El empinado camino de Lula y su cambio de gabinete

El empinado camino de Lula y su cambio de gabinete

La estrategia de la oposición brasileña de ver cómo se marchita el gobierno de Lula ha funcionado. El síntoma es la fuerte caída de la popularidad presidencial. A pesar de las concesiones millonarias al presupuesto del Parlamento, las trabas continúan.

Por: Humberto Dantas16 Abr, 2025
Lectura: 4 min.
El empinado camino de Lula y su cambio de gabinete
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Artículo original en español. Traducción realizada por inteligencia artificial.

Los cambios en los ministros de gobierno se han producido a lo largo de la historia por diferentes motivos. Los más conocidos son para frenar crisis, especialmente de carácter económico o asociadas a escándalos de corrupción. También hay cambios para reorganizar la explanada en medio de procesos electorales, recomponiendo equipos cuando los ministros se marchan para concurrir a las elecciones. Por último, cuando hay dificultades para que las agendas sean aprobadas por la legislatura, se realizan cambios para dar cabida a nuevos partidos o alas de partidos estratégicos. En este caso, se espera mejorar los resultados de las votaciones en el Congreso a favor del Ejecutivo.

El párrafo anterior describe algo común en nuestra política de coaliciones: los gabinetes se reelaboran como resultado de cálculos políticos. En el gobierno actual, Lula hizo un primer gesto en septiembre de 2023, solo con nueve meses en el poder y tras un trimestre de negociaciones. Retiró a una mujer acusada de corrupción en una crisis con su partido, garantizando un sustituto de la misma Unión Brasileña. Cambió la posición de un aliado del PSB y defenestró a un aliado personal del Deporte. Con este gesto, creó una cartera y acomodó a republicanos y progresistas. Intentaba mejorar su capacidad de aprobar agendas en la legislatura, pero la oposición en el parlamento no daba señales de mejora.

Plenario do Congresso. Fuente Edilson Rodrigues. Agência Senado
Plenario do Congresso. Fuente: Edilson Rodrigues. Agência Senado.

Lula cede al parlamento

En 2025, tras las elecciones municipales y con nuevos líderes al frente del Congreso, se esperaba que Lula hiciera más movimientos, cediendo nuevos espacios a partidos aliados a cambio de más apoyo legislativo. ¿Y qué ocurrió? Prácticamente nada, al menos en términos de acogida a otros partidos.

Con el nuevo año, hubo un cambio en la comunicación, con estudios recientes indicando que el discurso de Lula es el mismo. De la cartera personal del presidente, salió el ministro de Salud. Esto dio al PT una nueva cartera, codiciada y poderosa, con Alexandre Padilha, que había desempeñado el papel con Dilma. Gleisi Hoffmann, expresidenta nacional del PT, ocupó su lugar en la criticada articulación política. Y un nuevo problema: el parlamentario, que asumió prometiendo pragmatismo, no es visto como un ejemplo de buenas relaciones. Lula intentó suavizar el golpe y empeoró las cosas diciendo que había elegido a una “mujer hermosa” para trabajar con él. Incluso la oposición conservadora aprovechó el tropiezo machista para intensificar sus críticas. Y, aparte de dar más espacio al PT, no se han producido otros cambios.

Desde el Senado, el nuevo presidente, Davi Alcolumbre (UBR-AP), criticó al ministro de Minas y Energía, Alexandre Silveira, del PSD. Lo que podría calificarse de cambio en la presidencia de una de las cámaras legislativas parece poco probable. En la Cámara de Diputados, se habló de que Arthur Lira (PP-AL) ocuparía un puesto ministerial, junto con la percepción de que el senador Rodrigo Pacheco también podría tener un lugar. Lo que se sabe hasta ahora es que Lula no ha sido explícito en sus deseos de cambios.

¿Garantías?

La estrategia de la oposición, de ver cómo se marchita el gobierno, ha funcionado. Sobre todo, ante la fuerte caída de su popularidad. A la incertidumbre asociada a estas reformas —como fenómeno capaz de traer buenos resultados—, se suman los discursos de dos presidentes nacionales de partidos que están en el gobierno. Gilberto Kassab, del PSD, ha sido un ácido crítico en las últimas semanas. Mientras que Ciro Nogueira, del Partido Progresista, dijo que ya no se gobierna con base a la distribución de ministerios y que estaba en contra de que su partido recibiera la cartera de Deportes.

¿Garantiza algo la reforma ministerial? El retraso en la aprobación del presupuesto de este año, con miles de millones liberados a los parlamentarios, la asignación de más de 50.000 millones de reales a esas enmiendas en el presupuesto de 2025 y la garantía de recursos en la lógica de la imposición, son señales de lo que parece ser una respuesta más asertiva a los dilemas del Planalto. ¿Reforma ministerial para qué?


Informe Brasil en Foco de la Fundación Konrad Adenauer en Brasil.

Humberto Dantas

Humberto Dantas

Cientista político. Doctor por la Universidade de São Paulo. Coordinador de cursos de posgrado en la Fundação Escola de Sociologia e Politica de São Paulo (FESP) y de Liderazgo y Gestión en el CLP.

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