Conciencia, responsabilidad y acción. Trabajar contra el cambio climático

«Estoy rodeado de agua y no tengo para beber. ¿Qué puedo hacer?». Las declaraciones de Siraj Ali, ciudadano de Bangladesh, ilustran la tragedia de millones en el mundo. El 24 de octubre se conmemora el Día Internacional contra el Cambio Climático.

Por: Manfred Steffen24 Oct, 2022
Lectura: 4 min.
Conciencia, responsabilidad y acción. Trabajar contra el cambio climático
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Artículo original en español. Traducción realizada por inteligencia artificial.

Según la ONU, el cambio climático refiere a los cambios a largo plazo de las temperaturas y los patrones climáticos. Algunos de estos cambios pueden ser naturales, pero otros se deben a la acción humana, en particular, desde que existe la masiva quema de combustibles fósiles. Esta quema fue el motor de la revolución industrial y de sus logros. El efecto colateral fue el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero, llamados así porque atrapan el calor del sol y elevan la temperatura de la Tierra. Hoy no hay dudas de que las actividades humanas relacionadas como el transporte, la industria, la agricultura son el origen del aumento de estos gases.

El cambio climático se manifiesta en una mayor frecuencia, duración e intensidad de eventos climáticos extremos. Ejemplos de esto son las temperaturas récord en julio de este año, con sus secuelas de incendios y pérdidas de cosechas en varias regiones del mundo, mientras en otras hubo inundaciones y exceso de lluvias en otras. Esta situación desestabiliza el entramado social y coloca a la institucionalidad frente a desafíos enormes.

Vista desde el espacio del desastre ecológico de los incendios en el Amazonas | Shutterstock
Cambio climático: incendios en el Amazonas desde el espacio | Shutterstock

Las causas

Para poder conservar un clima que nos permita habitar el planeta, debemos reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. No solo los gobiernos y las empresas son las que deben adoptar medidas para bajar las emisiones de carbono. Todas las personas tenemos que implicarnos con acciones individuales y conjuntas para la mejora del ambiente. La solución no es única, y, por cierto, no será mágica, ni vendrá de los otros. Se requiere de políticas públicas adecuadas, pero también del esfuerzo personal, no solamente en consideración por las generaciones futuras sino también en interés propio. Esto implica decisiones de cada ciudadano en cuanto a sus hábitos de consumo. No podemos olvidar que cada bien o servicio que utilizamos implica algún gasto de energía y, por lo tanto, un impacto en el clima.

Recomendaciones

La ONU hace algunas recomendaciones para enfrentar los eventos extremos que vendrán. Así, se propone la planificación a largo plazo, la creación de sistemas de alerta temprana y trabajar en el suministro de agua y en infraestructuras resistentes al clima.

Es destacable que entre las recomendaciones está la restauración de los ecosistemas. El mantenimiento, por ejemplo, de bosques y humedales es indispensable no solo para mitigar los efectos del cambio climático, sino para asegurar la provisión de los servicios ecosistémicos de los que depende gran parte del bienestar humano.

«En las ciudades, la restauración de los bosques urbanos refresca el aire y reduce las olas de calor. En un día soleado normal, un solo árbol proporciona un efecto refrescante equivalente a dos acondicionadores de aire domésticos funcionando durante 24 horas». Resumiendo: es más barato conservar los ecosistemas, y lo que nos brindan, que sustituirlos.

Deslizamiento de tierra por erosión expone una fila de árboles en el acantilado | Shutterstock
Deslizamiento de tierra por erosión expone una fila de árboles en el acantilado | Shutterstock

Ciudadanos del mundo contra el cambio climático

Por otro lado, está lo que constituye la responsabilidad ineludible de cada habitante del planeta. Es necesario reducir dramáticamente el consumo de combustible, de energía, de empaque, de alimentos y bienes importados. No debemos olvidar la fabricación, almacenamiento y, fundamentalmente, que el traslado de cada bien implica un gasto de energía y un impacto sobre el clima. El consumo inteligente es parte de la ciudadanía global, responsable con el presente y con el futuro del planeta.

La sociedad industrializada y globalizada prometió el acceso inmediato e irrestricto a bienes, servicios y adelantos tecnológicos. Sin embargo, primero la pandemia y actualmente la guerra contra Ucrania, nos muestran límites claros y dolorosos. De pronto, se interrumpieron las cadenas de abastecimiento y comercio. Los adelantos tecnológicos no estuvieron disponibles en todos los lugares requeridos y se produjeron aumentos en los precios de las fuentes de energía. Las crisis nos mostraron que el bienestar de hoy puede desaparecer rápidamente.

Es desde la toma de conciencia de la propia fragilidad y de la responsabilidad como ciudadanos y ciudadanas de un mundo globalizado que debemos actuar. El día de la lucha contra el cambio climático es solo una excusa para tomar conciencia, para sentirse responsable, para actuar. No hay mucho tiempo.

Desafíos en el suministro de agua en localidades de América Latina. Fuente: KAS EKLA.

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Manfred Steffen

Manfred Steffen

Magíster en Ciencias Ambientales por la Universidad de la República de Uruguay. Dipl. Ing. Fachhochschule für Druck in Stuttgart. Coordinador de proyectos de la Fundación Konrad Adenauer, oficina Montevideo.

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