Recientemente el gobierno de Mauricio Macri modificó el acceso al voto de los argentinos en el exterior.

Cuando un gobierno habla de avances para la ciudadanía, no solo piensa en salud, educación, economía, seguridad y otros tópicos que surgen como preocupaciones principales al preguntar al pueblo y en todas las mediciones. También existen otros temas y estos se pusieron en negro sobre blanco en la elección presidencial argentina del año 2015.

El avasallamiento de los tres poderes del Estado, el no respeto de las instituciones, los denigrantes acuerdos o memorándums con países que lesionaron los derechos de muchos compatriotas, el espionaje y persecución a quienes pensaban distinto eran claves del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. E inexorablemente iban a continuar en caso de que Daniel Scioli fuese electo presidente. Del otro lado había una propuesta de cambio, que venía a plantear más democracia, más institucionalidad, individualidad y fortalecimiento de los tres poderes del Estado. Era un crisol de pensamientos pero con un objetivo en común: mejorar el país y la vida de quienes lo integran.

Durante muchos años los argentinos que vivían en el exterior no tuvieron derecho al voto. Fue luego del Pacto de Olivos y con la reforma constitucional de 1994 que se estableció un régimen de participación para quienes se encontraban fuera del país. Ese sistema no fue realmente pensado de una forma eficiente, ya que oponía ciertas trabas; la más importante era que quien cambiaba su domicilio al exterior debía ir a la embajada o consulado a llenar un formulario de inscripción al padrón electoral. Eso hacía que, por ejemplo, en un país como Uruguay, donde residen más de 30.000 argentinos, menos de 3000 de ellos estuvieran habilitados para votar.

Gracias al reciente decreto presidencial 403/17, el padrón electoral de argentinos en Uruguay pasó a tener 30.000 inscriptos. Según una nota periodística del diario Clarín y de Infobae, el sufragio optativo para los argentinos mayores de 16 años residentes en el exterior ahora quedaría habilitado para un 60 % de los aproximadamente 900.000 que están en esa condición. Bastará con tener el domicilio en el extranjero actualizado en el DNI.

Este reclamo llevaba décadas y es un paso más en la larga y empinada escalera de la suma de derechos. Es también un desafío para los funcionarios de los consulados, ya que cambia totalmente su forma de trabajo, y es un desafío también para la fuerza política que lo impulsa —que ganó en todos los países en donde hubo votación, salvo Suecia—, que habrá de buscar que la gente la siga acompañando.

En el año 1999, el expresidente Fernando De la Rúa impulsaba el proyecto Provincia 25, por el cual se generaban cupos legislativos para los argentinos en el exterior, como lo tienen hoy Francia e Italia, por ejemplo. Aquel proyecto necesitaba de una reforma constitucional. Pero lo importante es que hoy los argentinos en la diáspora tienen un gobierno que piensa en ellos, y que ellos también decidirán si volvemos a un pasado gris o continuamos por este camino que, con muchas dificultades y con mucho «campo minado», estamos transitando.

 

Danilo Rey | @DaniloRey1
Coordinador del programa «Argentinos en el exterior» para Uruguay (Cambiemos, Argentina)