La pasada jornada del domingo 1 de octubre todo el mundo miraba a España. Pero también dentro del país los españoles nos mirábamos unos a otros preguntándonos «¿de verdad está pasando esto?».
Fueron días, semanas y meses de especulaciones. Incluso años. Pero nadie en España se hubiera podido imaginar la jornada que se vivió este domingo 1 de octubre. O al menos nadie la hubiera querido creer. Después de todas las tensiones de las últimas semanas entre el gobierno central y la Generalitat, en lo que ya había pasado a convertirse en un intenso conflicto político, se llevó a cabo el segundo referéndum de independencia de Cataluña. «Voleu que Catalunya sigui un estat independent en forma de república?» (¿Quieres que Cataluña sea un Estado independiente en forma de república?), decían las papeletas. Sin embargo, lo que sucedió dentro y fuera de los colegios electorales estuvo muy lejos de un proceso pacífico y transparente de libertad de expresión como corresponde en el ejercicio del voto.
Tanto la represión protagonizada por la Policía Nacional y la Guardia Civil
Mientras tanto, desde Cataluña no dejaban de llegar imágenes de una misma persona votando varias veces o de niños introduciendo papeletas en la urna. La incredulidad no cesaba de aumentar. Según los datos ofrecidos por el Govern tras el cierre de la jornada electoral, se contabilizó un 100,88 % de votos,
Cada una de las partes utilizó una metanarrativa para explicar los hechos y crear su propio contexto. Para el presidente del Gobierno Mariano Rajoy, el domingo no pasó nada; no había crisis en el país, ni conflicto, ni había tenido lugar ningún referéndum de independencia. El Estado de derecho seguía siendo fuerte y estable. Por su parte, para el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, los resultados del referéndum (que para él sí se celebró) son totalmente vinculantes y por tanto conllevan a decisiones políticas. Así, Puigdemont anunció que en los próximos días proclamará la independencia de Cataluña. Ninguna de estas dos posturas respondía a la pregunta de los españoles.
Por otra parte, Albert Rivera, líder del partido Ciudadanos, se reunió el lunes 2 con el presidente Mariano Rajoy para hablar del tema catalán y le pidió aplicar el artículo 155 de la Constitución española para asumir las competencias del presidente de la Generalitat y convocar a elecciones autonómicas.
Desde la perspectiva de la teoría crítica, ambos lados estarían creando su propia realidad y su propia versión de los hechos para defender una postura que estiman como única, rechazando completamente la posibilidad de que exista otra que también tenga validez. Así, tanto el Gobierno español como el de la Generalitat consideran su verdad como la única absoluta e intentan imponerla por todos los medios. Por tanto, ninguna de las dos partes implicadas en este conflicto quiere llegar a un consenso; lo único que desean ambas es imponer su verdad.
Y mientras unos niegan y otros aseguran, la interrogante de los españoles sigue sin ser respondida y días después todos nos seguimos preguntando: ¿qué está pasando?
Castellar Granados | @castegranados
Relaciones Internacionales y Traducción e Interpretación, Universidad Pontificia Comillas. Exbecaria de la Fundación Konrad Adenauer, oficina Montevideo (2017)