En el Foro Económico Mundial, el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, destacó cómo las tecnologías de los drones y la IA transforman la guerra moderna. Se refería a drones baratos que derrotan a costosos equipos militares y el uso de drones marítimos para proteger infraestructuras críticas. Mientras tanto, figuras como el ministro de Asuntos Exteriores de Austria y el director ejecutivo de Palantir Technologies advierten de un “momento Oppenheimer”, refiriéndose a los riesgos de que las armas autónomas eludan la supervisión política.
A medida que el mundo entra en una nueva era de complejas tensiones geopolíticas, declive de la democracia y rápida evolución tecnológica,
El informe lA, Drones y el Futuro de la Defensa busca comprender cómo los sistemas de armas autónomos (AWS por sus siglas en inglés) y la IA alteran los conflictos, redefinen el poder en el campo de batalla y afectan a la seguridad mundial. El informe esboza la aparición y el auge de los sistemas de armas autónomos en el ámbito militar y de seguridad. Estos culminan con la rápida integración de complejos sistemas de IA en el proceso de toma de decisiones. También explora los riesgos y oportunidades para los ejércitos y las alianzas internacionales, como la OTAN. Aborda, además, las cuestiones éticas y humanitarias que la proliferación y el uso de drones conllevan si no se las controla.
Sistemas automatizados
Los sistemas no tripulados son cada vez más capaces de operar sin control humano directo. Desde los sistemas simples de aeronaves sin tripulación, como los cuadricópteros, que pueden convertirse fácilmente en armas, hasta el dron de ataque autónomo Kargu-2. Los avances recientes en tecnología militar incluyen sistemas autónomos de defensa antimisiles y centinelas. También se desarrollan municiones merodeadoras (llamada dron suicida) que pueden detectar y atacar objetivos de forma independiente. Estos sistemas han evolucionado hacia mayor alcance, carga útil e integración de IA.
Los vehículos autónomos terrestres y marítimos se utilizan cada vez más tanto para funciones de reconocimiento como de combate. Las tácticas de enjambre y la guerra electrónica basada en IA se están convirtiendo en componentes clave de la guerra moderna con drones. El uso de drones también se está expandiendo. Ucrania, los rebeldes Houthi y el ejército estadounidense los utilizan en operaciones estratégicas. Los ejemplos abundan y la carrera armamentística entre Estados Unidos y China no hará sino precipitar aún más la innovación, generando nuevos tipos de guerra y aumentando potencialmente la probabilidad de conflictos.
Implicancias geopolíticas
¿Qué significa esto para las relaciones transatlánticas? Las cooperaciones, iniciativas políticas e inversiones tecnológicas de la OTAN serán fundamentales para mantener sus capacidades de defensa y disuasión en un entorno de seguridad en constante evolución. Los aliados de la OTAN colaboran cada vez más en la modernización de los sistemas de defensa. En esa línea, sitúan las tecnologías basadas en IA en el centro de este esfuerzo de modernización. Las iniciativas de la OTAN integran rápidamente sistemas no tripulados, sobre todo para disuadir posibles agresiones chinas y proteger de sabotajes a las infraestructuras submarinas. Sin embargo, a pesar de los avances estratégicos, la OTAN se enfrenta a importantes obstáculos en el desarrollo de la IA y los drones. Entre otras cosas, debido a la ausencia de una doctrina aliada unificada.
Mientras las tecnologías de drones se hacen más accesibles, los Estados dejan de tener el monopolio sobre estas tecnologías emergentes. Esto abre la puerta a actores no estatales para el uso ilegítimo de fuerza y al uso indiscriminado de la IA. En consecuencia, los sistemas no tripulados son probados y perfeccionados en zonas de conflicto, como hoy en Ucrania y Gaza.
Herramientas aplicadas
Los conflictos de Ucrania y Gaza, como casos de estudio, muestran que las guerras han servido como campo de pruebas para la innovación de AWS. Con programas como Lavender y The Gospel, diseñados para agilizar la toma de decisiones militares y atacar a los enemigos, el uso de tecnologías por parte del ejército israelí refleja un giro hacia la automatización en la guerra. Estos avances en la guerra suscitan preocupación entre organizaciones de derechos humanos, expertos jurídicos y observadores internacionales.
Del mismo modo, la guerra entre Rusia y Ucrania es decisiva para la integración de los AWS y la IA en las operaciones militares convencionales. Evidencia la importancia de la evolución de las tecnologías y las tácticas en tiempo real para mantener una ventaja en el campo de batalla. Rusia, que sigue dependiendo en gran medida de componentes importados de China e Irán, ha realizado importantes inversiones en el desarrollo de drones mejorados con IA. Buscan mejorar la navegación, el reconocimiento de objetivos y la eficacia operativa. El anuncio del presidente Zelensky de contar con un millón de drones FPV (pilotaje con visión remota) en 2023, objetivo alcanzado antes de lo previsto, refleja las prioridades ucranianas en velocidad e innovación tecnológica militar. Según un joven abogado ucraniano defensor de los drones, la supervivencia de su país pasó a depender de esta herramienta.

Cuestiones éticas
Los sistemas de armas autónomos plantean importantes retos éticos, jurídicos y de gobernanza. Incluso con implicaciones para la seguridad de mundial, de la OTAN y el Derecho Internacional Humanitario (DIH). Es importante evitar su uso indebido y la escalada de los conflictos. Los defensores destacan oportunidades, como la velocidad y precisión del armamento. Por su parte, los detractores temen los errores, como la pérdida de supervisión humana y la falta de responsabilidad y juicio.
La proliferación generalizada de AWS sin una estricta supervisión reguladora podría exacerbar las tensiones mundiales y dar lugar a violaciones de los derechos humanos, incluidos crímenes de guerra. Los esfuerzos internacionales de defensa han tratado de establecer tratados que regulen estas armas. Pero su aplicación y consenso enfrenta numerosos obstáculos como consecuencia, entre otras cosas, de las tensiones geopolíticas y los avances tecnológicos que superan a los marcos jurídicos. Para una regulación eficaz, se requiere un enfoque holístico, es decir, que integre el DIH, las consideraciones éticas, la seguridad global y las preocupaciones por la seguridad humana. De cara al futuro, los Estados deben dar prioridad a la definición de un instrumento jurídico que siga el ritmo de los avances tecnológicos y garantice al mismo tiempo el cumplimiento del derecho internacional.
Nunca se insistirá lo suficiente en la urgencia de estos retos. Si no se abordan, la creciente dependencia de los drones dotados de inteligencia artificial no sólo alimentará una mayor inestabilidad, sino que también sentará peligrosos precedentes para el futuro de la guerra. Llegó el momento de dar una respuesta coordinada. No actuar tendrá consecuencias profundas y duraderas para la seguridad mundial, los derechos humanos y los propios cimientos del orden internacional.
El presente artículo es un resumen del informe de Kyle Matthews y Marie Lamensch publicado originalmente por la KAS Canada en cooperación con el MIGS (Montreal Institute for Global Security).
Traducción al español: Manfred Steffen