José Luis Pérez Guadalupe: “Los pentecostales y los evangélicos entran en la política con una agenda moral”

José Luis Pérez Guadalupe: “Los pentecostales y los evangélicos entran en la política con una agenda moral”

Los evangélicos son parte de una lucha ideológica, cultural y valorativa en América Latina. De una comunidad de fe apartada del mundo se han convertido en un factor políticamente activo.

Por: Jonathan Neu, Manfred Steffen26 Ago, 2024
Lectura: 10 min.
José Luis Pérez Guadalupe: “Los pentecostales y los evangélicos entran en la política con una agenda moral”
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Artículo original en español. Traducción realizada por inteligencia artificial.

Sociólogo y educador peruano, fue ministro del Interior del Perú durante el gobierno de Ollanta Humala (2015). Fue profesor en la Pontificia Universidad Católica del Perú, la Universidad del Pacífico y la Universidad San Martín de Porres. Fue agente de pastoral carcelaria en el penal de Lurigancho. Es autor de numerosos libros como Pastores & políticos (2022) y Entre Dios y el César (2017).

Participó como exponente en la XXI Jornadas de Alternativas Religiosas en América Latina en la Universidad Católica del Uruguay. Allí conversamos sobre la evolución histórica de las iglesias evangélicas, su participación en la política y su rol en el establecimiento de la agenda moral.

Los evangélicos

¿Que significa evangélico?

—El término puede ser polisémico según la región y la época. En el contexto inglés, conocemos el término evangelical, que se caracteriza por un alto nivel de actividad misionera. Las iglesias que no evangelizan no son consideradas evangelicals. Además, se centran en Cristo y en la Biblia, y suelen tener una interpretación muy literal de esta. Estas Iglesias son participativas, lo que significa que tienen un altísimo nivel de vida comunitaria.

En América Latina, históricamente se utilizaba el término evangélico para describir a todos los grupos protestantes. Con el fin de la Corona española, a muchos países de la región llegaron los protestantes tradicionales europeos como anglicanos y luteranos. A fines del siglo XIX llegaron los primeros misioneros protestantes propiamente dichos y los hijos del protestantismo directo como bautistas, anglicanos, metodistas, episcopalianos, presbiterianos.

Evolución histórica

¿Protestantes o evangélicos?

—En 1910 se realizó el Congreso Mundial de Misioneros Protestantes en Edimburgo. Allí se dijo: «no vamos a ir a América Latina porque ya es católica, es cristiana». Sin embargo, hay un grupo disidente, que afirma que es católico, pero no es cristiano. No le reconocen la cristiandad al catolicismo. Por eso vienen a misionar y a cristianizar, porque el cristianismo —dentro de esa perspectiva evangélica— no es religión. En 1917, esos disidentes hicieron un congreso en Panamá. Hasta entonces tuvo sentido subdividir entre los evangélicos y los evangélicos tradicionales o protestantes.

En paralelo, a partir del siglo XX comenzó el movimiento pentecostal como movimiento, pero no como denominación. Es un movimiento espiritual, como el movimiento carismático del catolicismo.

El pentecostalismo

¿Cuáles son las características de los pentecostales?

—Doctrinalmente son muy parecidos a los evangélicos, pero tienen actualmente un acento en la actuación del Espíritu Santo. Se considera que el Espíritu Santo continúa actuando hoy a través de los dones espirituales como hablar en lenguas, profetizar y sanar; afirman que Dios te puede hablar a ti directamente. Es un movimiento que se distingue por las liturgias cantadas, alegres. Visto desde fuera, podría ser gente que entra en éxtasis. Para el foráneo, la gente tiembla, baila, habla en lenguas. Hay mucha emoción.

Las denominaciones institucionales evangélicas veían a los pentecostales como una secta. No las reconocen como suyas, sino más bien como fanáticos religiosos que dicen que el Espíritu Santo les hace bien. En América Latina, el pentecostalismo fue de populares, marginales, pobres. En portugués se hablaba de las «cuatro P»: pobres, periféricos, pretos y pentecostales. Si al comienzo del siglo los evangélicos eran marginales en América Latina, los pentecostales eran los marginales entre los marginados. Fueron precisamente ellos quienes lograron en los últimos cincuenta años convertirse en un movimiento de masas. Su atractivo es el canto, la oración, el compañerismo. Eran Iglesias populares de gente necesitada, pobre, migrante, de lugares donde la Iglesia católica, las autoridades y el Estado no llegaban, pero sí llegaban los pentecostales y formaban comunidades.

