Diego Fusaro y la filosofía del disenso

Diego Fusaro y la filosofía del disenso

“Una humanidad reducida a un polvillo de átomos sin identidad ni profundidad cultural, meros consumidores anglófonos sin cualidades, incapaces de hablar o entender otra lengua que no sea la lengua cosificada de la economía” (Pensar diferente, p. 84).

Por: Miguel Pastorino14 Feb, 2025
Lectura: 5 min.
Diego Fusaro y la filosofía del disenso
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Artículo original en español. Traducción realizada por inteligencia artificial.

Pensar diferente: Filosofía del disenso es una obra del filósofo marxista italiano Diego Fusaro, publicada en 2017. Luego se publicó en español en 2022. Fusaro explora la importancia del disenso en las sociedades democráticas como forma de resistencia y construcción de alternativas frente al pensamiento único y la conformidad social.  

Pensar diferente exige también aceptar que haya pensamiento diferente. La tesis central del libro es que vivimos en una sociedad que aniquila todo disenso y modelo alternativo. Al punto tal, de dar forma a un pensamiento único que pretende haber conciliado lo posible con lo real.

Fusaro, nacido en 1983, es director de Filosofía Política en el Instituto Alti Studi Strategici e Politici de Milán. Es un conocido polemista en medios de comunicación y un intelectual comprometido y apasionado que cruza los límites de lo considerado políticamente correcto. Es un agudo crítico de la economía globalizada del poder financiero y de las políticas neoliberales. Pero también plantea un duro cuestionamiento a la nueva izquierda. Considera que se ha despreocupado del histórico corazón del conflicto social entre los de arriba y los de abajo, olvidando su esencia emancipadora para dedicarse a las cuestiones identitarias y emotivas. Así, observa que ha abandonado toda crítica social, convirtiéndose en funcional a la mentalidad capitalista.

Entre sus obras traducidas al español se destacan: Todavía Marx. El espectro que retorna (2017), Antonio Gramsci. La pasión de estar en el mundo (2018), Idealismo y barbarie. Para una filosofía de la acción (2018), Marx idealista (2020), Historia y conciencia del precariado. Siervos y Señores de la globalización (2021), El nuevo orden erótico (2022) y Odio la resiliencia (2024). Además, es colaborador habitual de los diarios La Stampa e Il Fatto quotidiano.

Disenso: condición para la democracia

En Pensar diferente, Fusaro muestra cómo el disenso ha sido una constante en la historia humana, manifestándose a través de la rebelión, la protesta y el desacuerdo. Lo considera una virtud fundamental en las democracias. Permite la coexistencia de opiniones diversas sin represión, fortaleciendo el poder democrático. Contrasta el disenso con el consenso, señalando que la falta de disenso debilita la democracia y favorece el conformismo.

El autor analiza cómo la sociedad actual ha neutralizado el disenso mediante un consenso omnipresente y un conformismo masivo funcional. Destaca el uso del lenguaje comercial (inglés) como una forma de controlar el pensamiento y perpetuar el orden establecido. Como el neolenguaje utilizado para el control totalitario, mencionando la reducción del léxico y la desaparición de palabras que puedan cuestionar el statu quo.

Repasa figuras mitológicas del disenso y de referentes históricos. Para Fusaro, la historia de la humanidad es la historia del disenso. Las personas siempre se rebelan cuando tienen un sentir diferente contra un sentir común, que pretende ser lo único legítimo. Y repasa, desde Sócrates hasta Nelson Mandela, figuras del disenso; aquellos que dicen que “no” al poder. El acto de disentir, niega para afirmar, para construir una alternativa. A diferencia del consenso, que puede ser pasivo, el disenso siempre es activo y positivo.

La democracia necesita de la oposición, del disenso. Y Fusaro entiende que la democracia está cada vez más débil por la desaparición del disenso. Hobbes en el Leviatán argumentaba que el Estado no podía acceder a la conciencia individual porque la conciencia es un territorio de la naturaleza al que ningún poder puede forzar. Pero en las formas políticas actuales, dice Fusaro que ya no se reprime el disenso, simplemente se trabaja para que no pueda constituirse. El elogiado pluralismo termina en un monólogo de masas que elogia el orden dominante.

Críticas a la izquierda actual

Fusaro señala diversas deficiencias en la izquierda contemporánea. Sus principales críticas se centran en la percepción de que se abandonaron las raíces históricas en favor de un progresismo alineado con intereses neoliberales y globalistas. Acusa a la izquierda de haber reducido su proyecto político a un progresismo cultural superficial, alineado con los intereses del capitalismo global al desviar la atención de los problemas estructurales, como la explotación económica.

Entre las principales críticas, menciona el abandono de las luchas de clase para enfocarse en las cuestiones identitarias, especialmente las cuestiones de género. Respecto a la alianza con el neoliberalismo, denuncia que muchas veces la izquierda actúa como el “brazo cultural del capitalismo”, legitimando procesos como la desregulación económica o la privatización mediante un discurso progresista.

También apela a la fragmentación y pérdida de universalidad. Al igual que Susan Neiman en La izquierda no es woke (2024), Fusaro critica que la izquierda haya abandonado su enfoque universalista (derechos humanos universales) para fragmentarse en tribus identitarias. Esto debilita la lucha colectiva contra las injusticias y fomenta una guerra artificial de “todos contra todos” entre grupos sociales, donde a cada grupo solo le importan sus derechos, pero no los de los demás.

Por otro lado, denuncia la cultura de la cancelación y el dogmatismo de ciertos sectores izquierdistas. Con un fundamentalismo, castigan a todo el que disienta de las visiones hegemónicas. Esto pone en peligro la libertad de expresión y el debate abierto y plural. Para Fusaro, esta postura no promueve una auténtica emancipación, sino un control ideológico que termina siendo autoritario.

Sostiene que la izquierda perdió la capacidad de imaginar un modelo alternativo al capitalismo y que se limita a gestionar el sistema actual perpetuando su lógica. A su vez, observa una desconexión con las clases trabajadoras. La izquierda actual ha dejado de representar a las clases populares y trabajadoras, acercándose más a las élites académicas, urbanas y cosmopolitas.

Pensar diferente

Fusaro propone una vuelta a las raíces filosóficas y económicas de la izquierda, enfocándose en la lucha de clases, la soberanía nacional y una crítica integral al capitalismo global. Su provocadora obra y su estilo polémico, en acuerdo o desacuerdo con él, obligan a repensar y discutir con mayor profundidad algunos supuestos que damos por obvios cuando analizamos discursos sobre la cultura, la economía y la política.

Miguel Pastorino

Miguel Pastorino

Doctor en Filosofía. Magíster en Dirección de Comunicación. Profesor del Departamento de Humanidades y Comunicación de la Universidad Católica del Uruguay.

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