Donald Trump es el verdadero tsunami que ha estremecido la campaña de las primarias republicanas y se transformó en una pesadilla para el partido. El transgresor millonario y estrella de la telerrealidad, saborea su victoria del supermartes, donde ganó en siete estados en las primarias, frente a los cuatro triunfos de Cruz y la primera victoria de Rubio.
Su discurso está dirigido a esos millones de estadounidenses, en gran parte humildes y maltratados por la administración Obama, que se sienten traicionados por los políticos tradicionales de los Estados Unidos. A ellos, Trump promete devolver la grandeza a su país.
Después de la derrota en Iowa, en el arranque de las primarias, el candidato republicano se comporta como un verdadero animal político. Actúa como un outsider y ha logrado que la opinión pública esté pendiente de sus declaraciones, no exentas de polémicas frases que en algunos inspiran temor. Quizás pueda ser comparado al también republicano Barry Goldwater, quien disputó la presidencia con Lyndon B. Johnson en 1964.
Sin duda Trump es carismático y brutal. Además posee un manejo de la telepolítica como ningún otro de sus contrincantes. Su imagen y popularidad fue construida desde hace muchos años. Hoy se planteó una estrategia de comunicación que está resumida en esta frase: No importa si hablan bien o mal de ti, lo importante es que hablen de ti, y los hechos están demostrando que mal no le va. A pesar de su fortuna, la inversión publicitaria es menor que la de Hillary. Hábilmente maneja de manera tal sus presentaciones que logra una inmensa cobertura gratuita en la prensa
y las redes socialesÉl mismo les ordena a los fotógrafos y camarógrafos que registren las masivas concurrencias a sus actos y si no lo hacen se los reprocha acaloradamente.
Suele decir: «Nadie consigue concurrencias como las mías», «Nosotros rompimos récord. Y yo no tengo una guitarra». Elton John dijo: «Tú consigues las mayores muchedumbres en el mundo para alguien sin guitarra».
Su equipo está en cada detalle. La forma como arma sus plateas es un ejemplo: coloca a grupos de sus seguidores en plataformas altas detrás del candidato para que las cámaras no puedan perderse sus rostros.
Su estrategia, como él, es provocadora. Hasta el papa Francisco se ocupó de sus dichos. Ha sabido conectar con los más conservadores pero también con los que piensan que «tristemente, el sueño americano está muerto. Pero si fuera elegido presidente, lo traería de regreso más grande, mejor y más fuerte que nunca y haríamos a Estados Unidos grandioso de nuevo», como afirma uno de los mensajes que más cala hondo y es una de las columnas de su estrategia de comunicación.
La moneda está en el aire, veremos si cae a favor de Trump.
Jorge Dell’Oro | @dellOroJorge