Ambiente: un desafío para Uruguay

Ambiente: un desafío para Uruguay

El cambio climático es un tema relevante que en los últimos años ha ganado cada vez más importancia en el

Por: Laura Lahner3 Sep, 2020
Lectura: 6 min.
Ambiente: un desafío para Uruguay
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Artículo original en español. Traducción realizada por inteligencia artificial.

El cambio climático es un tema relevante que en los últimos años ha ganado cada vez más importancia en el plano internacional. Se convirtió en un asunto global y cuenta con una alta presencia en los medios de comunicación y en la agenda política, tanto internacional como local. Greta Thunberg, la joven activista ambientalista, nos comunica desde Suecia la urgente necesidad de cambiar nuestro estilo de vida. Al parecer, sus iniciativas han aumentado la conciencia ambiental a nivel mundial, principalmente en las generaciones jóvenes que participan en las marchas de Fridays for future. En ese contexto, ¿dónde se posiciona Uruguay? ¿Existe una mayor conciencia respecto a cuidar el ambiente en este país latinoamericano? La creación del nuevo Ministerio de Ambiente por el Gobierno que asumió en marzo pasado sugiere al menos esto.

«En Uruguay se pierde el 50 % del agua que se potabiliza. Esto ocurre desde hace más de veinte años y es un indicador preocupante, al cual se le debería prestar atención», señaló Gerardo Amarilla, subsecretario (viceministro) del nuevo Ministerio de Ambiente. Sobre esta cuestión planteó la urgencia de instalar el debate de los asuntos ambientales en la agenda política de Uruguay. Cabe preguntarse qué se puede esperar de esta iniciativa tomada por el actual gobierno. Y, sobre todo, cuáles son los desafíos que caben esperarse.

Un nuevo ministerio

El Ministerio de Ambiente en Uruguay, que formó parte de las promesas de campaña de Lacalle Pou, se creó a pocos meses de su presidencia, con el apoyo de todos los partidos representados en el Parlamento, en el marco de la Ley de Urgente Consideración. Al frente tendrá a Adrián Peña, del Partido Colorado, y a Gerardo Amarilla, del Partido Nacional. En su órbita estarán los asuntos que hasta hace unos meses eran responsabilidad de las anteriores Dirección Nacional de Medio Ambiente (DINAMA) y Dirección de Nacional de Aguas (DINAGUA). Aparte de responder a la urgente necesidad global de cuidar el ambiente, la decisión tomada por el actual gobierno también podría mejorar el posicionamiento internacional de Uruguay en el índice de sostenibilidad. Mientras que en 2002 Uruguay se encontraba en el sexto puesto de un total de 200 participantes, a la fecha el país latinoamericano quedó relegado al lugar 47 de esa escala internacional.

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¿Cuál es el punto de partida?

Según el subsecretario Amarilla, el asunto de más urgente consideración, que ya debía haberse tratado hace mucho tiempo, es el control de las aguas. Especialmente el Río Uruguay asusta con altos índices de contaminación, que se expresan frecuentemente en superpoblación de algas verdes. Un estudio de la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU) manifestó un total de 13 parámetros con valores superiores al estándar, entre ellos varios metales, aceites y bacterias. Desde luego, la temática no se reduce al agua, sino que también constituye un posible riesgo para el suelo, lo que explica las críticas a la planta de celulosa de la empresa finlandesa UPM.

En lo que respecta a las áreas protegidas, el nuevo Ministerio de Ambiente considera apropiado extenderlas de 1 % al 6 % del territorio nacional.

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Si bien la idea de aumentar las zonas protegidas es esencial a la protección del ambiente, también debe asegurarse que esta persiga sus objetivos en forma debida. En este sentido, no merece la pena declararlas áreas protegidas si luego su manejo profesional queda en el aire. Asimismo, Amarilla quiere prestar consideración al cuidado de la fauna y flora marina en la costa uruguaya, donde por ejemplo se ubican las islas pobladas de lobos marinos.

 

La Isla de Lobos, a 8 km de la costa atlántica uruguaya, es una reserva natural y en ella se encuentra la mayor colonia de lobos marinos del hemisferio occidental | Foto: Shutterstock

La Isla de Lobos, a 8 km de la costa atlántica uruguaya, es una reserva natural y en ella se encuentra la mayor colonia de lobos marinos del hemisferio occidental | Foto: Shutterstock

Aunque en el transcurso de los últimos años hubo varias iniciativas para cuidar el ambiente, estas han resultado insatisfactorias. Teniendo en cuenta que el transporte en Latinoamérica es responsable de un 20 % de las emisiones de CO2, la incorporación de 30 autobuses eléctricos en Montevideo representa una medida simbólica que, aún insuficiente, ha aportado a la concientización de la población y serviría como punto de partida para que en un futuro cercano se reemplacen gradualmente los autobuses tradicionales que funcionan con gasoil.

Algo parecido sucede con los residuos. La aplicación Dónde Reciclo permite a los montevideanos identificar los lugares donde dejar su basura. Paradójicamente, esto está en claro contraste con la gestión pública de los desechos, que luego de recogidos no se reciclan en forma adecuada. Ese es el caso de las pilas, por ejemplo, que se entierran.

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A esto, se suma el interrogante de si hay suficientes contenedores de basura en los lugares públicos.

Otro aspecto crítico es el negocio cárnico. ¿Cómo se explica que a los ciudadanos uruguayos se les pida que consuman productos locales para reducir su huella de carbono, y luego se importen más de 14.000 toneladas de carne vacuna proveniente de Brasil y Paraguay solo en el primer semestre de 2020?

Misión y visión

Varias cifras impactantes dejan en claro la urgencia del cuidado del ambiente en Uruguay. De todos modos, para avanzar exitosamente en la agenda ambientalista, la nueva cartera debería trabajar en conjunto con el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), al que todavía corresponde la tutela de otros recursos ambientalistas. Y, más allá, habría que buscar también la articulación con distintos organismos departamentales para que las medidas repercutan en todo el país.

Las políticas públicas son decisivas para el cuidado de nuestro entorno. Ahí es donde entran en juego las prácticas educativas. Hasta ahora el ambiente forma parte de varias materias en el plan de estudios de las escuelas uruguayas, pero que no llegan a abordar el tema con una profundidad suficiente, lo que subraya la necesidad de mejorar el diseño de la educación ambiental.

Desde luego, es fundamental saber cómo se puede medir la eficiencia de las decisiones tomadas. Sería de gran ayuda plantearse objetivos concretos y seleccionar parámetros de referencia para evaluar posteriormente su grado de realización. El Dr. Amarilla lo resumió de esta manera: «Para mí sería un logro si el último día de gobierno abrimos la canilla y tomamos agua, o me bajo en un arroyo y tomo el agua sin problemas».

 

Notas:

[1]
y
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Entrevista personal con el subsecretario Gerardo Amarilla.

[3]
Una investigación realizada por la asociación civil CEMPRE (Compromiso Empresarial para el Reciclaje), determinó que en Uruguay se genera más de un millón de toneladas de residuos domiciliarios por año, de los cuales solo el 12,3 % es reciclado.

Laura Lahner

Laura Lahner

Licenciada en Gerenciamiento Económico e Intercultural por la Universidad de Passau, Alemania. Practicante en la oficina Montevideo de la Fundación Konrad Adenauer (2020).

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