Javier Mejía: “El elemento que definirá el resultado de las elecciones en EEUU será la política en cuestiones culturales”

Javier Mejía: “El elemento que definirá el resultado de las elecciones en EEUU será la política en cuestiones culturales”

El economista y académico de la Universidad de Stanford cree que la situación económica ha pasado a un segundo plano en las preocupaciones de los votantes.

Por: Gabriel Pastor22 Oct, 2024
Lectura: 6 min.
Javier Mejía: “El elemento que definirá el resultado de las elecciones en EEUU será la política en cuestiones culturales”
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Artículo original en español. Traducción realizada por inteligencia artificial.

Quienes siguen la política estadounidense, y sus elecciones en particular, pueden recordar la famosa frase que definió la victoria de Bill Clinton sobre George H. W. Bush en la campaña electoral de 1992: “The economy, stupid.” En el resultados de las urnas, siempre se presta atención al impacto de los datos del mercado laboral o de la evolución de la inflación.

Sin embargo, en las elecciones de Estados Unidos (EEUU) del próximo 5 de noviembre, donde se enfrentarán la oficialista Kamala Harris (demócrata) y el opositor Donald Trump (republicano), las “cuestiones culturales”, que han dividido y polarizado a la sociedad estadounidense durante años, serán decisivas, según el académico colombiano Javier Mejía, doctor en economía y profesor del Departamento de Ciencias Políticas de la Universidad de Stanford.

Mejía, que también realiza una estancia posdoctoral en Stanford, afirmó que la votación presidencial reflejará posturas sobre temas como la convivencia racial y los derechos reproductivos, asuntos que actualmente se expresan en bloques divididos.

Temas definitorios

¿Cuál es su análisis sobre la campaña en EEUU?

 —Es una elección muy reñida. No anticipo una victoria de ninguno de los candidatos por un margen muy amplio. Siento que el elemento que definirá el resultado será la política en cuestiones culturales. La dimensión de política económica, que tradicionalmente ha sido importante, va a pasar a un segundo plano. Las discusiones sobre cuestiones culturales, como la actitud ante los problemas raciales o los derechos reproductivos, serán las que predominen. Son los aires de nuestro tiempo y en la sociedad americana se ha vuelto predominante. Un elemento adicional, en comparación con la elección anterior, es la aparición de nuevas fracturas dentro de lo que antes era un mundo bimodal, un escenario polarizado con dos frentes muy claros. Ahora, hay fracturas en cada uno de esos bloques. Aunque todavía no logramos predecir con precisión cómo se reflejarán en los resultados electorales, estas fracturas estarán presentes y seguramente serán fundamentales.

Es decir, los dos bloques polarizados están, a su vez, divididos en esta elección.

—Exactamente. Lo veo en el conflicto árabe-palestino y el palestino-israelí que ha fracturado profundamente a la comunidad. A tal punto que puede llevar a electores a considerar abstenerse y esto pueden ser clave.

Una elección dividida por cuestiones culturales, ¿es una señal de que los electores no están preocupados por la economía?

—Puede ser una de las explicaciones. Lo cierto es que llevamos al menos diez años sobre esta evidencia más o menos robusta de una desconexión entre las preferencias electorales y el sentimiento alrededor de la economía. Durante todo el siglo XX, se observó una relación muy robusta entre desempeño económico y preferencias electorales. Hubo un desacople de esas dos variables en los últimos quince años. Lo curioso es que, en otras partes del mundo, como en los países de Europa Occidental, esa relación se mantiene.  

Identidad hispana diversa

¿Qué puede decir sobre el votante hispano?

—La clave del asunto está en reconocer que la identidad hispana es mucho más diversa de lo que se suele pensar. Sobre todo desde los ojos del liberalismo o la izquierda americana. La comunidad hispana agrupa con frecuencia a inmigrantes recién llegados y a personas de varias generaciones que se identifican a sí mismas como hispanas, aunque nunca hayan vivido en un país de Latinoamérica. Una vez que se reconoce que la comunidad hispana es muy diversa, se pueden reconocer fracciones dentro de ella.