Entrada en la política

En los setenta, los evangélicos evitaban la política. ¿Qué cambió?

—Se pueden identificar tres líneas de explicación paralelas: un factor sociológico, uno político y uno teológico.

Sociológicamente, se puede entender el pentecostalismo como una forma de autocapacitación. El converso deja de tomar, se dedica a su esposa, tiene capacidad de ahorro y sus hijos van al colegio. Ahí comienza a cambiar el estatus económico. Finalmente, sus nietos van a la Universidad. El pentecostalismo va cambiando su estatus social de marginado religioso y social. Con este cambio de estatus llegó el apetito por la política.

Desde el punto de vista político, las condiciones marco cambiaron significativamente con la desaparición de las dictaduras a finales de los años ochenta. Entonces se lanzaron a la política. Primero pensaron en un partido confesional con una agenda social. Esos partidos confesionales de los ochenta, en todos los países de América Latina, fracasaron y desaparecieron. Se dieron cuenta de que no existía el voto confesional, de que los evangélicos no necesariamente votaban por el candidato evangélico.

Entonces cambió la estrategia: si como evangélicos no vamos a llegar, entonces vamos a unirnos con otras personas y a apoyar candidatos para poder llegar a la presidencia.

La tercera forma de participación política es la fracción evangélica: ya no queremos la presidencia, queremos llegar al Congreso. El modelo de partido fracción es más exitoso en términos electorales y en términos políticos. No necesitan tener mayoría en el Congreso sino una minoría calificada.

Fieles en culto evangélico
Fieles en culto evangélico

Cambios teológicos

¿Qué cambió en la teología?

—La perspectiva evangélica era muy escatológica. Esperaban que Cristo volviera pronto. En esta lógica, se dice: ¿para qué voy a entrar en el sindicato si lo que yo quiero es que venga Jesús en su segunda vuelta? Es más, cuanto peor estén las cosas, se va a cumplir todo lo está profetizado para el fin del mundo. El objetivo no es cambiar el mundo, sino salvar almas.

Ahí es donde cambia el acento. Teológicamente, se habla de un cambio del pre al posmilenialismo. Ahora enfatizan que Cristo ya está. Entonces se pasan de premilenalistas, es decir, primero tiene que venir el milenio. Cristo ya vino espiritualmente, ya estamos en el gobierno de Dios. Entonces, si Dios es el dueño de todo, sus hijos no tienen que huir del mundo, sino conquistarlo.

El catolicismo de los sesenta y setenta casi glorificaba el sacrificio y la pobreza. Sobre todo, con la teología de liberación. Allí los pobres eran los santos. En cambio, los evangélicos proponían disfrutar de esta vida sin remordimientos. Surgió la teología de la prosperidad, no con base en el trabajo y el ahorro (Max Weber) sino en la promesa y la ofrenda. La promesa es que Dios te dará ciento por uno. «Voy a bendecirte a ti y a todas tus generaciones, te voy a llevar a tierra que mana leche y miel». El lado B es que si tú eres pobre es porque no tienes fe.

Ese enfoque es que, al menos, es una teología de la alegría, de la prosperidad. Observo que los cultos de neopentecostales no son ceremonias religiosas, son negocios, intercambios. Los testimonios ya no giran alrededor de tu conversión y cómo Dios ha cambiado tu vida.

Catedral de la Iglesia Universal en Brasil
Catedral de la Iglesia Universal en Brasil

Megaiglesias y prosperidad

¿Se trata de entusiasmo o de un negocio?

—Esto funciona en el sentido pragmático. Con entusiasmo y toda una comunidad que te apoya, te va a resultar, aunque al final termine en payasada.

El pastor es el primero en volverse millonario y promete a sus seguidores que pueden ser como él. Es lo que se llaman Iglesias aspiracionales: quieren otro estatus social, ser como el pastor.

