Narrativa del fraude electrónico y la mala interpretación de los resultados en Argentina

La historia se repite. Cada vez es más común que la palabra fraude domine el debate electoral en algunos países […]
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14 Ago, 2019
Imagen: Nick Youngson CC BY-SA 3.0 ImageCreator

Articulo original en español. Traducción realizada por inteligencia artificial.

La historia se repite. Cada vez es más común que la palabra fraude domine el debate electoral en algunos países democráticos. En la prensa se olvidan las promesas, el contraste, la verosimilitud de las ofertas de la campaña y especialmente si los electores se sienten representados por quienes aspiran a ocupar cargos de elección popular.

El debate se centra en otorgar minutos y centrimetraje a las teorías sobre cómo la voluntad popular será irrespetada por el sistema y en este debate las fake news se viralizan mucho más rápido que los hechos comprobados y contrastados.

Esta narrativa del fraude y su fin último de poner en duda la legitimidad de las instituciones y de los gobernantes electos democráticamente se instala ahora en Argentina.

La actualización del sistema electoral está sirviendo para desviar la discusión política, olvidando, por citar un ejemplo, la percepción que tenían hace dos años los ciudadanos sobre su sistema electoral.

El resultado del estudio promovido por Transparencia Electoral indicaba que 34 % de los electores de la provincia de Buenos Aires consideraban que era muy probable que se cometiera un fraude electoral. En ese momento, 56 % aseguraban que estaban de acuerdo con la incorporación de tecnología en el proceso electoral, especialmente en la etapa de los escrutinios.

La tecnología llegó finalmente en 2019, pero con ella se ha alimentado interesadamente la discusión sobre la posibilidad de manipular los resultados en la elección presidencial de octubre, olvidando que la tecnología bien implementada reducirá la posibilidad de manipulación y a su vez aumentará la probabilidad de demostrar un intento de manipulación, como ocurrió en los procesos electores celebrados en Venezuela durante el año 2017.

Dos licitaciones y todo queda en manos del Correo

En Argentina se vota en papel, se cuentan los votos manualmente y se llena un acta que se deposita dentro de la urna y se traslada para ser totalizada (estas actas son las que totaliza la justicia electoral para sentenciar el resultado definitivo).

Además del acta, los presidentes de las mesas electorales también llenan a mano lo que se conoce como telegrama, que es el comprobante de los resultados que se utilizan para el escrutinio provisorio.

Anteriormente, el personal del Correo argentino y de las fuerzas de seguridad del país se dedicaban a trasladar estos telegramas a los centros de acopio, desde donde se escaneaban y se enviaban al centro de procesamiento de datos.

En Argentina, para lograr modernizar estos procesos se realizaron dos licitaciones. La primera se usó para buscar proyectos que permitiesen cambiar el modelo de traslado de los telegramas.

En la elección del próximo octubre, por primera vez, se transmitirá una imagen escaneada del telegrama directamente a los centros de procesamiento de datos, lo que evidentemente (al ser una transmisión directa) reducirá el sesgo en la carga de los datos y en la publicación de resultados.

No obstante, el personal del Correo argentino será el que use el nuevo software de reconocimiento de imágenes para escanear los telegramas y enviarlos.

La segunda licitación fue para el escrutinio provisorio. En este caso, nada cambió. Solo el ganador de la licitación es diferente. Después de veinte años, este proceso no recaerá en la empresa Indra, sino en Smartmatic.

Básicamente, el escrutinio provisorio consiste en que dos digitadores transcriben los valores de un mismo telegrama. Si coinciden 100 %, estos valores se totalizan. Si no coinciden, pasan a un verificador. Si se resuelve la inconsistencia, los valores pasan a totalizarse. Si no se puede resolver, y son incidencias significativas (más votos que electores), el telegrama no se totaliza y la justicia electoral es la responsable de decidir sobre este telegrama en el escrutinio definitivo/legal.

El único cambio significativo en este proceso es que para octubre existirán dos centros de procesamiento de datos. Ambos centros están ubicados en sedes de Correo Argentino como mecanismo de redundancia (seguridad de la información).

En esta licitación, Smartmatic (antes lo hacía Indra) utilizará su software de escrutinio (que incluye un módulo de publicación de resultados) y proveerá los operadores que cargan los valores de los telegramas.

