Alemania tendrá cambios sustantivos en su política exterior. El canciller Friedrich Merz explicó en su discurso en la Conferencia de Embajadores las claves de su gobierno en temas internacionales. La nueva política exterior y de seguridad alemana del canciller Merz será pragmática y se guiará más claramente por los intereses nacionales. Según Merz, estas se centran en la seguridad, competitividad y prosperidad de Alemania y Europa.
El gobierno quiere asumir más responsabilidad a nivel internacional para “abogar por un orden mundial basado en normas en el que los pueblos libres convivan de forma pacífica y democrática.” Sobre todo, el claro enfoque en la política de seguridad es una nueva dinámica en la política exterior alemana, que inició el último canciller Scholz y que ahora Merz quiere implementar con más fuerza.
La seguridad como nueva prioridad
Desde el final de la Segunda Guerra Mundial y la completa desmilitarización de Alemania, la política de seguridad alemana se ha caracterizado por una línea política de cautela. Al mismo tiempo, en la Alemania posguerra surgieron dos ejércitos: la Bundeswehr (RFA, 1955) en la OTAN y el Ejército Popular Nacional (RDA, 1956) en el Pacto de Varsovia.
Solo después de la reunificación en 1990 la Bundeswehr pasó de ejército defensivo a fuerza operativa con sus primeras misiones armadas en el extranjero. Paralelamente, se redujo drásticamente el presupuesto de defensa, ya que la situación de amenaza en Europa disminuyó considerablemente. La política de seguridad no era una prioridad. Tras el fin de la Guerra Fría, Alemania y otros se beneficiaron enormemente delllamado «dividendo de la paz» gracias al dominio militar de los Estados Unidos en la OTAN. En lugar de destinarse a fines militares, se pudo invertir mucho dinero en fines civiles, como la educación, un Estado de bienestar amplio, la reducción de impuestos o las infraestructuras.
La anexión rusa de Crimea en 2014 reavivó la amenaza. Sin embargo, Alemania solo modificó sus prioridades tras la invasión rusa a gran escala de Ucrania en 2022. El entonces canciller Scholz proclamó un “cambio de era” y aumentó masivamente el gasto en armamento. La política de seguridad se convirtió en una prioridad en Alemania.

Hacia una política de seguridad integrada
El Gobierno de Merz también refleja esta prioridad en el presupuesto, rompiendo con la política anterior de freno al endeudamiento: los límites se suspenderán para defensa y seguridad, con fondos casi ilimitados y un presupuesto militar récord.
Además, la política exterior y de seguridad debe integrarse en todos los ámbitos políticos -desde la economía y el comercio hasta la defensa. La clásica separación entre política interior y exterior está superada. Alemania pensará de forma estratégica e interconectada para seguir siendo capaz de actuar y defender eficazmente sus intereses.
En este marco, se creó el Consejo de Seguridad Nacional, un organismo que ya existe en unos 60 países de todo el mundo. En Alemania, su objetivo es reunir información y conocimientos de diferentes ministerios para desarrollar una política de seguridad integrada, así como identificar futuras amenazas.
Amenaza de Rusia y China
Esta nueva priorización llega en un momento clave ya que Alemania vuelve a tener “enemigos y adversarios sistémicos”. La proximidad de los misiles rusos en Kaliningrado (solo 530 kilómetros de Berlín) y el aumento de provocaciones en territorio de la OTAN -como drones derribados en Polonia y sobrevuelos de aviones de combate rusos sobre Estonia y Polonia- evidencian la amenaza inmediata. Merz subraya la existencia de un “plan imperialista” de Putin que no termina en Ucrania, sino que va más allá. Ucrania no solo defiende su libertad, sino también la de Europa. Por ello, Alemania debe mantenerse firme y comprometida a largo plazo con Ucrania.
Con el fin de financiar el fortalecimiento de las capacidades de defensa, se ha adaptado el marco legal para permitir que el presupuesto federal alemán pueda asumir un volumen de deuda récord de hasta 500 mil millones de euros, distribuidos en varios años. El 50 % de los fondos está previsto para reforzar las capacidades de la Bundeswehr y para implementar medidas orientadas a la defensa nacional. Esta medida se considera sostenible gracias a la alta calificación crediticia de Alemania y a su actual nivel de endeudamiento, que sigue siendo manejable.
Contra las autocracias
Ante el contexto de creciente agresión de Rusia contra Europa, se introdujo una cláusula adicional que permite la toma de nuevas deudas en caso de que una respuesta militar a actos de agresión lo requiera. De esta manera, Alemania asegura su capacidad de reacción y mantiene su margen de maniobra estratégica en caso de una escalada adicional en Europa del Este.
Para Merz es claro el nuevo conflicto sistémico entre las democracias liberales y un “eje de autocracias”, en el que destacan Rusia y China. Estos países buscan establecer esferas de influencia y socavar el orden internacional basado en normas.
En cuanto a China, el nuevo enfoque subraya como riesgo la dependencia económica como instrumento de poder. Merz busca una diversificación de las cadenas de suministro y de materias primas para fortalecer la soberanía estratégica de Europa. Aunque la rivalidad sistémica con China va en aumento, se mantiene la disposición a cooperar en áreas específicas como la política climática.

Relaciones positivas con América Latina
Además de la política de seguridad, el canciller alemán destaca la importancia de establecer nuevas asociaciones estratégicas, especialmente con países fuera del eje transatlántico. América Latina acentúa en su plan explícitamente como una región clave. Países como Brasil, México y Argentina son socios importantes para Alemania, tanto en lo económico como en lo político.
Para Merz la política exterior alemana debe basarse en asociaciones en pie de igualdad, sin arrogancia moral, sino con respeto por la autonomía y el potencial de los países socios. La cooperación para el desarrollo sirve como puerta de entrada para fortalecer relaciones. Alemania sigue comprometida pese al retiro de otros países occidentales, como Estados Unidos.
Un componente esencial de la estrategia exterior económica es el acuerdo comercial con el Mercosur. Merz lo califica como “estratégicamente necesario”. Aplaudió la decisión de la Comisión Europea de someter el acuerdo a votación definitiva. Para Merz, este vínculo es un ejemplo de cómo Europa puede fortalecer su competitividad e independencia, especialmente en tiempos de cambios geopolíticos y creciente competencia por recursos.
Cambio de paradigma
Merz marca un cambio de paradigma en la política exterior alemana. Se abandona la diplomacia reactiva en favor de una estrategia activa con seguridad como una de sus prioridades fundamentales. Alemania está llamada a asumir un papel más activo como actor global, no por afán de protagonismo, sino por responsabilidad y necesidad estratégica, brindando respaldo a sus socios y aliados internacionales.
La nueva política exterior es pragmática, guiada por intereses y basada en redes. Enfrenta los desafíos que plantean Rusia y China, busca fortalecer alianzas – entre otros en América Latina – y apuesta por la soberanía económica a través de acuerdos como el de la UE-Mercosur.