Sábado, 3 de mayo de 2025
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Jóvenes indígenas: protagonistas en el cuidado ambiental

A los reclamos se suman actividades para enfrentar desafíos actuales. Recuperación de semillas, limpieza y cuidado de ríos, reforestación son algunas de las medidas propuestas para enfrentar la crisis ambiental.

Lectura: 6 min.
Jóvenes indígenas: protagonistas en el cuidado ambiental
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Artículo original en español. Traducción realizada por inteligencia artificial.

El Día Internacional de los Pueblos Indígenas fue establecido en 1994 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, durante el Decenio Internacional de las Poblaciones Indígenas del Mundo. Se conmemora la primera reunión del Grupo de Trabajo sobre Poblaciones Indígenas de la Subcomisión de Prevención de Discriminaciones y Protección a las Minorías de la ONU, en 1982.

Los pueblos indígenas ante la crisis global

Actualmente se constata un incremento en la participación de los pueblos y comunidades indígenas. Estas han salido a la palestra internacional reclamando no solo sus derechos, sino también con propuestas de conservación de sus territorios y con proyectos socioproductivos para la gestión integral de sus tierras comunitarias.

De los 2.011 millones de hectáreas en América Latina, los pueblos indígenas ocupan alrededor del 20% (404 millones de hectáreas). Los gobiernos han reconocido los derechos colectivos de tenencia sobre unos 277 millones de hectáreas, aproximadamente dos terceras partes. Más del 80% del área ocupada por pueblos indígenas (330 millones de hectáreas) son «zonas forestales y, en su conjunto, las áreas indígenas representan alrededor de la tercera parte del área forestal total de Latinoamérica. Los territorios indígenas están, en algunos casos, sobrepuestos o colindantes con las áreas protegidas (47%)».

Escenario desafiante

El escenario sigue complejo luego de la crisis sanitaria del covid-19, de la crisis ambiental y climática y de la crisis económica galopante a nivel internacional. Sin embargo, los pueblos continúan sus luchas territoriales para demostrar que es posible instaurar nuevos sistemas de desarrollo con identidad y con armonía respecto a los recursos naturales.

Muchos pueblos indígenas han desarrollado iniciativas para la conservación de la biodiversidad. Otros están dedicados a la restauración de los ecosistemas y, con ello, al cuidado y gestión de la seguridad y soberanía alimentaria, premisas que forman parte de sus cosmovisiones y formas de vida sostenibles.

Lo cierto es que los pueblos y comunidades indígenas siguen reclamando atención de los gobiernos. Se requiere el incremento e implementación de políticas publicas diferenciales y con beneficios directos hacia ellas y ellos. Se requiere también de la asignación de presupuestos públicos para ejecución de estos proyectos. Si bien la cooperación internacional ha respaldado muchas de estas iniciativas, es necesario que los gobiernos inviertan y retribuyan la labor y rol que cumplen los pueblos indígenas en el marco de la gestión integral de sus territorios.

Según el informe del Programa Mundial de Medio Ambiente (PNUMA) El estado de la financiación para la naturaleza 2022, la financiación destinada a soluciones basadas en la naturaleza asciende actualmente a US$ 154.000 millones de dólares al año. No obstante, esta cifra es inferior a la mitad de los US$ 384.000 millones anuales que se necesitarán en 2025 para alcanzar los objetivos en materia de cambio climático, biodiversidad y degradación del suelo.

Destacada participación de jóvenes indígenas

En este contexto es importante señalar que este año la celebración global del 9 de agosto a nivel internacional está dedicada a celebrar y reconocer a los jóvenes indígenas del mundo. Así, es importante mirar a la Juventud Indígena como agente de cambio para la libre determinación.

Hay que reconocer que la protección de los territorios indígenas es fundamental para enfrentar la crisis ambiental y garantizar los derechos humanos de los pueblos indígenas. Los efectos del cambio climático inciden directamente en las formas de producción, en la alimentación y en la vida de la población en general. Son las y los jóvenes indígenas que, con mayor crudeza, enfrentan la crisis del cambio climático, porque se ven obligados a migrar, a dejar sus tierras y territorios. Quienes se quedan y afrontan cómo va cambiando la Madre Naturaleza, también se confrontan con la pérdida de su idioma y su cultura, entre otros efectos.

Juventud involucrada

El involucramiento directo de la juventud indígena es esencial para la defensa de los pueblos indígenas. Por ello es vital reconocer su papel dentro de las comunidades y generar los recambios generacionales en los liderazgos para garantizar una continuidad en el cuidado y gestión del territorio.

La revalorización del idioma, de la cultura, de las costumbres es un proceso de empoderamiento colectivo e individual cuando se reflexiona sobre las raíces. Allí los jóvenes son claves para recibir ese conocimiento y para responsabilizarse de transmitirlo a las generaciones futuras. A pesar de que por mucho tiempo se ha vivido discriminación y vergüenza, hoy se puede mencionar que estos procesos de empoderamiento territorial y cultural están dando frutos positivos. Muchos jóvenes utilizan hoy las redes sociales u otros medios de comunicación alternativos para comunicar la cultura de sus padres, las historias de sus abuelos, cómo se vivía en las comunidades y cuáles son sus retos.

Retos y soluciones locales

Los pueblos y comunidades indígenas han pasado de un rol de víctimas a protagonistas, construyendo y aportando a políticas públicas, debatiendo a nivel internacional soluciones locales desde los conocimientos tradicionales, recuperando y revitalizando idiomas, culturas, cosmovisiones, formas de enfrentar la contaminación y la degradación del suelo por deforestación, entre otras problemáticas.

La recuperación de semillas, la limpieza y cuidado de ríos con plantas, la reforestación con especies nativas, entre otras iniciativas, han generado un diálogo de saberes en las comunidades con los sabios o ancianos indígenas, las mujeres y los jóvenes, ya que es muy necesario el respeto y transmisión de los conocimientos para preservar la cultura y gestión de los recursos naturales en las comunidades.

Por último, se tiene evidencia de que «los pueblos indígenas gestionan alrededor del 40% de todas las áreas protegidas terrestres y los ecosistemas terrestres intactos desde el punto de vista ecológico del mundo. Las tasas de deforestación tienden a ser menores en las tierras de los pueblos indígenas que en los bosques que las rodean, en particular, en las áreas protegidas, debido a factores culturales, los conocimientos tradicionales, una sólida gobernanza, las políticas de incentivos» en diversos ámbitos.

Por todo ello se debe reflexionar sobre políticas públicas que respondan a las necesidades reales y se implementen con pertinencia cultural y respeto, en el marco de los derechos de los pueblos y comunidades indígenas.

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Gladys Lorena Terrazas Arnez

Gladys Lorena Terrazas Arnez

Mujer quechua e internacionalista. Estudió una maestría sobre Derechos Indígenas y Desarrollo. Docente universitaria en dialogo y resolución de conflictos. Gestiona proyectos sociales, ambientales y de democracia intercultural y comunitaria.

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