Víctor Ticay: “Al final, la verdad sale a la luz, encarcelen o no a los periodistas”

Víctor Ticay: “Al final, la verdad sale a la luz, encarcelen o no a los periodistas”

El periodista fue encarcelado por transmitir una procesión religiosa en su país y salió en libertad en septiembre. Ahora, se encuentra exiliado en Guatemala.

Por: Fabiola Chambi16 Oct, 2024
Lectura: 5 min.
Víctor Ticay: “Al final, la verdad sale a la luz, encarcelen o no a los periodistas”
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Artículo original en español. Traducción realizada por inteligencia artificial.

El periodista nicaragüense Víctor Ticay no imaginó que transmitir una procesión religiosa el 5 de abril de 2023 sería el detonante para que un día después el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo ordenara su aprehensión. Fue condenado a ocho años de cárcel por los delitos de propagación de noticias falsas y conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional, considerado “traición a la patria”.

Ticay era director del medio digital La Portada y también colaboraba con Canal 10, uno de los más importantes de ese país. Su labor informativa se mantenía firme, a pesar de la arremetida contra la prensa y la imparable vulneración de derechos humanos.

El 5 de septiembre fue excarcelado junto a otros 134 presos políticos y, desde Guatemala, conversó con Diálogo Político sobre los 17 meses de privación de su libertad, el despojo de la ciudadanía nicaragüense, la represión del régimen, el exilio de los periodistas y la esperanza del retorno.

Persecución religiosa

¿Por qué difundir un evento religioso le costó la libertad?

—En ese momento, la gente en la región de Nandaime, al sur de Managua, salió como en años anteriores a participar de la procesión. Es algo tradicional y, como es mi trabajo, di cobertura al evento. El video está en la plataforma. Pensé que la Policía lo había borrado, pero no y es la prueba fehaciente de lo que se vivió ese día. Eso me costó 517 días privado de mi libertad. Estuve secuestrado, esa es la realidad. En ninguna parte del mundo te van a acusar, procesar y sacar de tu país por eso. La Constitución Política lo avala en su Artículo 66 porque todo nicaragüense tiene derecho a ser informado, así como nos avala a nosotros, los periodistas, a informar.

¿Cómo se da el deterioro de las libertades religiosas en Nicaragua?

—A partir de 2018, cuando surge la crisis sociopolítica en Nicaragua, hubo un levantamiento social. La gente ya no soportaba más arbitrariedades y engaños, por eso se autoconvocaron y salieron a las calles. El gobierno no quería que se supiera de la protesta y la Iglesia Católica albergó a muchos ciudadanos que huían de la represión, de las balas. Les abrió las puertas. Hubo muchos pronunciamientos, como del monseñor Silvio Báez, en el exilio ahora, y el monseñor Rolando Álvarez. Hay un centenar de sacerdotes que fueron apresados y desterrados.

Existe una persecución a la Iglesia Católica. Han cerrado conventos, colegios y todo lo que derive del catolicismo. También se arremetió contra el sector evangélico. Pastores fueron apresados porque hicieron un mega evento en Nicaragua.

De la prisión al exilio

Ahora, desde Guatemala, ¿cómo percibe la situación de su país?

—El círculo político de la familia Ortega- Murillo se viene reduciendo porque, incluso, ya ha alcanzado a su propia cúpula. El régimen quiere controlado todo, las ONG, la iglesia Católica, sociedad civil, periodistas. Con las recientes reformas a las leyes, en las que ha ampliado y legalizado el espionaje cibernético, todo es una paranoia. En Nicaragua no puedes hacer nada con libertad. Si das like a una publicación, lo que te espera es la cárcel. Hay personas que fueron desterradas, enjuiciadas y ahora están sin nacionalidad solo por dar un like.

¿Cómo fueron esos días en la cárcel? ¿Tenía la esperanza de ser liberado?

—Hacía un calor fuerte, soportábamos altas temperaturas. Al principio me costaba dormir, no conciliaba el sueño, me levantaba todas las noches asustado por cómo hacían el recuento en la cárcel. Iban a contarte en la celda y te levantaban a las tres de la mañana. Se formó un trauma y, de hecho, estuve tomando sesiones psicológicas porque no es nada fácil. Pero estoy muy agradecido con el gremio periodístico nicaragüense e internacional, hacían mucha campaña por mi liberación. También agradecido con Estados Unidos y Guatemala, estoy contento de pasar del infierno al paraíso. Así me siento.

Te quitaron la nacionalidad nicaragüense. ¿Qué sentimientos le genera y cuál es su situación ahora?

—Imagínate, es muy duro. Para mí Nicaragua lo es todo, es un paraíso. Actualmente está pasando por una situación fea, pero yo espero regresar. Tengo la confianza en Dios, así como confié en mi libertad. Sé que terminarán estos días oscuros y vendrán días nuevos para toda la gente que está en el exilio. Ahora tengo una sensación agridulce. Estás libre pero no puedes regresar a Nicaragua, al país que te vio nacer, donde te formaste, donde trabajaste y dejaste todo… Aquí, en Guatemala, tengo un proceso migratorio. Hay que esperar. Pero estaba en peores condiciones, así que no me puedo quejar.

La encrucijada de los periodistas

Ante la represión, cada vez más fuerte, la prensa ha sido clave para denunciar la vulneración de los derechos. Pero este oficio ya no es una opción para muchos. ¿Cómo sobrevive el periodismo nicaragüense?

—No se puede hacer periodismo crítico en Nicaragua. Fui una víctima del régimen y otros colegas también sufrieron la cárcel y están en la misma condición que yo. Es muy riesgoso, por tu vida y la de tu familia. Aunque hay que reconocer que con el periodismo independiente no han podido. Hay muchos periodistas que están en el exilio y así han seguido informando. El régimen ha perdido esa batalla. Al final, la verdad sale a la luz, encarcelen o no a los periodistas. Somos un gremio bastante unido y cuando la verdad prevalece no hay nada que la pueda ocultar.

¿Piensa volver al periodismo?

—Son más de diez años trabajando, me gusta ser la voz de los que no tienen voz y es un compromiso con la verdad. Por eso pienso que, si Dios me lo permite, seguiré haciendo periodismo.

Fabiola Chambi

Fabiola Chambi

Periodista con posgrado en periodismo digital, docencia universitaria, derechos humanos y comunicación política. Corresponsal de Voice of America. Editora en Connectas.

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