En el Paraguay, las elecciones municipales se celebran cada cinco años en toda la República para elegir a las nuevas autoridades de los 254 distritos que forman parte de su territorio. En esta oportunidad, sin dudas estos comicios constituirán el termómetro político para las elecciones generales del 2023.
En el caso paraguayo, las restricciones sanitarias y medidas de distanciamiento social impuestas por la pandemia del coronavirus han obligado a suspender las elecciones municipales fijadas originariamente para setiembre del 2020. Esto significó que el Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE), máximo órgano de todo proceso eleccionario de Paraguay, prorrogara por primera vez desde la caída de la dictadura en el año 1989 el mandato de las autoridades, y fijara nueva fecha de los comicios para octubre de 2021. Para el efecto, se adoptó un protocolo sanitario acorde a las recomendaciones dadas por las autoridades.
Pasada la crisis caliente de la pandemia, los partidos políticos volvieron a sus viejas prácticas clientelistas y prebendarias, que van reemergiendo a medida que la polvareda de la mayor crisis sanitaria mundial baja el denso humo gracias a la vacuna. No obstante, el proceso político de estos comicios que se vienen ya se puso en marcha desde hace meses, tras las internas de cada partido, en las que definieron sus candidatos.
Un total de 28 partidos, 113 movimientos políticos, 118 alianzas electorales y cuatro concertaciones, que tienen candidatos para presidir las intendencias y ocupar las concejalías, se jugarán su suerte y preconfigurarán el espectro político de cara a las próximas internas partidarias que se celebrarán en vísperas de las presidenciales del año 2023.
Para entender el panorama político y lo que está en juego en estas elecciones debemos remontarnos a la anterior elección municipal, del año 2015. En aquella oportunidad, el Partido Colorado, actual partido de gobierno, perdió en importantes departamentos del país. Tuvo su principal derrota en la capital, donde el opositor Mario Ferreiro ganó la intendencia. En 2019, Ferreiro renunció a su cargo, al haber sido denunciado por la existencia de una red de recaudación paralela en el municipio.
El tablero político
A escasos días de las elecciones municipales, se refuerza diariamente el clima de guerra entre los movimientos y facciones de los dos partidos tradicionales, la Asociación Nacional Republicana (ANR) y el Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), centrales en la disputa electoral. Ambos partidos son los actores principales que conforman el modelo bipartidista y la estructura clientelar imperante en el país, concentrando en conjunto algo así como el 80 % de votantes duros.
Los colorados, con una unidad de fachada entre los dos movimientos principales del partido —Añeteté, que lidera el actual presidente de la República, Mario Abdo Benítez, y Honor Colorado, amparado por el expresidente, el empresario Horacio Cartes—, se debaten como de costumbre en una interna feroz y, detrás de los candidatos de uno y otro bando, se disputan el auge de sus líderes de cara al 2023, año de las elecciones generales a la Presidencia de la República.
Sin embargo, la vieja dirigencia colorada, en su afán de recuperar los municipios perdidos en las elecciones del año 2015, elaboró un plan de paz partidaria denominado Operación Cicatriz. Aún con molestias y dudas, el proyecto fue avanzando y logró apaciguar la virulencia de los enfrentamientos internos en el Partido Colorado. La intención tuvo mucha aceptación principalmente en los mandos medios, pero no así en los principales líderes, aunque estos entendieron la importancia de llegar con la menor división posible al 10 de octubre y depusieron muchos de sus enojos e intereses.
Por eso no sorprendió el abrazo entre colorados, enemigos irreconciliables que tuvieron que tragarse sapos y culebras en el afán de que la mayor cantidad de afiliados voten el día de las elecciones.
El ideólogo del plan Cicatriz, José Alberto Alderete, ex senador colorado, reconoció días atrás que las elecciones municipales serán un plebiscito de la gestión del actual gobierno de Mario Abdo Benítez. Mencionó que el objetivo es obtener el 70 % de las intendencias del país, por lo que cualquier resultado por debajo de este número será considerado un rotundo fracaso.
Pero el principal partido de Gobierno ya mira de reojo las elecciones presidenciales del 2023, y los comicios del 10 de octubre serán una antesala a lo que se viene. Por eso, el operativo cicatriz denominado Concordia Colorada no pudo evitar que los principales movimientos internos de la ANR prematuramente ya hayan designado a sus candidatos para las elecciones generales. Por un lado, el actual vicepresidente Hugo Velázquez, por el movimiento liderado por Abdo Benítez, y la dupla Santiago Peña-Pedro Alliana, este último titular del Partido Colorado, por el movimiento liderado por Horacio Cartes, comienzan a jugar sus propias cartas y chances electorales, pensando en el futuro.
La recuperación de importantes municipios para la ANR significaría lograr una tranquilidad momentánea recuperando espacios de poder, habida cuenta de que las elecciones presidenciales serán tan sangrientas como siempre, ya que el poder real se mide en las internas coloradas. Por de pronto, todas las fichas están puestas ahora en el actual intendente de Asunción, Oscar Nenecho Rodríguez, quien asumió tras la renuncia de Ferreiro hace dos años y cuenta con la bendición y el apoyo de Horacio Cartes con el objetivo de seguir al frente de esa comuna.
La oposición
Mientras tanto en la oposición, principalmente el PLRA, como ya es tradicional, también se encuentra enfrascado en una lucha sin cuartel casi suicida y ya de larga data entre el presidente del partido, Efraín Alegre, y el senador Blas Llano, líder de uno de los movimientos internos más grandes de la nucleación.
