El proceso electoral de Estados Unidos tiene características distintivas, en comparación a los sistemas de América Latina y el Caribe, tanto en su extensión como en las normas que lo rigen. Es tan largo como complejo, y para entender mejor sus particulares reglas de juego, es conveniente una explicación en negro sobre blanco.
Las campañas estadounidenses comienzan mucho antes del año electoral. Los candidatos anuncian con antelación sus intenciones y participan en eventos de promoción política, previo a un procedimiento muy reglado que combina prácticas de elecciones directas e indirectas.
Caucus y primarias
De enero a junio del año electoral —en este caso, el 2024—, los partidos políticos de cada estado llevan a cabo caucus o primarias, según las reglas electorales específicas de cada uno, para elegir a sus candidatos presidenciales.
Los caucus son reuniones públicas en las que los votantes se congregan para discutir y votar por sus candidatos preferidos. Estas asambleas partidarias se llevan a cabo en diversos lugares como escuelas, iglesias y centros comunitarios. La celebración de estas reuniones en condados o distritos electorales depende de las disposiciones específicas de cada estado.
De allí surgen los nombres de los delegados del estado a la convención del partido, que es la encargada de elegir al candidato presidencial.
En la actualidad, los caucus se celebran en cuatro estados: Dakota del Norte, Iowa, Nevada y Wyoming.
Los partidos de los otros 46 estados, junto con el distrito de Columbia (Washington D.C.), seleccionan a su candidato presidencial mediante elecciones primarias. Este es un procedimiento que opera de manera similar a cualquier elección interna partidaria: votaciones secretas en colegios electorales.
En cada elección primaria o caucus está en juego un cierto número de delegados. Se trata de personas que representan a su estado en las convenciones nacionales que elegirán al postulante a la Casa Blanca.
Los dos sistemas, que funcionan indistintamente en función de las tradiciones de cada estado en un país de fuerte raigambre federal, presentan ventajas y desventajas.
Lo bueno y lo malo
Los caucus suelen ser mecanismos más participativos que las votaciones primarias. Los participantes tienen la oportunidad de hablar con otros partidarios sobre los candidatos, pero a la vez, tienen el inconveniente de que pueden desembocar en instancias caóticas y con problemas de accesibilidad. Se realizan en un lugar muy específico y bajo una modalidad más restrictiva, debido a que implican discusiones y votaciones en tiempo real.
Las primarias, en cambio, habilitan las votaciones en cualquier colegio electoral del estado correspondiente y ofrecen horarios más amplios que los caucus. Esto facilita una mayor participación, incluyendo a aquellos que no son del cerno partidario.
Convenciones nacionales
Entre julio y principios de setiembre, los partidos políticos llevan a cabo convenciones nacionales para elegir a sus candidatos. Marcan así el final del proceso de selección de los postulantes a la presidencia y vicepresidencia. En cierto modo, estas convenciones son instancias que ratifican a ambos candidatos de los partidos políticos. Los nombres de los candidatos, que surgen de las convenciones partidarias, aparecen en la boleta electoral.
Va de suyo que la nominación presidencial depende de que el aspirante reúna la mayoría de los delegados a la convención.
El día de las elecciones generales corresponde al primer martes de noviembre cada cuatro años. Este año será el 5 de noviembre.
Colegio electoral
Sin embargo, el resultado no depende directamente del voto ciudadano, sino de lo que determine formalmente el voto de los electores de un colegio electoral.
Los padres fundadores de Estados Unidos establecieron en la Constitución «una concesión entre la elección del presidente por un voto en el Congreso y la elección del presidente por el voto popular entre ciudadanos cualificados». Podría interpretarse que al final se trata de un sistema intermedio entre el voto popular de los ciudadanos (elección directa) y una votación en el Congreso (elección indirecta).
Suele hablarse de un proceso porque abarca la selección de electores, la reunión de ellos para elegir a la fórmula ganadora y, finalmente, el conteo de los votos de este cuerpo por el Congreso.
Recordemos que en las instancias de los caucus y elecciones primarias, los votantes eligen a los delegados que representan al estado en la convención nacional del partido, responsable de elegir a un postulante. Luego, los candidatos se enfrentan en elecciones generales. En diciembre, este colegio electoral, conformado por 538 miembros es el que formalmente define, por una mayoría de 270 votos electorales, al presidente y vicepresidente de Estados Unidos.
Proceso de elección
Los miembros de este colegio electoral son designados por cada estado y no resultan directamente de una elección popular de los ciudadanos a nivel nacional. El proceso de elección varía según las leyes y reglamentaciones de cada estado, pero generalmente implica la nominación por los partidos políticos y la selección de electores comprometidos con el candidato ganador del estado.
La cantidad de electores de cada estado en el colegio electoral es igual al número de sus representantes en el Congreso (senadores y miembros de la Cámara de Representantes), y son elegidos sobre la base de procedimientos internos que pueden variar.
En 48 estados y en Washington D.C., el ganador consigue todos los votos electorales para ese estado. Maine y Nebraska asignan a sus electores utilizando un sistema proporcional. El sistema mayoritariamente de «todo o nada» (winner–take-all) explica que un postulante presidencial puede ganar el voto popular en un estado, pero no los votos electorales, algo que ha ocurrido en 2016, 2000 y tres veces en el siglo XIX.
El Congreso
El 6 de enero de 2025, el Congreso se reunirá en una sesión conjunta en la cual deberá verificar los votos electorales certificados por cada estado. Esto marca la etapa final del proceso electoral y determina oficialmente al ganador de la elección presidencial. Si se confirma el resultado del colegio electoral, el ganador se convertirá en presidente electo.
El día de la inauguración tiene lugar el 20 de enero, cuando el presidente electo presta juramento y asume oficialmente el cargo. Sin embargo, si es domingo, la ceremonia pasa al día siguiente. El acto se realiza en el Capitolio, en Washington D.C., donde el presidente electo presta el juramento presidencial, pronunciando la frase «Preservar, proteger y defender la Constitución de los Estados Unidos», una tradición para llegar a la Casa Blanca.