Christian Rieck: “Alemania es un poder civil y eso no va a cambiar nunca”

Christian Rieck: “Alemania es un poder civil y eso no va a cambiar nunca”

El docente, especialista en estudios de guerra, expuso sobre la situación de seguridad y defensa que vive Europa en el contexto de la guerra de Ucrania.

Por: Redacción2 Jun, 2025
Lectura: 7 min.
Christian Rieck: “Alemania es un poder civil y eso no va a cambiar nunca”
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Artículo original en español. Traducción realizada por inteligencia artificial.

Alemania tiene un compromiso particular con la paz, que se explica por su historia reciente. Hoy se debate frente a los desafíos por la guerra en Ucrania y los cambios de orientación del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

En el marco de su visita a Uruguay, Diálogo Político conversó con Christian Rieck, especialista en estudios de guerra y docente en la Universidad de Potsdam, luego de su exposición ante el público que convocó en la oficina de KAS Uruguay.

¿Puede explicar lo de Alemania como “poder civil”?

Luego de 1945 Alemania quiere aprender de la guerra, y se define como poder civil. Después de la guerra mundial hay instrumentos de los que ya no disponía o no quería usar más.

Durante la guerra fría nunca tuvo la visión desde el hardpower, sino exclusivamente defensa territorial, lo que se resume en el término Zivilmacht, poder civil. Esto implica una base moral y se apoya en el derecho internacional. Alemania se cimenta en el softpower. Es decir, relaciones constructivas entre los poderes del mundo. Esto puede sonar utópico o ingenuo, pero es así. Después del 45 Alemania renuncia al instrumento del hardpower.

Lo irónico es que la Bundeswehr que se crea en 1955, constituye una de las fuerzas más poderosas dentro de la OTAN. Para Konrad Adenauer, el primer canciller alemán, esto no era contradictorio. Decía que necesitamos una Bundeswehr eficiente. Pero, para que el resto de Europa no tuviera miedo a ese poder militar de Alemania, había que definir políticas de confianza respecto a los vecinos. Eso se logra mediante la profunda integración en la OTAN. Resumiendo: tener poder militar pero no usarlo nunca.

Christian Reick expone en la oficina KAS Uruguay.

¿Militarizar las relaciones internacionales?

¿Qué pasó con la reunificación alemana?

Con la reunificación sucede lo que la literatura llama normalización. La reunificación implica también la de las fuerzas armadas. Así se integra una gran parte de las fuerzas alemanas soviéticas a la Bundeswehr. El resultado fue que Alemania tuviera fuerzas armadas potentes.

Cuando en 1991 estalla la guerra en los Balcanes, eso requiere, por primera vez, que Alemania utilice además del poder político, el militar, por el bien europeo. La década de los 90 es de la normalización. ¡La intervención es llamada intervencionismo liberal! Alemania y sus socios en la OTAN crean estabilidad y pacifican.

Sin embargo, a pesar de utilizar su orden militar, Alemania sigue siendo Zivilmacht. Utiliza la fuerza solamente como ultima ratio y exclusivamente en misiones de estabilización y de paz. Y nunca solos, siempre en conjunto con la OTAN o con un mandato de las Naciones Unidas.

¿Cuál es el debate actual?

¿Seguimos siendo Zivilmacht? ¿Estamos militarizando nuestras relaciones exteriores? Personalmente creo que Alemania es una Zivilmacht y que eso no va a cambiar nunca. Es resultado de un consenso posfascista que sigue siendo muy fuerte en el centro político.

El partido AfD y otros partidos radicales de derecha o izquierda no comparten este consenso político. Veo un problema ahí, porque el centro político se está achicando. A pesar de esto creo que seguimos siendo un poder civil, porque nuestro rol en las relaciones internacionales no ha cambiado fundamentalmente. Estamos renegociando el citado concepto. Estamos entendiendo que para ser influyentes en las relaciones exteriores debemos aumentar el hardpower. El softpower solo no nos da la misma influencia que antes. Vivimos en otro mundo, y aprendemos una lección geopolítica.