Además, también tienen la teología de la guerra espiritual. Los pentecostales creían en demonios, exorcismos y liberaciones, y hacían oraciones. Ahora, ese demonio que entraba a nivel personal, se vuelve institucional y territorializado. Comienza la guerra espiritual en ámbitos dominados por el demonio: vamos a expulsarlo, vamos a entrar y a conquistar la paz.

En la medida en que los pentecostales y los evangélicos que se van juntando, tienen ascenso social, acceden a clases medias, comienzan a conquistar clases altas, construyen megaiglesias, tienen dinero y comienzan a entrar en la política. Pero no como una agenda social, sino como una agenda moral.

El discurso moral

¿Qué es la agenda moral?

—Provida y profamilia contra el aborto, contra la ideología de género y contra todo lo que tenga que ver con eso.

Cambiaron la estrategia y de temas. Con lo que ellos llaman ideología de género logran una unión que no se había logrado nunca. Esa agenda llamada moral es lo que unifica a todos los evangélicos. Interesantemente, el término ideología de género no lo crean los evangélicos, sino los católicos. Esta imagen del enemigo del marxismo cultural es fundamental para la movilización política de los evangélicos. Con este mensaje, Bolsonaro como católico logró ganar muchos votos evangélicos. Estas guerras ideológicas consisten en ponerle nombre a los enemigos. Juntan comunista, izquierdista, pobre, terrorista, traidor. Es como que dijeran que todo eso es el mal. Nosotros, en cambio, somos el bien. Estamos en una lucha ideológica, cultural y valorativa, espiritual. Vemos esto en los discursos de Bolsonaro, Milei, Bukele, pero también de AMLO. Todos tienen connotación religiosa.

Perspectivas del evangelismo

¿Ya pasamos el auge del evangelismo?

—Antes los evangélicos crecían a costa de los católicos. Era más fácil sacar a un católico no militante y convertirlo en evangélico militante. Ese católico bautizado en un hogar católico tenía los valores cristianos. Tenía el hardware, pero le faltaba el software. Los evangélicos le cambiaban el programa.

Ahora, en cambio, el catolicismo ya no forma católicos. Se da otro fenómeno que es el de los no afiliados, el grupo que está creciendo más. Por ejemplo, en Chile, el catolicismo ha bajado de 70 % a 40 %. Pero los evangélicos no han crecido. El grupo que está creciendo más es el de los que no tienen afiliación religiosa ni católica ni evangélica.

Finalmente, los evangélicos dejaron de identificarse como protestantes. Ahora son cristianos y ahora reconocen la cristiandad católica, porque necesitan de esa mayoría cristiana. Bolsonaro es un buen ejemplo de esta nueva alianza entre católicos y evangélicos. Afirma que el Estado es cristiano, que el presidente y la mayoría de los brasileños son cristianos. La conclusión es que vamos a legislar para la mayoría que es cristiana.

La nueva división ya no es más entre católicos y evangélicos, sino entre católicos y evangélicos conservadores y católicos y evangélicos progresistas. Se da un ecumenismo político que les permite unirse unos con otros. Tenemos un ala más radical de derecha conservadora, pero ya no se trata de un voto confesional, sino valorativo. Cambió el panorama religioso y político.

El panorama futuro

¿Qué rol juega el miedo respecto al futuro?

—Hay miedos muy elitistas. El pobre que está recogiendo basura no piensa en la inteligencia artificial o el cambio climático. «Un poco más de bronceador y ya está». No son temas que muevan la aguja. La gente no deja de dormir por la guerra. Pero no dormía por el covid-19, que sí fue democrático.

El miedo actual es a no tener trabajo el día siguiente. Ese es el miedo mayor para la gente.

Jonathan Neu

Jonathan Neu

Representante Adjunto del Programa Regional Partidos Políticos y Democracia en América Latina, con sede en Montevideo de la Fundación Konrad Adenauer en Uruguay. Estudió matemáticas e historia en las universidades de Leipzig y Salamanca. Se especializó en historia de las ideas.

Manfred Steffen

Manfred Steffen

Magíster en Ciencias Ambientales por la Universidad de la República de Uruguay. Dipl. Ing. Fachhochschule für Druck in Stuttgart. Coordinador de proyectos de la Fundación Konrad Adenauer, oficina Montevideo.

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