Como en todo sistema electoral, la confianza se basa (además de las auditorías a los software que se utilicen) en la auditabilidad de todos los procesos. Por esto es relevante resaltar que los fiscales de los partidos políticos seguirán teniendo acceso a los telegramas y podrán comparar sus datos contra el telegrama publicado y contra los valores de ese telegrama totalizados.

Terminal de urna electrónica. Elecciones Brasil 2014 | Foto: WikiCommons

Terminal de urna electrónica. Elecciones Brasil 2014 | Foto: WikiCommons

Las PASO

Los resultados de las llamadas primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) no disminuyeron las denuncias de fraude. A través de las redes sociales abundan teorías sobre manipulación de resultados que en la mayoría de las casos se pueden responder con información sobre el proceso recordando que en las PASO se contabilizan los votos en blanco mientras en las elecciones generales esto no se hace.

Por otra parte, aunque se digitalizan los telegramas, el sistema de votación en Argentina sigue siendo manual, lo que genera que existan incidencias (errores en los telegramas). En este sentido, es conveniente recordar que en las primarias de 2015 el 48% de los telegramas presentaron inconsistencias, mientras que en 2019 esas incidencias están limitadas a 1% de los telegramas.

No obstante, el éxito de todo sistema electoral y político pasa por el reconocimiento y respeto mutuo.
El gran problema con las PASO no fue técnico, sino que aunque Alberto Fernández no ha ganado todavía la elección presidencial, Mauricio Macri pierde autoridad rápidamente. Bien valdría la pena que Argentina evaluara la pertinencia de un proceso que puede generar que el país se desangre en pocos meses por lecturas y análisis apresurados de los resultados de unas primarias.

De hecho, una mirada rápida a la encuesta nacional que significan las PASO demuestra que Cambiemos obtuvo 3% más votos que en las primarias de 2015. La diferencia está en que Sergio Massa en 2015 era también candidato y esta vez migró a la fórmula conformada por Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner. Incluso, los resultados de las primarias no garantizarían a Fernández tener la mayoría en Diputados.

El paralelismo con Venezuela

Parte de la estrategia electoral del peronismo y el kirchnerismo a través del Frente de Todos es hablar de una posible manipulación de resultados como ocurrió en Venezuela en 2017. (En Venezuela el sistema automatizado no modificó los resultados, sí lo hizo la autoridad electoral al anunciar datos diferentes a los totalizados por el sistema).

El discurso de fraude es recurrente en los candidatos Alberto Fernández y Cristina Kirchner, que argumentan que ocurrirán eventos similares a los de Venezuela. Aun así, el resultado de las PASO les fue ampliamente favorable.

Pero en el Frente de Todos obvian que la tecnología y el procedimiento que se utilizará en Argentina son diferentes a los que se emplean en Venezuela. Adicionalmente, descartan que el problema básico en Venezuela no se centra en el sistema de votación, sino en las condiciones del ciclo electoral, especialmente en lo referente al cumplimiento de la ley, uso de recursos públicos para promover parcialidades, composición del registro de votantes, definición de circunscripciones de votación, intimidación a los votantes, violación del secreto del voto y una larga lista de condicionantes que convierten a los procesos electorales en poco transparentes.

Todas estas condiciones provocaron que la votación presidencial celebrada en 2018 no fuera libre ni imparcial; no lo provocó el sistema empleado para contar, transmitir y totalizar los sufragios.

Sin embargo, a pesar de las diferencias, se han posicionado varias fake news que es importante aclarar reiteradamente.

  • Los telegramas no serán eliminados. Solo cambiará la forma en que se transmiten.
  • El software que se va a utilizar para totalizar no se llama Election 360, ni se ha utilizado en Venezuela para manipular resultados. El Election 360 es un software administrativo que nada tiene que ver con el conteo de votos.
  • Cambiar el formato de los telegramas escaneados de .tiff a .png no implica modificar los resultados de la imagen.

En octubre próximo, Argentina entrará en una dinámica que es práctica común en la mayoría de los países de la región: transmitir la información, que se produce en las mesas de votación, desde el propio centro electoral. Esto acortará la brecha con los Estados en donde la tecnología sirve para organizar procesos más transparentes. Sin embargo, sin reconocimiento político y sin acuerdo entre los candidatos es imposible que un sistema electoral sea eficiente.

 

Periodista. Escribe en Prodavinci, DLA, Caracas Chronicles e Hispanopost. Host de #EnNúmeros en VivoPlay. Especialista en social media y gestión de contenido

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