Sin embargo, esto no impidió que los candidatos ganadores en las internas negociaran con los otros sectores de la oposición alianzas para recuperar o mantener los principales municipios del país.
El caso más significativo fue el del outsider liberal Eduardo Nakayama, quien logró unir en torno a su candidatura a toda la oposición en la capital Asunción y se prepara para pelear palmo a palmo con el caballo del comisario, Oscar Nenecho Rodríguez.
Para el PLRA, una derrota significaría que ni aun con alianzas podría vencer a los colorados en importantes municipios y resultaría un llamado de atención importante de cara al 2023.
Precisamente, en este partido aparece un empresario del sector farmacéutico, Norman Harrison, para disputar la chapa presidencial con Efraín Alegre.
Los resultados de las municipales catapultarán a Velázquez-Peña (ANR) o a Alegre-Harrison (PLRA). Una debacle colorada será atribuida a un mal gobierno de Marito Abdo, mientras la derrota en importantes municipios será responsabilidad de Alegre en el seno liberal. Allí radica la importancia de estas municipales.
Participación
Las internas partidarias simultáneas realizadas en junio pasado con miras a las municipales del próximo 10 de octubre arrojaron una pobre participación de la gente y una gran cantidad de votos en blanco, en unos comicios que inauguraron las innovaciones electorales del voto electrónico y el desbloqueo de listas, además de darse en medio de la actual pandemia de covid-19.
El voto joven tendrá una gran preponderancia en estas elecciones. Del padrón nacional que será utilizado el día de los comicios municipales, se desprende que un total de 1.457.822 hombres y mujeres de entre 18 y 29 años de edad están habilitados para elegir a las nuevas autoridades de los municipios de todo el territorio nacional. Habrá además 986.719 electores de entre 30 y 39 años de edad. Totalizan así 2.444.541 las personas de entre 18 y 39 años de edad que están habilitadas a votar.
En las elecciones municipales del año 2015 fueron habilitadas 3.947.574 personas, mientras que en estas elecciones 2021 están habilitados 4.644.536 electores. De este total, 50,9 % son hombres y 49,1 % son mujeres.
En las pasadas internas partidarias, en la mayoría de los municipios del interior del país se impusieron los clanes familiares que cada vez controlan más la política, perpetuándose a través de las generaciones, sin importar los extensos prontuarios de los candidatos.
La gran disputa estará sin dudas en la capital del país, Asunción, donde la alcaldía municipal es muy apetecible para los partidos políticos, por la gran cantidad de fondos que administra y el trampolín político que podría significar para el eventual ganador.
El nivel de participación jugará un papel fundamental para testear el estado de ánimo de la gente, el humor social, el hartazgo hacia la clase gobernante y sus abusos de poder sobre los ciudadanos y sobre los recursos públicos, que llegaron al paroxismo con las restricciones a los derechos ciudadanos y los escandalosos casos de corrupción impunes en las esferas estatales, y especialmente ante la pérdida de credibilidad de las instituciones públicas en general y de los gobiernos municipales en particular, caracterizados históricamente por su ineficiencia, su corrupción rampante y su falta de rendición de cuentas e impunidad.
Falta de propuestas
A escasos días de las elecciones municipales, y pese a la enorme cantidad de candidaturas (sobre todo a la concejalía), resulta notoria y llamativa la falta de proposiciones claras sobre los dramas ciudadanos.
La ciudadanía requiere de ofertas concretas sobre temas que hacen al bien común, como el tráfico, las coimas, la recolección de basura, veredas y calles destrozadas, la excesiva cantidad de funcionarios, la polución ambiental, la falta de lugares para esparcimiento y la tremenda burocracia a la hora de conseguir documentos. Sin embargo, la clase política sigue enfrascada en debates estériles y acusaciones mutuas entre sus candidatos.
El sensible vacío de contenido programático en las ofertas electorales, así como la banalización y la violencia política de género se hicieron más visibles que nunca. La gran mayoría de las municipalidades se encuentran en crisis, incapaces de enfrentar la demanda social, agudizada por la pandemia. Es que, desde hace un buen tiempo, los gobiernos municipales no logran satisfacer las necesidades básicas de sus comunidades.
El hecho de que los municipios reciban importantes fondos como royalties y Fonacide, no hizo más que deteriorar la calidad de la representación política, abriendo puertas a una mayor corrupción.
Corrupción
La oposición idea la consigna #ANRNuncamás, pero los principales dirigentes del PLRA se encuentran enfrentados y saltan al tapete manejos irregulares del dinero de aportes y subsidios en la administración de Efraín Alegre. La consigna #ANRNunca más desató el fervor de los colorados, pero en Asunción los candidatos solo se identifican con la lista 1 y no aparece mención alguna al Partido Colorado en afiches y propagandas. ¿Vergüenza? Eso está por verse.
El desempeño de los intendentes es muy cuestionado por la Contraloría General de la República, por malos manejos administrativos y hechos de corrupción vinculados a contratación de personal, compra de merienda escolar y construcciones varias. Eso requiere de complicidad de concejales de todos los partidos. Los casos de castigo son excepcionales, por lo que cabe afirmar que la verdadera pandemia en el Paraguay no es la del covid-19 sino la corrupción de su clase política, que priva de calidad de vida a sus comunidades.