Este domingo 29 de mayo de este 2022, más de 21 millones de colombianos votaron en la primera vuelta presidencial eligieron a los dos candidatos que pasarán a la segunda vuelta. Hubo una sorpresa: Rodolfo Hernández, líder de la Liga de Gobernantes Anticorrupción, sacó la segunda votación y le disputará la presidencia al izquierdista Gustavo Petro, quien se daba seguro como uno de los dos ganadores.
Revisemos las cinco claves que nos permiten comprender qué pasó en Colombia y hacia dónde va el país:

1. Una batalla entre dos populismos
Ya las elecciones legislativas de marzo pasado eran consideradas inéditas tanto por el hecho de que tres de los candidatos fueran elegidos no en consultas de partidos políticos sino de coaliciones: el Pacto Histórico (izquierda), Coalición de la Esperanza (centro) y Equipo por Colombia (derecha).
Tras esa especie de primera vuelta, Gustavo Petro y Federico Gutiérrez se perfilaban como los posibles ganadores de la verdadera primera vuelta. Un resultado que coincidía con las encuestas. Aunque esas encuestas también empezaron a mostrar la tendencia del crecimiento de un candidato que no formaba parte de estas coaliciones: Rodolfo Hernández, líder del movimiento Liga de Gobernantes Anticorrupción.
Como resaltó La Silla Vacía, será una batalla entre dos populismos liderados por exalcaldes.
Por un lado, está Petro, exalcalde de Bogotá, que representa la izquierda y un voto contra el uribismo. Por el otro Hernández, exalcalde de Bucaramanga, quien se hizo famoso por su estrategia digital y por un mensaje sencillo de lucha contra la corrupción.
En esta votación, como explica María Alejandra Arboleda, experta en comunicación política, «los resultados electorales son producto de una tendencia de un voto de rechazo hacia el uribismo y a partidos tradicionales, que estamos viendo desde 2019 en las elecciones locales. En marzo de 2022, con los resultados del Congreso y del Pacto Histórico se refuerza ese voto castigo y de rechazo hacia el uribismo que está en el poder. La tendencia hacia es hacia la necesidad de un cambio».
El centro, representado por Sergio Fajardo, demostró desde las elecciones de marzo pasado que perdió fuerza, está fragmentado y con un discurso que no convence. Tampoco tiene líderes que aglutinen, pues Fajardo, con sus 888.579 votos (4,20%) obtuvo menos votos que los de su coalición meses atrás.
2. La sorpresa del candidato tiktoker
Las encuestas electorales, como se analiza en el episodio «Hagan encuestas, pero háganlas bien» del podcast Bajo la Lupa de Diálogo Político, son una herramienta válida para testear el estado de ánimo de la opinión pública. Y en estas elecciones de primera vuelta, ninguna de las encuestadores reconocidas ubicó a Hernández por encima de Gutiérrez, pero lo que sí mostraron fue la tendencia de crecimiento del exalcalde de Bucaramanga.
Rodolfo Hernández, un ingeniero millonario de 77 años, es un candidato que dio un mensaje claro: el cambio y la lucha contra la corrupción. Su discurso efectista, en el que promete desde que todos los colombianos puedan conocer el mar hasta tener un gobierno de austeridad y sacar a los corruptos del poder, caló entre los electores cansados de los escándalos de corrupción y con una necesidad de cambio.

Hernández y sus asesores leyeron el momento de cambio por el que pasa América Latina y la inconformidad que ha ido en aumento y se lanzó a las calles durante los estallidos sociales de 2019 y de 2021. Pero también da la percepción de tener una mano dura, que tiene la fuerza y determinación para luchar contra la corrupción y la inseguridad. Todo esto, pese a los escándalos de sus afirmaciones, como que admira a Adolfo Hitler o la cachetada que le dio a un concejal.
3. Debilitamiento de los partidos
Las últimas elecciones han mostrado que en Colombia los partidos tradicionales se debilitan cada vez más. Se vio en 2019 y se ratificó en estas presidenciales. Aunque en el Congreso, los liberales y conservadores siguen siendo fuertes, debido a sus maquinarias en las regiones, ni en presidenciales ni en locales pasa esto.
El Congreso electo se reconfiguró, aunque no radicalmente. Creció la izquierda de Petro, pero sin obtener una mayoría suficiente para tomar control del Congreso.
Pero es que el desgaste de los partidos tradicionales no solo se vive en Colombia, en elecciones de otros países como Costa Rica, Chile y Perú también ocurrieron fenómenos similares. Poco parecen importar los programas de gobierno y los debates.
4. Maquinarias y clanes de las regiones
Laura Ardila, periodista de La Silla Vacía, asegura que «una de las situaciones políticas que quedó claro es que las maquinarias en Colombia no definen la presidencia. Lo que pasó con Fico, quien aglutinaba la mayoría de los políticos tradicionales y las maquinarias, pasó hace cuatro años con Germán Vargas Lleras. Es que este es un momento en el que político es sinónimo de malo, de descrédito. La gente con Roldolfo Hernández demostró que quiere un cambio, incluso si significa un salto al vacío».
Al revisar el mapa de la votación vemos cómo en departamentos como Atlántico y Córdoba, regiones en las que están los clanes que acompañaban a Gutiérrez, Petro sacó el 54,7 % y el 51,9 % de los votos. Aunque Fico estuvo en el segundo lugar con el 26,7 % y el 28,13 %. Algo similar sucedió en el Valle del Cauca, donde la baronesa Dilián Francisca Toro apoyó a Gutiérrez. O en Casanare, que incluso llegó a tener un precandidato cercano al uribismo.
5. La segunda vuelta
La apuesta de Petro era ganar en primera vuelta, pues en segunda las opciones de llegar al poder no son tan claras. Algunos analistas aseguran que el candidato del Pacto Histórico y su fórmula presidencial ya llegaron a su techo con más de ocho millones y medio de votos (una cifra mucho mayor a la de la primera vuelta de 2018 y con 500.000 votos más que la de la segunda).
Sin embargo, en estas tres semanas se moverán las fichas para definir el próximo presidente. Gutiérrez, aunque derrotado, sacó más de cinco millones de votos, muchos de los cuales son antipetristas. Gutiérrez y varios políticos del uribismo, como María Fernanda Cabal, ya anunciaron su apoyo a Hernández. Un respaldo que también había anunciado el exgobernador de Boyacá, Carlos Amaya, quien era uno de los precandidatos de la Coalición por la Esperanza.

La estrategia de Petro empezó a verse en su discurso, en el que recordó que Hernández está acusado por corrupción y su juicio arranca en julio. El petrismo enfila baterías contra su nuevo contrincante, con el que no había chocado hasta el momento. Además, como dice Laura Ardila, a través de sus aliados, los senadores del Partido de la U, Roy Barreras y Armando Benedetti, intentará arañar votos de maquinaria de los clanes tradicionales.
La segunda vuelta en Colombia, el próximo 19 de junio de 2022, estará marcada por el discurso antisistema y propuestas populistas. El país se encamina a no tener a un partido tradicional cerca del gobierno nacional, y a una nueva administración sin apoyo mayoritario en el Congreso.