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Conservación y preservación de la identidad indígena. ¿Cómo estamos en América Latina?

«Los pueblos indígenas queremos seguir siendo lo que somos, pero no queremos seguir estando como estamos» Esta es una poderosa

Por: Bernardo Ponce3 Feb, 2021
Lectura: 7 min.
Conservación y preservación de la identidad indígena. ¿Cómo estamos en América Latina?
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Artículo original en español. Traducción realizada por inteligencia artificial.

«Los pueblos indígenas queremos seguir siendo lo que somos, pero no queremos seguir estando como estamos»

Esta es una poderosa frase que proviene de filosofía chinanteca (pueblo originario de México que habita el estado de Oaxaca), que se ha escuchado más de una vez en las diversas actividades del Programa Regional de Participación Política Indígena (PPI). Una frase que establece la categórica necesidad de preservar los elementos de identidad colectiva de los pueblos indígenas pero que también evidencia la prioridad de atender las sentidas necesidades sociales, económicas y, por supuesto, de participación política de estos pueblos. Se trata de procesos en los cuales es imprescindible la relación, diálogo y comprensión de la diversidad entre sectores indígenas y no indígenas, donde la evolución y resignificación de las culturas es permanente.

Ahora bien, cabe establecer primero cuáles son los elementos (costumbres, símbolos y diversas manifestaciones culturales) que expresan la identidad indígena. Algunos de estos son: las lenguas, la vestimenta, la medicina ancestral, las expresiones estéticas y las artes, las costumbres, el acervo de conocimientos (denominado como cosmovisión), la espiritualidad ancestral y, por supuesto, las formas propias de participación y representación política. Cada uno de ellos atraviesa por un proceso diferenciado en términos de conservación; las medidas de protección y las acciones propias para su preservación varían según cada caso y cada país.

Uno de los elementos más importantes en términos de preservación y continuidad de la identidad de los pueblos es la lengua,

pues la construcción misma de la realidad se configura desde la lengua materna de cada persona. Ante el acelerado proceso de desaparición de lenguas indígenas en la región y en el mundo es que Naciones Unidas declaró al 2019 como el Año Internacional de las Lenguas Indígenas, así como el Decenio Internacional de las Lenguas Indígenas de 2022 a 2032. El propósito es promover la educación en lenguas nativas, pero además bajo el modelo de educación intercultural bilingüe (EIB). La estrategia propuesta plantea también el uso de tecnologías digitales.

Por citar un ejemplo, México, que es uno de los países con mayor diversidad cultural y lingüística del mundo, cuenta actualmente con 68 lenguas originarias reconocidas por el Estado. Sin embargo, según lo afirmado en el último #DiálogoPPI por Guadalupe Peralta, consultora mexicana y maestra en Estudios Regionales, se estima que la mitad de estas lenguas están en riesgo de desaparecer. El panorama a nivel global es aún más desalentador. El Foro Permanente de la ONU para Asuntos Indígenas ya ha advertido que el 90 % de los idiomas indígenas habrán desaparecido para el año 2100. Actualmente, y de acuerdo con estudios del Banco Mundial, uno de cada cinco pueblos indígenas de América Latina y Caribe ha perdido su idioma nativo y el 26 % de las lenguas indígenas está en riesgo de desaparecer.

Respecto a la vestimenta de los pueblos indígenas, si bien se han dado en los últimos años diversos procesos de recuperación y reivindicación de la vestimenta, se han observado también casos de folclorización, apropiación e incluso banalización de este elemento cultural. Los casos más frecuentes se registran en la industria de la moda, que obligan a los pueblos indígenas a establecer procesos de registro de propiedad intelectual.

