El avance de lo digital ha venido junto con el desencanto con la política tradicional y afecta la legitimidad de los partidos políticos. En su libro The Digital Party, Paolo Gerbaudo demuestra que los partidos están aún muy lejos de desaparecer puesto que comienzan a moverse al mundo online.
Desde la recesión mundial de 2008 el sistema capitalista enfrenta problemas de legitimidad. Ahora la pandemia de COVID-19, con sus devastadores efectos económicos, viene a exacerbar esta sensación de ruptura política. La pandemia ocurre en tiempos de rápidos avances tecnológicos que están redefiniendo muchos aspectos de la participación y representación política. En este sentido, cambios tecnológicos en los gobiernos, las campañas electorales y la sociedad civil han sido objeto de intenso debate académico en las últimas décadas, pero poco se ha reflexionado sobre las transformaciones de los partidos políticos. Este es justamente el tema que discute Paolo Gerbaudo en su libro The Digital Party (2018)
En The Digital Party, Gerbaudo propone que entendamos el fenómeno de los partidos digitales como una forma específica de partido político, diferente de los tradicionales. El concepto también funciona como indicador de los cambios que comienza a sufrir el sistema partidista con respecto a membresía, participación y liderazgo. A modo de resumen, el libro plantea que estos partidos digitales surgen como respuesta a la necesidad de actualizar radicalmente los esquemas organizacionales de la política; es decir, adaptarlos a la era digital. En dicha adaptación, nuevos partidos representan la promesa de una democracia más directa mediante el uso de las plataformas digitales como instrumentos horizontales de toma de decisiones. Sin embargo, dado que persisten acentuadas desigualdades socioeconómicas en gran parte de Occidente, la digitalización de los asuntos partidistas comienza a producir una fractura entre los actores incluidos en el sistema y los que Gerbaudo llama excluidos conectados’ quienes gozan de un alto nivel de conectividad digital pero aun así se encuentran excluidos tanto de la democracia como del bienestar social.
El libro se divide en varios capítulos que, entroncados en los argumentos recién expuestos, van tratando diversas dimensiones de los partidos digitales. La discusión se abre en el primer capítulo con la historia de los partidos, para construir una tipología de estos en función de su posición ideológica, composición social y esquemas organizacionales. Esta tipología es luego usada por el autor como base para plantear su concepto de partido digital.
En el tercer capítulo, el autor trabaja el concepto de plataformización, que es cuando los partidos imitan la estructura organizacional de compañías de redes sociales exitosas
Subrayo el séptimo capítulo como el mejor del libro, pues aquí Gerbaudo se aventura a formular algunas advertencias sobre la fragilidad de la democracia digital. Cuando el libro ya ha revisado distintas fórmulas de digitalización de los partidos políticos, tanto en lo estructural como en lo identitario, el autor entonces despliega su concepto de hiperlíder. Figura de liderazgo político carismática y plebiscitaria, el hiperlíder representa al partido en los medios de comunicación
La digitalización política es un proceso reciente, lo suficiente como para hacer difícil su cabal comprensión. Si bien este libro hace un notable esfuerzo por analizarlo y desmitificarlo, es inevitable que algunos aspectos se queden en el tintero. Gerbaudo se plantea muy abiertamente el propósito de determinar la influencia de internet en los partidos políticos, mas no intenta dilucidar qué rol juegan los partidos digitales en darle forma al mismo entorno tecnológico en el que operan. Tenemos mayor certeza sobre esto respecto a otros emprendimientos políticos como comunidades insurgentes y organizaciones activistas
Notas
Ficha técnica
The digital party
Paolo Gerbaudo
Londres, Pluto Press, 2018
ISBN 9780745335797