Las oportunidades de cooperación Cooperación internacional, ¿de qué se trata y qué impacto tiene en Latinoamérica?

Las oportunidades de cooperación Cooperación internacional, ¿de qué se trata y qué impacto tiene en Latinoamérica?

Aunque existe una preocupación por la ausencia de capacidad de la Unión Europea de asumir el vacío dejado por USAID […]

Por: Mario Carvajal29 May, 2025
Lectura: 7 min.
Las oportunidades de cooperación Cooperación internacional, ¿de qué se trata y qué impacto tiene en Latinoamérica?
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Artículo original en español. Traducción realizada por inteligencia artificial.

Aunque existe una preocupación por la ausencia de capacidad de la Unión Europea de asumir el vacío dejado por USAID en América Latina, esto no significa que no existan ventanas de oportunidades para fortalecer los lazos entre ambas regiones. En julio del 2023, por ejemplo, la Comisión Europea anunció una inversión de EUR$45,000MN para profundizar y fortalecer las relaciones entre ambos países. Según la CAF, Entre los temas de la agenda de cooperación, se mencionaron proyectos que “van desde la producción de hidrógeno limpio, materias primas críticas o la ampliación de la red de cableado de datos de alto rendimiento, hasta la producción de vacunas de ARNm más avanzadas”. De esta manera, se puede ver que la agenda de la Unión Europea en América Latina y el Caribe tiene como principales objetivos los siguientes temas: la lucha contra el cambio climático y el incentivo a las energías renovables, el fortalecimiento de los servicios digitales, la electromovilidad y asignación de un nuevo papel a los recursos naturales, mediante la transferencia de tecnología y el fortalecimiento de la industria agrícola. No obstante, existen algunos obstáculos para que esta cooperación se profundice, de manera adecuada, los cuáles se mencionarán más adelante.

Vínculos comerciales y económicos existentes

Es importante mencionar que América Latina y el Caribe y la Unión Europea (UE) el tienen una relación estrecha entre sí. Según datos de la CAF, la UE es el tercer socio comercial más importante para la región, detrás de Estados Unidos y China. Aunado a esto, el viejo continente es la principal fuente de inversión extranjera directa, con un stock acumulado estimado en EUR800,000MN para el 2023. Para este entonces, las empresas europeas habían invertido más en América Latina y el Caribe que sus pares en China, Japón, Rusia e India juntos. Esto demuestra que las relaciones, actualmente, no solo están en un buen estado, sino que tiene un potencial de crecimiento importante.

Adicionalmente, en el 2022, según datos de la misma institución, el comercio total de mercancías entre la UE y América Latina y el Caribe fue de EUR$293,090MN, equivalente al 4.8% de las importaciones de afuera de la UE y al 5.8% del total de las exportaciones fuera de la UE. Además, entre 2013-2022, ha habido un aumento del 59% de importaciones y 37% de las exportaciones entre estas dos regiones, evidenciando un rápido incremento en las relaciones comerciales. Este ha sido también acompañado por una relación relativamente equilibrada, pues el superávit de la UE es solo de EUR$5,000MN, un valor mucho menor si se compara con Estados Unidos, quien en el 2023 tuvo un superávit comercial con la región de USD$27.15BN, y China, cuyo valor para el mismo año fue de USD$33BN. De esta manera, se puede apreciar que la Unión Europea tiene una legitimidad importante en su relación con América Latina y el Caribe, al ofrecer una relación comercial y económica más equilibrada que sus pares. Por este motivo, es importante analizar donde está enfocando los proyectos de inversión y cooperación en América Latina, antes de hablar de los retos que enfrenta esta relación.