Uno de los ejemplos con notable repercusión mediática es el caso de la diseñadora Carolina Herrera, por el uso no autorizado de referentes de vestimenta indígena de tres pueblos indígenas de México en 2019. Dicho caso generó incluso una nota del gobierno mexicano solicitando una explicación. Procesos como este se suscitan en otros países de la región, no solo respecto a la vestimenta sino también al uso de plantas medicinales, en los que no siempre los indígenas cuentan con apoyo legal o la atención mediática para la debida protección de sus expresiones propias, son pues procesos que —en todos los casos— debieran desarrollarse en un marco de reconocimiento y respeto a la propiedad intelectual de los pueblos. Casos como este evidencian que en el área de los mecanismos legales y del funcionamiento de mercados, los Estados nacionales, los grupos mayoritarios y los pueblos indígenas necesitan intensificar mucho más el diálogo intercultural para evitar choques de culturas y generar un ambiente de respeto.

Sobre el tema, en 2015 el PPI organizó un taller regional denominado Innovación es Esperanza, en el que se partió de preguntas como: ¿qué diferencias hay entre la creatividad indígena y no indígena?, ¿cómo partimos de la creatividad ancestral para ir más allá de las posibilidades locales?, ¿cómo combinamos saberes y habilidades para generar nuevas soluciones con perspectiva intercultural?

Para darles respuesta se invitó al profesor rumano-alemán George Teodorescu, quien explicó en detalle una metodología de trabajo intercultural denominada innovación es esperanza. Se trata de un proceso que permite incorporar soluciones creativas en procesos participativos e interculturales con comunidades indígenas, tomando en cuenta aspectos críticos como vivienda, refugio, energía y agua, en un marco de ecosistemas sustentables, enfocados en la búsqueda de soluciones basadas en oportunidades y talentos creativos locales. Todo el proceso, en todas sus etapas, toma en cuenta la imperativa necesidad de respetar la propiedad intelectual de los conocimientos indígenas. Experiencias como esta demuestran que es posible la preservación y protección de los saberes y conocimientos ancestrales de los pueblos en las economías de mercado y el Estado de derecho, en marcos de diálogo intercultural, innovando a través de soluciones creativas.

Por último, cabe revisar la situación de las legislaciones y por supuesto, de la voluntad política de los gobiernos latinoamericanos hacia la conservación y protección de las identidades indígenas. Si bien por un lado es imprescindible establecer el reconocimiento constitucional de la diversidad étnica de nuestros países y la incorporación de normativa específica para su protección, en la práctica ello no es suficiente. Si algo ya ha quedado demostrado en América Latina es que las leyes son necesarias pero no suficientes. Los Estados de la región aún muestran carencias respecto a la generación de procesos participativos con las comunidades para encontrar soluciones escuchando propuestas e integrando conjuntamente cambios estructurales.

En el último Consejo del Programa Regional de Participación Política Indígena, reunido en marzo de 2019 con presencia de especialistas de diez países de la región,

se concluyó que, por un lado, en Ecuador, México, Paraguay y Perú los gobiernos han avanzado en la incorporación de medidas destinadas a la protección de la identidad indígena (por ejemplo, la reciente reforma del artículo 2 de la Constitución mexicana, que establece que el español y las lenguas nativas tendrán la misma validez, lo que conlleva al compromiso estatal de «promover una política multilingüe, en igualdad con el español, en todos los espacios públicos y privados»); sin embargo, aún es notoria en la región la escasa capacidad de los gobiernos respecto al diálogo intercultural, así como también hay mucho por avanzar para que los partidos políticos de América Latina adopten una real visión integral de lo indígena en sus estructuras y propuestas.

Para saber más sobre este tema: publicaciones del PPI


Notas:

Las lenguas, especialmente las indígenas, están en constante proceso de sincretismo lingüístico.

Marco Mendoza (Bolivia), Geraldo Andrello (Brasil), Gabriel Muyuy (Colombia), Andrés Jouannet (Chile), Diego Iturralde (Ecuador), Simeón Tiu (Guatemala), Guadalupe Peralta y Griselda Galicia (México), Josué Ospina (Panamá), Ester Prieto (Paraguay) y Mirva Aranda (Perú).

Bernardo Ponce

Bernardo Ponce

Coordinador del Programa Regional de Participación Política Indígena (PPI) de la Fundación Konrad Adenauer

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