Maribel tiene 29 años, nació en los Llanos Orientales, pero desde hace diez años vive en Bogotá. Cuando era niña, su padre los abandonó y, cuando tenía nueve años, su madre murió. Estuvo un tiempo en un convento de monjas, donde vio de primera mano la violencia ejercida por la guerrilla. Esa experiencia la marcaría de por vida. Muchas de las opiniones políticas que Maribel mantiene hoy, se vinculan con lo vivido en esa etapa.

El presidente Juan Manuel Santos y Rodrigo Londoño Echeverri (alias Timochenko) firman el acuerdo de paz. La Habana, 26.09.2016 | Foto: Presidencia El Salvador, vía Flickr

El presidente Juan Manuel Santos y Rodrigo Londoño Echeverri (alias Timochenko) firman el acuerdo de paz. La Habana, 26.09.2016 | Foto: Flickr

Maribel [*] es una luchadora. A los 15 años decidió irse a Bucaramanga a trabajar de doméstica en una casa de familia. Luego emigró a Bogotá, donde conoció a su actual esposo y con quien vive junto a su hijo de tres años. Hoy tiene un trabajo de community manager, que realiza desde su casa. Su vida actual no está exenta de sacrificios. Casi no ve a su marido en toda la semana. Él sale a trabajar a las seis de la mañana, luego va a estudiar, y llega a su casa después de las once de la noche. Los fines de semana, incluso, él viaja frecuentemente por trabajo. «Es lo que toca», dice, sin el menor atisbo de lamento. Ella agradece tener la posibilidad de trabajar desde su casa, para así estar más presente en la vida de su hijo: «Me hace feliz poder disfrutar de que mi hijo crezca y que yo lo vea; yo puedo trabajar desde mi casa, estar pendiente de mi hijo, eso me hace feliz y me da mucha paz». Lo que la angustia es no poder viajar más a su pueblo de origen, para ver a sus hermanos y su sobrino.

Maribel cursa una licenciatura en comunicación social on-line. Dentro de diez años se ve egresada y viviendo en el exterior: «Me veo capaz que en Estados Unidos, proyectando lo que he aprendido. Me gustaría estar dándole un buen colegio a mi hijo, teniendo mis propias cosas, mi apartamento, mi carro, y teniendo más tiempo con mi esposo para estar juntos».

Consultada sobre cómo ve la política, Maribel es contundente: «Es un negocio redondo; negocio para el más avispado. Aquí en Colombia el vivo vive del bobo». Relata detalladamente cómo funciona la corrupción en la micropolítica: «Usted, por ejemplo, es concejal; tiene un alto rango. Yo necesito, por ejemplo, unas escrituras pero no puedo pagar abogado. Entonces yo voy donde mi contacto, que es la palanca que agilita el trámite por dinero, que va al bolsillo del concejal. La corrupción es… todos los partidos funcionan así».

También relata cómo los políticos terminan intercambiando votos por bienes o dinero. Esto lo cuenta por experiencia directa, cuando tuvo militancia: «Lo sé porque estuve involucrada», advierte. ¿Cómo opera este mecanismo? El día de las elecciones, los partidos políticos ofrecen un mercado (alimentos) o «una teja para el techo, o un tanque, o una tubería… por cualquier cosita la gente cambia el voto». Y sentencia: «Todo es conveniencia». En este marco, no es de extrañar que cuando se le pregunta por la democracia se ría con una mueca irónica y diga: «Aquí no hay democracia, hay dedocracia».

Tiene una visión muy crítica del proceso de paz. «Santos les dio a las FARC este país. Es una farsa absoluta. Yo he vivido lo que han hecho las FARC. Con esta gente es imposible llegar a la paz. Está acostumbrada a matar. Al tío de una amiga lo cogieron porque no llevó no se qué cosa; lo torturaron, lo picaron y lo quemaron vivo. Esa gente es mala». Afirma que a las FARC les dieron demasiadas concesiones, que considera que constituyen injusticias respecto al resto de los ciudadanos. Sus expresiones no solo reflejan un desacuerdo sino indignación. El contraste de valores es profundo: «Les van a dar unos brutos rangos, les van a dar un millón ochocientos mil pesos, o los van a mandar para el exterior, que para Francia, que para no sé dónde. A ver… ¡los pobres de Colombia necesitamos que se abran becas en el exterior para nosotros! Entonces, ¿por qué a una persona que se comporta de esa forma, que comete tantos delitos, se le dan tantas cosas? Es algo que no cabe en la cabeza. Hacen lo que hacen y los premian al exterior, y les ponen apartamentos, y un millón ochocientos mensuales. ¿Qué es eso? Todo está al revés, dígame si no, está al revés!”.

 

* Nombre ficticio. Entrevista realizada para el proyecto Living Politics.

 

Ignacio Zuasnabar | @IZuasnabar
Consultor político y analista de opinión pública. Director de Equipos Consultores. Presidente de WAPOR Latinoamérica. Profesor de la Universidad Católica del Uruguay