En todos los rincones de América Latina, ya sea en metrópolis bulliciosas o en pequeñas ciudades, se reúnen individuos inquietos y apasionados por la política. Estas veladas, a menudo nocturnas o dominicales, buscan involucrar a más personas en la esfera política, brindar oportunidades de formación política o comprometer su participación y liderazgo para la acción política.
La pregunta recurrente es cómo trazar el camino y qué dirección tomar. Ideas abundan: charlas en colegios o universidades, academias o escuelas de formación política, actividades de sensibilización. Este artículo es una invitación a explorar por dónde comenzar y cómo avanzar en esta travesía compartida por aquellos que están enamorados de la política.
La posibilidad de no reinventar la rueda cuando hablamos de formación viene en una Caja de herramientas para la formación política estratégica. En sus páginas, este libro propone un proceso, no como guía rígida sino como brújula adaptable a las necesidades únicas de cada organización. Aunque no hay una fórmula mágica, sí existen pasos comunes que pueden agilizar este proceso, explorando previamente el terreno para dar pasos hacia la innovación en la política.
Miremos el bosque
Antes de sumergirse en la estrategia formativa, los invito a mirar el bosque y reflexionar juntos sobre qué es la formación política y cómo puede echar a andar la rueda. En estas discusiones, términos como educación, formación, capacitación a menudo se usan de manera intercambiable.
El primer capítulo de esta obra se propone dotar a estos conceptos de definiciones sólidas. La educación política, a través de políticas públicas, es una base común, es la preparación que reciben las personas a lo largo de su vida para que sean independientes en sus decisiones políticas y se active su compromiso cívico para asumir activamente roles que contribuyan con el desarrollo de su comunidad.
En cambio, la formación política se podría definir como la preparación que en el largo plazo que reciben los políticos a través de conocimientos y competencias para el desempeño de su rol como políticos. Así como las capacitaciones son actividades concretas para desarrollar conocimientos específicos. En conclusión, los líderes políticos que no solo comprendan sino desarrollen políticas públicas orientadas a fortalecer el juicio crítico de los ciudadanos girarán la rueda que fortalece la democracia, con una sociedad más participativa y con un sistema de partidos políticos más fortalecido.

Innovación democrática
En un contexto de urgente innovación democrática, este libro apunta a hackear procesos que otros ya transitaron y ofrece ideas para enriquecer la tarea formativa de cada organización, según la etapa en la que se encuentre. Para generar una estrategia formativa, las organizaciones deben mirar hacia su misión político-ideológica (estatutos, propuestas programáticas, entre otros documentos fundacionales) y su misión institucional entendida como «una declaración orientada a la acción sobre el propósito del partido».
La misión institucional permite trazar una ruta tangible hacia el futuro, desde donde se desprenderán las metas y el propósito de largo plazo. Si esta segunda misión no existe, puede ser un punto de partida en la lista de tareas pendientes.
Ambas, la misión política y la institucional, guían la estrategia formativa y ayudan a romper con la noción errónea de que la formación son actividades aisladas, como talleres y charlas sobre liderazgo o comunicación política. La estrategia formativa debe estar alineada con la misión y sumar a los objetivos de la organización. Aquello que no aporte, no debe gastar los limitados recursos de la organización.
Además de las actividades formativas, esta estrategia podría considerar otros componentes relativos a la motivación de los miembros o al desarrollo organizacional. Asimismo, se debe construir de manera horizontal, en coordinación con otras instancias del mismo nivel que trabajen temas formativos; por ejemplo, áreas formativas, de la mujer, entre otras. Y de forma vertical, definiendo los roles de los actores en los ámbitos descentralizados, evitando la duplicación de esfuerzos y fomentando la colaboración entre diferentes áreas y niveles de la organización.
Romper con viejos paradigmas
Una vez definido el por qué, es el momento de diseñar el cómo. Identificar los recursos, formar equipos, establecer metas y crear herramientas para la medición de resultados son esenciales. La mejora continua es esencial, así como el monitoreo de los avances y la adaptación de la estrategia según sea necesario. Este proceso implica un compromiso el análisis y la retroalimentación constante.
Las organizaciones a menudo estructuran sus actividades formativas basadas en la experiencia empírica de sus miembros y, posiblemente, con un escaso nivel de sistematización de las experiencias formativas. Esta tendencia limita los procesos de mejora continua. Implementar modelos de diseño instruccional, como ADDIE, en el contexto de la formación política, puede contribuir a profesionalizar la ejecución y sistematización de las actividades formativas.

Habilidades imprescindibles
El capítulo 4 de Caja de herramientas para la formación política estratégica profundiza en cada uno de estos componentes a través de un análisis que considera elementos cruciales como la conformación de equipos, el público objetivo, las metodologías y aplicaciones, el presupuesto y, por supuesto, la retroalimentación durante cada actividad. Es fundamental identificar qué conjunto de habilidades se requiere para cada proyecto, reconocer las brechas existentes en el grupo objetivo y tener en cuenta los conocimientos previos necesarios. También es esencial definir si cada actividad está alineada con la estrategia formativa y, si es necesario, ajustar las actividades durante su implementación.
A lo largo de la obra, se comparten reflexiones derivadas de la experiencia de la Escuela de Formación Política «Millennials para el Cambio» de la KAS Perú entre 2015 y 2022. También se brindan diversas tareas que pueden orientar el proceso de concebir la estrategia, planificación y ejecución de las actividades formativas. Es cierto, como el propio libro sostiene, que esta caja no es un remedio absoluto. Aunque ofrece múltiples herramientas, no las abarca todas. En sus 83 páginas se presenta la oportunidad para proponer innovadoras adiciones a este conjunto de herramientas.
Formación política
La formación política va más allá de adquirir conocimientos; implica la formación de líderes responsables y comprometidos. En un contexto donde la polarización y las amenazas a la democracia son palpables, es crucial reflexionar sobre los desafíos políticos presentes y futuros. La educación política es un motor para fortalecer la democracia, y la formación política orientada en este sentido puede ser el catalizador.
Esta caja de herramientas es una invitación para todos aquellos que quieren echar a andar la rueda. Necesitamos transformar la sociedad a través una formación política de las nuevas generaciones con el sueño de fortalecer la democracia. Un sueño que merece cada esfuerzo y cada herramienta a nuestro alcance.
Caja de herramientas para la formación política estratégica
1.ª edición digital, marzo de 2023
Lima, Perú
ISBN: 978-612-49057-2-8
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