Cómo se «embellece» Pekín para los Juegos Olímpicos

China quiere desarrollar unos brillantes Juegos Olímpicos de Invierno. Pero justamente en lo que respecta a los derechos humanos, tiene mala reputación. Ahora pretende cambiar el rumbo mediante “influencers” occidentales y las redes sociales.

Por: Ansgar Graw14 Feb, 2022
Lectura: 6 min.
Cómo se «embellece» Pekín para los Juegos Olímpicos
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Artículo original en español. Traducción realizada por inteligencia artificial.

La primera disciplina en el año olímpico 2022 no compite por lo más rápido, más alto, más fuerte, sino por clics, likes y seguidores: China se está embelleciendo para los Juegos de Invierno, y para eso quiere contar con la fuerte ayuda de las redes sociales. El Consulado General de China en Nueva York ha firmado un contrato con Vippi Media, una empresa de relaciones públicas en el estado de Nueva Jersey. Esta iniciará una campaña positiva en torno a China y los Juegos de Invierno en Pekín, a través de TikTok, Instagram y el canal de transmisión en vivo Twitch.

En forma explícita no solo debe referirse a las competencias en sí mismas o a los atletas, sino también a «cosas interesantes y significativas antes/durante/después» de los Juegos. Esto incluye momentos conmovedores durante las competencias, así como la cultura y la historia del país anfitrión y la vida moderna en Pekín.

Se pretende que el 20 % de las publicaciones en Internet estén relacionadas con «la cooperación y todos los aspectos positivos de las relaciones entre China y Estados Unidos», como la cooperación en la lucha contra el cambio climático.

El contrato con la empresa de medios estadounidense, registrado en el Departamento de Justicia de Estados Unidos, se hace eco del llamamiento del presidente Xi Jinping de que es importante transmitir una imagen de una «China creíble, querible y respetable».

«Es necesario encontrar amigos, unirse, persuadir a la mayoría y ampliar persistentemente el círculo de amigos en términos de la opinión pública internacional», afirmó el presidente frente a altos funcionarios del Partido Comunista en junio, según consigna la agencia estatal de noticias Xinhua.

Esta fue una clara reacción a los informes críticos en los medios occidentales sobre los campos de trabajo y reeducación para los uigures en la provincia de Xinjiang y las represalias masivas contra el movimiento prodemocracia en Hong Kong. En relación con los uigures, desde hace tiempo Pekín apuesta a personas influyentes occidentales en las redes sociales.

Juegos Olímpicos de Invierno, Pekín (Beijing) 2022

Voces prestadas

El Instituto Australiano de Política Estratégica (ASPI) publicó en diciembre un informe según el cual al menos 546 publicaciones de medios de comunicación controlados por el Estado chino, escritas por 13 personas influyentes extranjeras, retrataban las políticas frente a los uigures en manera positiva.

Bajo el título «Borrowing mouths tos speak» (‘tomando voces prestadas para hablar’), el grupo de expertos con sede en Canberra identificó, entre otros, a ciudadanos británicos y canadienses como personas influyentes que blanquean la política de China. En sus contribuciones en video, suelen presentar a uigures que aseguran que las políticas del Partido Comunista son bien recibidas por la minoría musulmana en el noroeste de la República Popular.

Un ejemplo: en un video, el joven israelí Raz Gal-Or recorre con su cámara los extensos campos agrícolas en Xinjiang, donde se observan trabajadores con tractores. «Todo es normal aquí», dijo Raz Gal-Or, quien, según el New York Times, desarrolla actividades empresariales en China. «La gente es amable, hace su trabajo, vive su vida, es muy hospitalaria».

Frente a tales alabanzas, el diario estatal chino Global Times dio vuelta la tortilla frente a Occidente. «Estados Unidos es demasiado frágil para influencers de las redes sociales honestos respecto a China», era el título de un artículo de diciembre. El editorial reconoce claramente «la creciente influencia de China en los portales de redes sociales como Facebook, Twitter y YouTube».

Visita no deseada

Y explica que las denuncias en publicaciones como el Washington Post y el New York Times prueban que estos medios son «en sí mismos herramientas ideológicas y de propaganda del gobierno estadounidense». Continúa diciendo: «Cuando se presenta una imagen real de China y esta llama la atención, estas herramientas ideológicas se sienten incómodas y se apresuran a lanzar una ofensiva».

Mientras los blogueros simpatizantes son obviamente bienvenidos en la provincia de Xinjiang, a la que periodistas profesionales solo pueden acceder de forma muy limitada, Michelle Bachelet, alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, ha estado intentando en vano visitar la región durante años desde 2018. Recientemente recibió el mensaje de Pekín de que podría realizarse una «visita amistosa» en los próximos seis meses, pero recién después de finalizados los Juegos Olímpicos.

También en el pasado, Pekín apostó repetidamente a la ayuda occidental para pulir su imagen. Cuando Xi Jinping visitó los Estados Unidos en septiembre de 2015, apareció un breve video en YouTube en el que se pedía a estudiantes extranjeros de 15 países que respondieran la pregunta en inglés «¿Quién es Xi Dada?», lo que se puede traducir como ‘¿Quién es el tío Xi?’.

Una estudiante asiática expresó el deseo de que su futuro esposo fuera como el político. Una estudiante alemana lo elogió como un luchador contra la corrupción, y un austriaco dijo que Xi se veía «bonito». Otros elogios lo describían como «inteligente, muy culto, sabio».

Como un Gran Hermano

Hasta la fecha, el video fue visto casi 180.000 veces, pero solo ha gustado 379 veces (solo cosechó 379 likes). Los comentarios son en su mayoría negativos. «¿Cuánto les pagaron?», pregunta un usuario. Otro, que se describe como chino, señala que no pudo ver el video en su país porque allí estaba bloqueado.

Hay numerosas referencias en la película a un indonesio que primero dijo que Xi era «como un hermano mayor», y luego se corrigió: «Como un padre». Sin embargo, «Gran Hermano» encaja mejor, según varios usuarios.

Un exembajador de México en Pekín dijo a Reuters, sobre la pieza de propaganda, que no creía que «pueda haber una sola persona que mire esto y diga: «Oh, interesante. Es tan adorable como un osito de peluche». Más bien cree que «será un tiro por la culata».

Claramente, China todavía tiene mucho trabajo por delante para mejorar su imagen, y es cuestionable si TikTok o los influencers de YouTube serán suficientes para hacerlo. Según una encuesta internacional publicada el verano pasado por el Pew Research Center, con sede en Washington, D.C., claras mayorías de al menos el 80 % en 15 de los 17 países industrializados desarrollados tienen una opinión negativa de la República Popular.

El 84 % de los británicos dijeron que China no respeta la libertad individual de sus ciudadanos, mientras que en 2013 solo el 71 % estaban de acuerdo con esta afirmación. En Canadá fue el 88 % (en 2013, 76 %); mientras en Italia, el 89 % (en 2013, 82 %).

En Alemania, por otro lado, el 87 % dijeron en 2013 que el gobierno de China no respetaba las libertades civiles. En 2021 esta opinión se expresó en una proporción ligeramente menor, con un 85 %.

Pekín ahora espera que los Juegos Olímpicos mejoren la reputación del país. El lema olímpico Citius, altius, fortius (‘más rápido, más alto, más fuerte’) no será el criterio decisivo.

Publicado originalmente en el portal t-online.

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Ansgar Graw

Ansgar Graw

Periodista y autor. Director del Programa de Medios en Asia de la Fundación Konrad Adenauer, con sede en Singapur.

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