Padecemos el síndrome de Hulk. En Alemania hay un miedo genético, profundo, a que si militarizamos nuestras relaciones exteriores algún día podría haber otra guerra con Alemania como agresora. Esto significa inseguridad combinada con antinacionalismo. En Alemania no hay un patriotismo normal como en Francia o como acá (en Uruguay). El nacionalismo es complicado por la historia. Frente a la pregunta a un alemán si tienen orgullo nacional, la respuesta siempre va a ser complicada. Sí, pero…

Guerra larga

¿Qué significa el posheroismo?

Vivimos en un tiempo posheroica. Todas las democracias liberales, occidentales comparten este problema. Eso hace muy difícil reconfigurar las fuerzas armadas. También, esto es resultado de la guerra y de un sistema de seguridad bastante estable. En esta nueva era necesitamos una reconfiguración del posheroismo. La plata no compra la seguridad. Ésta se crea colectivamente, debe ser un proyecto nacional de todas las generaciones y de todos los actores.

¿Qué efectos tuvo la invasión de Ucrania?

Lo principal fue el fondo especial (Sondevermögen) de 100 millones de euros que el gobierno creó para financiar las fuerzas armadas que estaban en mal estado. Como dicen mi jefe en la cátedra de historia militar en Potsdam, las fuerzas armadas deben ser aptas “para hacer guerra” (kriegstauglich). Se trata de una palabra complicada para los alemanes. Yo prefiero einsatzbereit. Es decir, capacidad de proyectar poder militar, no hacer guerra. La connotación es otra.

Los cambios de Trump, también respecto al artículo cinco, implican que debemos pagar más nosotros. Con los citados 100 millones de euros Alemania llega a los 2% del PBI reclamado por la OTAN hace años. Pero esto no es suficiente y ya que en tres años estos fondos se acaban. No sabemos qué va a pasar después.

Con el nuevo gobierno los fondos de defensa quedarán fuera de las reglas de austeridad constitucional. El nuevo canciller, Friedrich Merz, habla de mandar esta señal potente. Nos estamos preparando para una guerra larga.

Escenarios futuros

¿Cómo se preparan para afrontar esa situación?

—Más plata no soluciona los problemas. Necesitaríamos veinte años para reconfigurar las fuerzas armadas. Pero no tenemos ese tiempo. La hipótesis del conflicto es que en cinco años Rusia atacará un país en el Báltico.

Alemania tiene una brigada de cinco mil efectivos estacionada en Lituania. Es la primera vez desde la Segunda Guerra Mundial que hay soldados alemanes estacionados en forma permanente en Europa Occidental. La señal es que la seguridad de Alemania se protege protegiendo a Lituania.

Pero, ¿cómo abastecer esos soldados en caso de guerra? Hasta ahora, EUA nos ayudaba, ¿qué pasa si no lo hace más? Rusia sabe que podría atacar un país báltico y Europa no podría defenderlo en forma permanente. OTAN no puede defender permanentemente los países bálticos. Y esto erosiona el artículo cinco.

Resumiendo, este cambio de época (zeitenwende) es una propuesta cara y peligrosa.

¿Podría Rusia atacar a Europa si no pudo con Ucrania?

La producción de armamento es muy alta y el país está preparado para la guerra. Esto significa que, aunque se esté desangrando en Ucrania en cinco años podría rearmar sus fuerzas con material más nuevo y más eficiente.

Durante la guerra fría las inversiones en Europa estuvieron orientadas a tecnología de alta gama, porque tenían menos soldados. Los rusos siguen teniendo más de todo.

El problema es especialmente para los países de la periferia. Lo que ayuda a los países bálticos es el cambio de postura militar de Suecia y Finlandia. Ahora el mar Báltico en un mar de la OTAN. Por otro lado, si se enfría la guerra en Ucrania, Rusia puede disponer de más fuerzas para atacar a algunos de estos países.

Resumiendo, Rusia tiene reservas profundas, una sociedad dispuesta a luchar y una producción militar altísima. Y finalmente, en Rusia los gobiernos no cambian cada cuatro años. Putin tiene paciencia estratégica.

Redacción

Redacción

Plataforma para el diálogo democrático entre los influenciadores políticos sobre América Latina. Ventana de difusión de la Fundación Konrad Adenauer en América Latina.

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