Mientras Donald Trump intensifica la guerra comercial y Estados Unidos se retira como un socio confiable en Occidente, el país más grande de Europa, Alemania, parece ausente en la escena internacional. Esto se debe a que el nuevo gobierno de Friedrich Merz intentaba formar una nueva coalición.
Recordemos que el 23 de febrero se celebraron elecciones anticipadas para el Bundestag (parlamento alemán). La pasada “coalición semáforo” (nombrado así por los colores de los tres partidos que lo conformaban: rojo para los socialdemócratas, amarillo para los liberales y verde para el partido ecologista Los Verdes) tuvo que convocar nuevas elecciones tras el fracaso de las negociaciones presupuestarias.
Finalmente, el miércoles 9 de abril, los dos partidos de centroderecha, la Unión Demócrata Cristiana (CDU) y la Unión Social Cristiana (CSU) llegaron a un acuerdo con el Partido Socialdemócrata (SPD) para firmar un pacto. Así se despeja el camino para un nuevo gobierno. Con esto, se espera que el Bundestag elija a Friedrich Merz como nuevo canciller a principios de mayo.
Im gemeinsamen Pressestatement mit dem CSU-Vorsitzenden @Markus_Soeder und den SPD-Vorsitzenden @larsklingbeil & @EskenSaskia betont @_FriedrichMerz: „Wir müssen ein gemeinsames Bild zeichnen, wie Deutschland in den nächsten Jahren aussehen soll. Ich bin zuversichtlich, dass das… pic.twitter.com/aMFjFTRKOh
— CDU Deutschlands (@CDU) March 28, 2025
Márgenes financieros ajustados
Después de que el último gobierno fracasara debido a las limitadas opciones financieras, la CDU/CSU y el SPD impulsaron —inmediatamente después de las elecciones y aún durante las negociaciones— el cambio de las reglas fiscales constitucionales y hará posible el mayor endeudamiento en la historia de Alemania. La nueva coalición, con el partido Los Verdes, aprobó a principios de marzo un fondo de deudas especiales de “infraestructura” por un valor de 500 mil millones de euros. En los próximos diez años, el fondo se destinará a la renovación de carreteras, puentes, escuelas y ferrocarriles, así como a la transformación hacia un suministro energético climáticamente neutro. Además, el gasto militar, superior al 1% del PIB, quedó exento de la regla de endeudamiento. Esto permitirá a que Alemania contraiga deudas ilimitadas para el rearme.
El nuevo endeudamiento supone un riesgo particular para Merz y la CDU/CSU que, durante la campaña electoral, defendieron estrictamente la regla de deuda alemana.
A pesar de estas enormes cifras de nueva deuda, las negociaciones presupuestarias entre la CDU/CSU y el SPD fueron especialmente complicadas. Todo el acuerdo de coalición está sujeto a una cláusula de financiación. El nuevo gobierno planea ahorrar reduciendo un 8% de los puestos en la administración federal, disminuyendo las subvenciones, recortando las contribuciones voluntarias a organizaciones internacionales y reduciendo el gasto en asistencia social.
En este contexto, sorprende que los partidos aún hayan logrado ponerse de acuerdo en costosas concesiones electorales. Por ejemplo, la reducción del IVA para la gastronomía o la fijación del nivel de las pensiones. Sin embargo, el verdadero alcance de los recortes y alivios solo se conocerá cuando se elabore el presupuesto federal.

La defensa, nueva prioridad
Ante la elevada amenaza contra la seguridad nacional, el gobierno busca aumentar la capacidad operativa de manera rápida, contundente y sostenible. Para ello, Alemania deberá invertir significativamente más en su ejército en los próximos años. Justamente, por la excepción en la regla de endeudamiento, el gobierno tiene un margen financiero ilimitado para aumentar os fondos en defensa nacional.
Solo para los próximos cuatro años, se han previsto 150 mil millones de euros en inversiones adicionales de las Fuerzas Armadas. Además, los procesos de adquisición deberán simplificarse y acelerarse significativamente. Para solucionar el problema de personal en las Fuerzas Armadas, el nuevo gobierno quiere establecer las condiciones para un servicio militar voluntario basado en el modelo sueco.
Giro en economía y migración
Después de que Alemania estuviera en recesión durante los últimos dos años, el nuevo gobierno quiere mejorar significativamente las condiciones económicas. El gobierno promete un “impulso de inversiones”. Para ello, buscarán mejorar las posibilidades de amortización, una reducción del impuesto sobre la electricidad y la disminución del impuesto corporativo. Sin embargo, las principales reducciones de impuestos no entrarán en vigor hasta 2028. Por otra parte, una ligera disminución del impuesto sobre la renta para los ingresos bajos y medianos comenzará en 2027.
Además, la economía se aliviará mediante una reducción de la burocracia y el programa de infraestructura de 500 mil millones de euros. Tiene como objetivo mejorar de forma sostenible las condiciones económicas en Alemania. El gobierno también quiere fomentar el trabajo mediante una serie de exenciones fiscales. Por ejemplo, la coalición planea que los pensionistas que decidan seguir trabajando puedan ganar hasta 2.000 euros mensuales adicionales sin pagar impuestos. Además, las horas extras estarán exentas de impuestos.
De todas formas, a pesar de las nuevas posibilidades de endeudamiento, al nuevo gobierno le faltan márgenes para las grandes reducciones fiscales.
La reducción de la alta migración ilegal fue una de las principales promesas de Friedrich Merz y la CDU/CSU. Aunque Alemania depende de la inmigración, la alta migración ilegal y la mala aplicación de sus propias reglas fueron un tema central en la campaña electoral. Actualmente, hay 220,000 solicitantes de asilo en Alemania que tienen la obligación de abandonar el país.
En este aspecto, la CDU logró imponer demandas clave en el acuerdo de coalición. El objetivo es reducir significativamente el número de refugiados que llegan al país. Al mismo tiempo, continuará habiendo vías legales de acceso para la migración laboral. Para ello, Merz pretende rechazar a los migrantes que soliciten asilo en la frontera. Además, se han suspendido los llamados programas federales de acogida voluntaria, que brindaban protección a familiares de refugiados. Dado que la CDU/CSU controla los ministerios del Interior y de Asuntos Exteriores, podrá implementar su propia política migratoria. Mientras tanto, el SPD podrá observar con calma si estas promesas se cumplen en la práctica.
Fortalecer la coalición
En la política alemana, los acuerdos de coalición marcan la dirección del nuevo gobierno. Sin embargo, la última legislatura demostró lo rápido que pueden quedar obsoletos ante un mundo en constante cambio. Por eso, esta vez la coalición ha condicionado todos sus planes a la disponibilidad de financiamiento. En los próximos años se definirá si realmente se llevarán a cabo. En especial, las negociaciones presupuestarias, que comienzan de nuevo para 2024 y 2025.