En la noche del 13 al 14 de febrero de 1945 se produjo uno de los bombardeos más cruentos de la segunda guerra mundial. Hoy se cumplen 75 años. Vale la pena detenerse un minuto para recordarlo.
Esa noche la ciudad de Dresden fue convertida en un infierno. A semanas de la finalización de la guerra morían decenas de miles y quedaba destruida la llamada ciudad del barroco a orillas del río Elba. La Frauenkirche
En estos días la polémica tiene un inesperado giro por una obra del artista sirio-alemán Manaf Halbouni en Dresden. Esta consta de tres buses colocados uno al lado del otro formando una especie de pared frente a la Frauenkirche. El artista se inspiró en la ciudad de Alepo, donde observó una instalación que servía de escudo para civiles víctimas de francotiradores. Hoy la capital de la cultura islámica está en escombros. Sus calles con iglesias y mezquitas frente a frente son intransitables.
Con su Monumento de buses Halbouni quiere llamar la atención sobre otras guerras y otras víctimas. Alrededor de sus buses se juntan manifestantes a favor y en contra de la obra. Los ánimos se caldean, tanto que el alcalde mayor de Dresden, Dirk Hilbert, debe contar con protección policial. La instalación será retirada en unos meses pero seguramente la discusión sobre las responsabilidades de la guerra y la destrucción continuarán. Tal vez esto sea un indicador de una sociedad viva y democrática.
En la noche del 13 de febrero murieron miles de civiles que venían huyendo de la guerra. También murieron muchos prisioneros de guerra aliados, quemados por las bombas de sus compañeros de armas. Uno de estos prisioneros, Kurt Vonnegut, logró esconderse junto con algunos compañeros en un sótano. De la espantosa experiencia sale la inspiración de su obra Matadero 5.
La reconstrucción fue posible: en los días de la caída del Muro de Berlín, un grupo de ciudadanos de Dresden fundaba una iniciativa para la reconstrucción de la Frauenkirche. Y esta se hizo realidad gracias al apoyo de donantes de todo el mundo, muchos de Inglaterra, que juntaron más de 100 millones de euros.
Hoy Dresden está hermanada con la ciudad inglesa de Coventry y la holandesa Rotterdam. Ambas sufrieron también terribles bombardeos pero de la Luftwaffe, la fuerza aérea nazi. La cruz que hoy corona la cúpula de la Frauenkirche fue forjada por un herrero inglés. Era hijo de uno de los pilotos del 13 de febrero. La reconciliación parece posible.