«Para proteger a los ciudadanos americanos, Estados Unidos se bajará del Acuerdo de París. Empezará las negociaciones para reentrar o hacer un nuevo acuerdo
La evidencia científica asocia actividades humanas con un aumento dramático de las emisiones de gases invernadero, y a estas, con el cambio climático. Siempre existieron variaciones en el clima y la historia muestra ejemplos de cómo estas variaciones afectaron a civilizaciones enteras. Eventos extremos arruinaron cosechas y provocaron hambre en la Edad Media. Las migraciones frecuentemente se explican a partir del colapso de un ecosistema o de la pérdida de una especie vital para la supervivencia de una cultura. Finalmente, muchas de las guerras supuesétnicas en realidad se explican a partir de un conflicto por el acceso a recursos escasos como el agua. La historia de la humanidad es rica en ejemplos que ilustran esto. Lo novedoso es que la globalización asociada con el aumento de la población y del consumo actúan simultáneamente en todo al planeta.

Acuerdo de Paris
En diciembre de 2015, las Naciones Unidas acordaron limitar el calentamiento global a un máximo de dos grados centígrados. Este Acuerdo de París sobre el Clima fue la respuesta de la comunidad internacional a «una amenaza apremiante y con efectos potencialmente irreversibles para las sociedades humanas y el planeta»
Justamente, la retirada de los Estados Unidos es interpretada como un abandono de su rol de líder. El Dr. Peter Hefele, director del Proyecto Regional Seguridad Energética y Cambio Climático en Asia Pacífico, de la Fundación Konrad Adenauer, califica la retirada de «gol en contra geoestratégico, porque quien quiere ejercer influencia debe sentarse en la mesa y negociar». En la próxima Conferencia del Clima, que se realizará en Bonn el próximo noviembre, se van a acordar pasos muy concretos y vías de financiación para estos, observa Hefele. Y lo que se decida en un campo tendrá repercusiones en otras arenas internacionales como el comercio o las políticas financieras internacionales. Resulta extraño imaginar este encuentro sin la presencia de la primera economía del mundo.
Reducir emisiones
Las actividades humanas extractivas y productivas, el aumento de emisión de gases invernadero, de la generación de residuos y la destrucción de ecosistemas tienen su correlato en el clima. Los eventos extremos, inundaciones, sequías, tormentas, aumentan en intensidad, frecuencia y duración. En la ciencia existe consenso sobre la necesidad de un esfuerzo internacional y coordinado para evitar llegar a puntos de no retorno.
Los efectos del cambio climático serán ineludibles, también para los trabajadores de la industria del carbón que el presidente Trump dice amar. Los retos inéditos a los que se nos enfrentamos exigen liderazgos creíbles.
Las señales desde Europa son alentadoras. Una vez más, la canciller Angela Merkel hace sentir su voz de aliento y llama a redoblar esfuerzos para manejar la crisis y construir en forma conjunta un futuro para toda la humanidad: «Nada puede y nada va a pararnos en la protección de nuestro planeta».