A la comunidad cubana de Miami, sobre todo la a la primera generación, no le preocupa mucho la narrativa antiinmigración. Lo que más le importa es la actitud hacia el régimen cubano. Y en eso identifican en Trump una figura mucho más cercana con sus preferencias. Si se considera a otras comunidades que también llevan mucho tiempo en EEUU, como la mexicana, que se identifica como clase media, se observa que están sufriendo en la búsqueda de empleo. Compiten en una economía globalizada donde China ha tomado muchos de los trabajos manufactureros. Estas personas tienen sus preferencias influenciadas por la narrativa de Trump.

Trump y Harris en el debate de ABC News. Fuente Shutterstock
Trump y Harris en el debate de ABC News. Fuente Shutterstock

Oportunidades económicas

Los candidatos rivales defienden una política económica proteccionista. Trump tiene una agenda más radical que Harris, pero finalmente los dos son proteccionistas por intereses geopolíticos. ¿Se perjudicará América Latina?

—Independientemente de quién gane las elecciones, habrá un desacoplamiento de las cadenas productivas chinas, lo que implica la búsqueda de sustitutos. El nearshoring es una de las estrategias que consiste en trasladar parte de la producción más cerca del mercado americano. Esto, que ha beneficiado profundamente a México, podría ser aprovechado por el resto de los países latinoamericanos. ¿Qué tanto se puede aprovechar? No es completamente claro debido a las dinámicas locales. El caso colombiano, que conozco bien y que presenta particularidades interesantes, muestra que el gobierno no está muy dispuesto a aprovechar las oportunidades. Su actitud ha sido extremadamente contraproducente para atraer inversión extranjera y promover el aparato productivo exportador, especialmente el que se concentra en el mercado americano. En América Latina, los sectores manufacturero y agrícola tienen un gran potencial. Todo dependerá de la actitud de la política local.

América Latina entonces puede perder oportunidades nuevas por un prejuicio ideológico.

—Sí, totalmente. El principal enemigo para aprovechar esas oportunidades es de orden ideológico. Aprovechar las oportunidades implica apostar por el gran capital y acercarse diplomáticamente a EEUU. Sin embargo, no todos los gobiernos de la región tienen el pragmatismo necesario. Hay que reconocer una actitud mucho más pragmática de Lula

[da Silva]
, el presidente de Brasil. La política comercial de AMLO (Andrés Manuel López Obrador) en México fue bastante pragmática, y aún no es evidente cómo será la actitud de la nueva administración.

¿Y el impacto de la agenda proteccionista estadounidense?

—Puede haber algunos sectores específicos donde esto resulte problemático. Sin embargo, en general, es muy difícil que EEUU pueda cerrarse de la forma tan extensa como sugieren los discursos de Trump. En todos los casos, se trata de una respuesta para alejarse de China y buscar cadenas de suministro más cercanas.

Prioridades de la política exterior

Lo cierto es que EEUU se distanció de América Latina durante bastante tiempo. ¿A qué atribuye esta indiferencia que, a esta altura, parece convertirse en una política de Estado?

—Es posible que haya varias respuestas, pero la mayoría de ellas se relaciona con el hecho de que la política exterior de una superpotencia es mucho de apagar incendios. La tensión de la política exterior con frecuencia está guiada por la urgencia de los eventos. A pesar de que Latinoamérica pueda parecer muy convulsionada, es una región bastante estable, a diferencia de otras zonas del mundo, como el Medio Oriente o el Sudeste Asiático. La atención de las administraciones de EEUU se centra en los lugares donde ocurren los incendios. Un elemento adicional es la cercanía de la región a EEUU. Es mucho más fácil de proteger e intervenir en caso de ser necesario.

Gabriel Pastor

Gabriel Pastor

Miembro del Consejo de Redacción de Diálogo Político. Investigador y analista en el think tank CERES. Profesor de periodismo en la Universidad de Montevideo.

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