¿Gobernar es vacunar?

¿Gobernar es vacunar?

La vacunación contra el COVID está en marcha. La disponibilidad de vacunas y la eficacia del proceso se convirtió en un tema político que influye sobre gobiernos, elecciones y la popularidad de los gobernantes.

¿Gobernar es vacunar?
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Artículo original en español. Traducción realizada por inteligencia artificial.

Acorralados por la saturación de los sistemas sanitarios, el deterioro económico y el cansancio social, los líderes políticos encuentran en la vacunación masiva el único recurso para salir del laberinto que plantea el covid-19. En tiempos de pandemia, gobernar es vacunar. En los círculos de poder se instaló una premisa: la suerte de los presidentes está condicionada por el éxito de las campañas de vacunación. ¿Qué dicen los datos? ¿Hay correlación entre popularidad presidencial y ritmo de vacunación? ¿Las sociedades premian a los líderes que consiguen este bien escaso a nivel mundial y castigan a quienes demoran su provisión?

En Argentina, distintas encuestas muestran que la aprobación del presidente Alberto Fernández crece de manera significativa entre quienes ya están vacunados, y baja entre quienes no recibieron ninguna dosis. ¿Qué dicen los datos de opinión pública a escala global? ¿Se verifica esta asociación entre imagen presidencial y vacunación?

Gráfico 1. Popularidad media a nivel global

Durante el mes de mayo volvimos a presenciar una caída en la aprobación media de los gobiernos. La esperanza de que la solución médica al covid-19 trajera fortalezas renovadas a los gobiernos y creciente popularidad a los presidentes no se ha verificado. Los problemas de escasez de las vacunas, las polémicas por su distribución y la llegada de una nueva ola a América Latina vuelven a generar una nueva caída en la popularidad de los mandatarios.

De todas formas, la tendencia general podría esconder trayectorias particulares de casos «exitosos». ¿La efectividad de las campañas de vacunación no incrementa los niveles de popularidad presidencial? Los datos desagregados que mostramos no respaldan una relación directa entre la vacunación y la aprobación presidencial.

Gráfico 2. Aprobación de gobiernos según campañas de vacunación

En el cuadrante superior derecho se encuentran los países con altos niveles de vacunación y una aprobación de gobierno superior a la media. Hoy se trata de Estados Unidos, Reino Unido y Uruguay. En el cuadrante inferior izquierdo, sus opuestos: naciones con baja tasa de vacunación y presidentes impopulares (Ecuador y Colombia).

Entre estos dos extremos se registran muchos casos híbridos. La estrella roja alejada es Chile, un país con la mayor ratio de vacunación pero con un gobierno con bajo respaldo popular. En México, Bolivia o Argentina, los presidentes presentan niveles de aprobación superiores a la media con una tasa de vacunación menor. Entre los países europeos tampoco se advierte una correlación clara entre popularidad y vacunación.

El cuadro ofrece una foto de una película más compleja. La pandemia, un fenómeno global, convive con dinámicas nacionales particulares. En Chile, por ejemplo, Sebastián Piñera ostenta un liderazgo languideciente que antecede a la irrupción del coronavirus. Iván Duque, en Colombia, enfrenta una crisis social y política de proporciones inéditas. No debemos esperar soluciones sanitarias para los problemas políticos.

A continuación, ponemos la lupa sobre los cinco países con las tasas más altas de vacunación cada cien habitantes de nuestra muestra. ¿Cómo ha evolucionado allí la popularidad presidencial?

Gráfico 3. Aprobación de gobiernos en los cinco países con mayor vacunación

Como se advierte, no hay una tendencia sostenida a la suba. Las trayectorias son heterogéneas. Uruguay e Inglaterra parecen ser los casos más claros de una asociación positiva entre vacunación y popularidad; Estados Unidos se mantiene sin variación y Canadá presenta movimientos marginales a la baja. Chile es exactamente lo contrario: caída de popularidad desde niveles ya de por sí bajos, pero la causa de los males de Piñera son de naturaleza política y no epidemiológica.

Con la excepción chilena, tal vez pueda destacarse que estos gobiernos son bastante estables en sus respaldos. Luego de ver caídas sostenidas en la aprobación de los gobiernos de todo el mundo durante meses, Europa y América del Norte han comenzado un lento camino en la reconstrucción de la popularidad de sus gobiernos.

Gráfico 4. Aprobación presidencial por regiones

En la vereda opuesta, con la tercera ola en marcha, el tobogán latinoamericano no encuentra fondo. Los gobiernos de la región se encuentran en posiciones cada vez más frágiles frente a sociedades convulsionadas por la doble crisis sanitaria y económica. La salida de pandemia se está dando en dos tiempos: los países desarrollados parecen estar dando —por ahora— vuelta la página, mientras Latinoamérica (y sus gobiernos) siguen atrapados por el virus.

¿Gobernar es vacunar? La evidencia muestra que no hay una relación lineal y directa entre popularidad presidencial y tasa de inoculación. La vacuna, sin dudas, acelera la recuperación económica y descomprime el frente sanitario, pero no es en sí misma una garantía de éxito para los líderes políticos.

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Daniela Barbieri, Javier Cachés y Augusto Reina

Daniela Barbieri, Javier Cachés y Augusto Reina

Daniela Barbieri. Socióloga (Universidad de Buenos Aires, UBA). Magíster en Comunicación Política (George Washington University). Docente de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA. Consultora política, investigadora y profesora universitaria (UBA) ~|||~ Javier Cachés. Politólogo (Universidad de Buenos Aires, UBA – Universidad Di Tella, Argentina). Consultor político. Docente de la Carrera de Ciencia Política de la UBA ~|||~ Augusto Reina. Politólogo (Universidad del Salvador, Argentina. Consultor político. Presidente de la Asociación Argentina de Consultores Políticos (ASACOP)

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