En su discurso de apertura de las sesiones ordinarias del Congreso Nacional, el primero de marzo, el presidente Javier Milei, propuso un «nuevo pacto fundacional para la República Argentina». Deberá firmarse el 25 de mayo en Córdoba, «corazón productivo de nuestra Patria».
La invitación presidencial está dirigida a las 23 provincias y a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Es decir, a los 24 estados subnacionales que estructuran la forma federal que adopta la Constitución Nacional. Por las partes involucradas, debe ser un «pacto federal». No es detalle.
Es bueno recordar que el presidente ganó con más del 55% de los votos en un balotaje, luego de perder la primera vuelta con menos de un 30%. No tiene mayorías en el Congreso (menos del 15% en Diputados y menos del 10% en Senadores). Tampoco tiene gobernadores que provengan de su partido político. A pesar de esa debilidad política, hasta el primero de marzo, había hostigado a la «casta política», sin distinguir entre opositores seguros (el kirchnerismo) y potenciales aliados (el resto). Por eso, la iniciativa es una gran oportunidad de diálogo político en un país destrozado por los antagonismos.
Al analizar los diez ítems, se observa que una agenda incompleta e imprecisa. Aunque minimalista, es una agenda a debatir y eso vale, e ignora temas centrales como la educación, la producción, la disminución de la pobreza y la erradicación del hambre.
Ideología económica
1- La inviolabilidad de la propiedad privada
No puede haber discusiones ideológicas ni políticas sobre esto, a pesar de algún comunismo extemporáneo. Así lo dispone la Constitución Nacional, desde 1853. Aunque, desde la Doctrina Social de la Iglesia, se podría alegar, con razón, a favor de su “función social”.
2- El equilibrio fiscal innegociable
Hay un amplio acuerdo sobre la imposibilidad de sostener el déficit fiscal mediante emisión monetaria o endeudamiento externo. Recordemos que los superávits gemelos (fiscal y comercial) fueron una de las principales banderas de la gestión de Néstor Kirchner.
3- La reducción del gasto público en torno al 25% del PBI
Sin este requisito, el equilibrio fiscal es imposible. Se prevé reducirlo en torno al 25% del Producto Bruto Interno. ¿Es poco o es mucho? Depende del tiempo que llevaría, los gastos a reducir y, sobre todo, cómo hacer crecer el PBI, uno de los grandes temas ausentes.
4- Una reforma tributaria
Desde ya, es necesario reducir la presión impositiva, simplificar la vida de los contribuyentes y promover el comercio, como bien se plantea. Luego, hay que definir cuáles serían los impuestos a eliminar, a mantener y, eventualmente, a crear, sin descuidar cómo se recaudarían.
5- La rediscusión de la coparticipación federal de impuestos
Es un problema irresueltodesde la reforma constitucional de 1994. Hay que establecer las competencias de la Nación y de las 24 jurisdicciones subnacionales y, luego, reasignar los recursos. El modelo actual es “extorsivo” para las provincias no alineadas al poder central de turno.
Problemáticas locales
6- Un compromiso de las provincias en la explotación de los recursos naturales
La explotación de los recursos naturales puede ser uno de los motores del desarrollo argentino, sin dudas. Ahora, es necesario reconocer las autonomías provinciales, definir a qué recursos naturales se refiere, la participación de las provincias y las garantías de sostenibilidad socioambiental.
7- Una reforma laboral moderna que promueva el trabajo formal
La modernización del régimen laboral es clave para la promoción del trabajo formal y la consiguiente disminución de la pobreza, otro de los grandes temas ausentes. Hace falta un equilibrio entre los derechos laborales y la rentabilidad de las empresas, porque son estas las generan empleo.
8- Una reforma previsional
El actual sistema previsional no es sustentable y los jubilados pagan las consecuencias. Hay que respetar los derechos adquiridos de los aportantes, desde ya. La posibilidad de un sistema privado no debería descartarse de plano, siempre y cuando sea voluntario.
9- Una reforma política estructural
La desalineación entre los intereses de representantes y representados es tremenda. Ninguna reforma legal lo arreglará del todo, pero sería una contribución. No se puede mantener el zafarrancho de boletas electorales ni la oscuridad del financiamiento de las campañas.
10- La apertura al comercio internacional
Esto puede significar el aumento de exportaciones con valor agregado o, al contrario, vender productos primarios e importar el resto. Hace falta un equilibrio entre el proteccionismo que destruye la competitividad y el librecambismo a ultranza que arruina la producción nacional.
Antes y después
El Pacto de Mayo debe ser entendido como un acuerdo entre partes que privilegian sus coincidencias sobre sus diferencias. Un punto de inflexión, ni de partida ni de llegada. Falta definir el para qué y el cómo, nada menos. Las finalidades de cada ítem y los medios para alcanzarlos.
Antes, el Congreso debe aprobar la nueva versión de la ley Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos, enviada por el Poder Ejecutivo. Gracias a la posición de gobernadores de todos los partidos políticos, es mucho mejor respecto al proyecto original.
A la vez, hay que avanzar en un nuevo pacto fiscal que defina los roles de la Nación y de las 24 jurisdicciones subnacionales (las 23 provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires). Sin esto, no hay chances de avanzar hacia otros acuerdos. No es lo principal, pero sí es lo primero.
Mientras tanto, hay que iniciar un diálogo intersectorial que defina una «alianza público-privada para el desarrollo productivo». Sin esa alianza, el Pacto de Mayo será insostenible social y hasta fiscalmente. La oportunidad está dada, ojalá el gobierno y la oposición estén a la altura.