Proyectos de América Latina en la agenda de inversiones por parte de la UE

Según datos de la CAF, y posterior a una mesa empresarial entre la UE y América Latina y el Caribe, cuya organización fue hecha por la CAF, la Comisión Europea y el BID, estos fueron algunas de las iniciativas señaladas para concretar la inversión europea. En Argentina, las inversiones serán hechas en proyectos de transmisión energética, programas de desarrollo rural, movilidad sostenible, transición energética – en especial en hidrógeno – al igual que en materias primas críticas, mejor manejo de residuos y apoyo a pequeñas y medianas empresas para la economía verde. El enfoque en Brasil será en proyectos de energía renovable, modernización de sistemas de saneamiento y agua, iniciativas a proteger bosques tropicales y apoyo a pequeñas y medianas empresas en tecnologías verdes. En Colombia, el enfoque será en economía sostenible, e-movilidad y en el esfuerzo para en 2026 llegar a un 85% de conectividad digital para la población del país.

Por su parte, en Costa Rica, el enfoque estará dirigido en proyectos de salud, e-movilidad y bonos verdes. En Panamá, la UE se enfocará en proyectos de energía en transición, la descarbonización del Canal, la transformación digital, y el sector biofarmacéutico y vacunas. La inversión en Uruguay estará dirigida a agua y saneamiento, impulso a la movilidad urbana eléctrica y producción de hidrógeno – H2. En Chile, similarmente, la UE se enfocará en producción de hidrógeno – H2 – transporte y producción de combustible neutro en carbono. Estas son solo algunas de las iniciativas de inversión por parte de la UE en América Latina y el Caribe anunciadas en el 2023. No obstante, es ahora importante señalar cuáles son las principales dificultades para que la relación entre las partes, no solo se profundice, sino también derive en resultados concretos.

Dificultades

En primer lugar, existe una falta de alineación de las necesidades y las soluciones entre las partes. Esto no solo dificulta los proyectos mencionados anteriormente, sino también aquellos dirigidos a apoyar la creación de empresas de innovación en América Latina y el Caribe. Según un informe, existe una desconexión importante entre los objetivos claros por parte de los actores del ecosistema de innovación y la compresión de lo que los empresarios pretender conseguir. Igualmente, el acceso limitado a las reuniones internacionales ha dificultado la creación de relaciones sostenibles y oportunidades de establecer contacto, lo cual afecta a las partes. Aunado a esto, la desconexión entre las preocupaciones y necesidades de las contrapartes potenciales deriva en soluciones menos significativas y eficaces, incapaces de abordar estas cuestiones con eficacia.

En segundo lugar, existe en América Latina y el Caribe una brecha de talento en temas como la sostenibilidad, la internacionalización de industrias, la industria digital, entre otras, que limitan el accionar y capacidad de innovación de la región. Por su parte, las barreras lingüísticas también han afectado la generación de asociaciones entre la Unión Europea y América Latina y el Caribe que puedan transferir este conocimiento.

En tercer lugar, la diferencia entre los marcos normativos de la UE, con un enfoque más preventivo y estructurado, y América Latina y el Caribe, mucho más flexibles para promover temas de innovación, y menos fijos a largo plazo, hacen que las inversiones, tanto en dinero y tiempo, puedan a veces ser exhaustivas.

Conclusión

Como se puede apreciar, la Unión Europea y América Latina y el Caribe tiene aún mucho potencial de crecimiento, no solo en temas económico y comerciales, sino también en temas de cooperación internacional. Adicionalmente, existe una clara intención por parte del viejo continente de aumentar sus niveles de cooperación, aun cuando esta no logre asumir el vacío de USAID. No obstante, es importante tener en cuenta que existen una serie de riesgos operativos que han afectado la eficacia y el nivel de cooperación e inversión entre las partes. De esta manera, si América Latina y el Caribe quieren aprovechar la inversión de la UE, deberán trabajar para disminuir estas dificultades, y otras que no se pudieron mencionar por temas de espacio, para consolidar una relación beneficiosa a futuro. De lo contrario, la UE podría perder su interés en la región, y América Latina y el Caribe perderían una oportunidad dorada para diversificar sus fuentes de cooperación internacional.

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Mario Carvajal

Mario Carvajal

Profesional en Relaciones Internacionales de la Universidad Javeriana, con una maestría en Estudios Latinoamericanos de Oxford y en Economía Política Internacional de LSE. Consultor Senior de Asuntos Públicos en IDDEA Comunicaciones.

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