en la página web de la Fundación Konrad Adenauer, oficina México.
Traducción: Manfred Steffen