Diálogo Político realizó una Mesa de Análisis sobre las elecciones en Alemania del pasado domingo, donde la democracia cristiana (CDU/CSU) obtuvo la victoria. Después de tres años de un gobierno liderado por los socialdemócratas, la CDU tiene ahora todas las oportunidades de que Friedrich Merz sea el próximo canciller. Sin embargo, antes de eso, aún le esperan difíciles negociaciones de coalición.
De este encuentro participó desde Berlín Henning Speck, asesor de política exterior y seguridad de la CDU/CSU, y, desde Bruselas, Luis Blanco, coordinador general de la Internacional Demócrata de Centro. Para los analistas era esperable que el actual oficialismo de la socialdemocracia (SDP), con su canciller Olaf Scholz, junto con los liberales (FDP) y Los Verdes, perdieran votos. El símbolo más relevante de su caída en las preferencias electorales fue la fractura de la coalición en diciembre con la salida de un ministro liberal (FDP).
Como ya lo habían anticipado todas las encuestas, el partido de extrema derecha AfD logró duplicar su resultado hasta un 20,8% en comparación con 2021. Se convirtió en la segunda fuerza del Bundestag alemán (Parlamento) después de la CDU/CSU. El mayor éxito lo celebra Die Linke, un partido que hace pocos meses estaba muy por debajo del 5% y que logró una remontada espectacular durante la campaña electoral. Ahora entró en el Bundestag con un 8,7%.
Primer paso: formar gobierno
El sistema parlamentario alemán obliga que el más votado (CDU/CSU) forme una coalición para alcanzar la mayoría parlamentaria y conseguir los votos para escoger el jefe de Gobierno.
Se necesitan 316 escaños para gobernar y la CDU/CSU tiene varias alternativas. Lo más factible de acuerdo con el escenario actual, sería una alianza con la SPD, con la que conseguiría la mayoría parlamentaria. Otra opción es la llamada coalición Kenya, en alusión a los colores de su bandera, por la unión con la SPD y los Verdes. De todas formas, de acuerdo con los analistas invitados, no es una opción prioritaria porque la negociación entre dos partidos luce más factible que entre tres.
Una alianza con la AfD también alcanzaría la mayoría parlamentaria. No obstante, la posición ideológica de ambos partidos es opuesta. Por ejemplo, la CDU tiene una postura proeuropea, rechaza a Rusia y busca potenciar la integración multilateral. A su vez, su líder Friedrich Merz dijo no estar dispuesto a formar equipo con el partido extremista.
Henning Speck comentó que las conversaciones con los socialdemócratas (SDP) comenzarán la semana que viene y la meta es definir el nuevo gobierno para finales de abril o comienzos de mayo. “Saben qué rol juegan y la responsabilidad para mantener la estabilidad”, comentó.
Preocupaciones domésticas
¿Por qué aumentó el apoyo a los partidos radicales? ¿Por qué la gente piensa que tienen soluciones para estos problemas? Los analistas se refirieron a la “gran decepción” política de los últimos tres años. Principalmente debido a la gestión de los desafíos migratorios. Los inmigrantes ilegales crecieron en Alemania y hay un millón de refugiados sirios en una población de 84 millones de personas. A eso se suman los ucranaianos refugiados por la guerra.
Según Speck, esto supone “un desafío para las comunidades”, que tienen que dar apoyo en salud, vivienda y educación. Explicó que esto genera una “decepción con el establishment político”, que no logró dar respuestas a estos problemas.
Por otro lado, el estancamiento económico genera miedo a nivel local, que se refleja en la pérdida de empleo y oportunidades. Una de las razones por las que se rompió la coalición de Scholz, fue la falta de acuerdo respecto al endeudamiento del Estado alemán. Para modificar o flexibilizar el límite de deuda, que permite reorganizar los fondos disponibles para el presupuesto, se necesita cambiar la Constitución. Esto representa otro reto de negociaciones para el gobierno entrante, que tiene el asunto en la mira.
En este contexto, explicó Speck, el objetivo de la CDU/CSU es atender los problemas migratorios, la seguridad doméstica y la política económica, y sobre todo la microeconomía que afecta a cada bolsillo alemán.
Visión clara en política exterior
Desde Bruselas, Luis Blanco destacó que Merz “trae optimismo” de que Alemania recupere el liderazgo de la Unión Europea luego de la “apática” gestión de Scholz ante los problemas internacionales. En esa misma línea, Speck destacó que tres días después de las elecciones, Merz viajó a Francia para conversar con Emmanuel Macron, una señal de que la integración europea es una prioridad. El desafío en el ámbito internacional son China, Rusia, Irán y mantener una relación constructiva con Donald Trump, pero sin dejar que se imponga ante Alemania.
Blanco también valoró que, en política exterior, Merz busca una Unión Europea fuerte para los objetivos de Alemania pero también para fortalecer la “comunidad de valores”. Además, agregó que es un momento oportuno porque 14 Estados miembro de la UE están liderados por partidos de la centro derecha.
CDU y América Latina
Los analistas coincidieron en que la oportunidad para América Latina radica en la implementación del acuerdo entre la UE y el Mercosur. Speck afirmó que “la bancada de la CDU/CSU ve una tremenda importancia geopolítica en ese acuerdo”. “Queremos firmarlo y ratificarlo de una vez para que haya un nuevo espacio de intercambio comercial y cooperación política”, agregó.
Para Luis Blanco, la oportunidad de Alemania radica en “defender sus intereses comerciales en Latinoamérica” ante la amenaza de la expansión china, rusa e iraní.
Un informe detallado sobre las elecciones alemanas se encuentra disponible aquí.