Hoy, 8 de marzo, se conmemora el Día Internacional de la Mujer. Hoy, como cada día, se lucha por la igualdad de derechos de la mujer.
En las últimas décadas se ha avanzado mucho en la participación de la mujer. Esto ayuda a mejorar la calidad de las democracias, porque una democracia eficaz necesita diversidad. Esta diversidad se caracteriza por una participación de mujeres y hombres en los procesos de toma de decisiones políticas. Se necesitan mujeres y hombres que lideren juntos.
Mujeres en política latinoamericana
Mirada desde fuera, la realidad de la participación de las mujeres en la política latinoamericana no parece tan sombría. En los últimos años, muchas mujeres han ocupado la presidencia de sus países. Actualmente son solamente dos —Dina Boluarte en Perú y Xiomara Castro en Honduras—. Un gran número de países también han introducido diversas reformas para mejorar la equidad de género en los Parlamentos desde la década de 1990.
Según datos de la Unión Parlamentaria Internacional de febrero de 2023, un 34,9% de los miembros de los parlamentos nacionales de América son mujeres, más que en Europa (31,1%) y que en cualquier otra región del mundo. En la actualidad, algunos parlamentos nacionales se acercan o incluso superan el 50%. No se trata sólo de parlamentos autoritarios de fachada como en Cuba o Nicaragua, sino también de parlamentos elegidos en sistemas competitivos como en México (50%) o Costa Rica (47,4%), donde hay un muy notable acuerdo entre partidos de distinta tendencia de construir una democracia paritaria.

Más igualdad y más participación
Sin embargo, la cuestión de cómo lograr una participación igualitaria de las mujeres en los procesos de toma de decisiones políticas sigue rondando la agenda de la región, aunque ciertamente no en los principales titulares. Los partidos políticos tienen una responsabilidad esencial que desempeñar en este sentido. Son instrumentos cruciales que promueven cambios en la sociedad. Los partidos son el espacio por excelencia donde se debe garantizar la igualdad, pero falta mucho por hacer.
El debate sobre las cuotas femeninas está presente en el seno de partidos de todas las tendencias políticas, pero se genera de formas diferentes y con resultados diversos. Mientras que, por un lado, cada vez más leyes aspiran a la paridad, en muchos partidos existen fuerzas inerciales que actúan en detrimento de las mujeres. A menudo, los partidos se limitan a admitir mujeres solo para alcanzar la cuota prescrita por la ley. Esto se ve acentuado por el hecho de que las mujeres políticas demasiadas veces siguen teniendo poco poder político real dentro de los partidos.
Los partidos de centro y centroderecha de la región se enfrentan repetidamente al reto de abordar positivamente la cuestión de la igualdad política y ofrecer así un contrapeso a las fuerzas situadas a la izquierda del espectro, que a veces adoptan un discurso fuertemente feminista que se apropia de la bandera de la igualdad de género, aunque también con resultados y efectos diversos. La izquierda trata de construir una hegemonía cultural respecto a estos temas que las fuerzas moderadas deben romper encontrando sus propias respuestas, desde la libertad, el pluralismo y la democracia.
Partidos y modernidad
Por tanto, la aplicación de políticas en favor de una representación más igualitaria entre hombres y mujeres no es, en última instancia, más que la punta del iceberg. Una punta que no oculta que bajo el agua hay otra gran masa de hielo difícil de trabajar. Hará falta tiempo para que se derritan los estereotipos, las imágenes misóginas y, sobre todo, la desconfianza hacia las mujeres que ocupan cargos políticos, pero el cambio no tiene freno.
Solo los partidos que incorporen más y mejores espacios de integración plural con una promoción más decidida de la igualdad en sus espacios de conducción y representación podrán estar aptos para los desafíos de la democracia del siglo XXI. Así, con más mujeres habrá mejor democracia.
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