Santiago Peña y su primer año: ¿un Paraguay más visible?

Santiago Peña y su primer año: ¿un Paraguay más visible?

El primer año de gobierno del heredero de Horacio Cartes refleja una apuesta audaz por la política exterior. El desafío es convertir la notoriedad en beneficios económicos palpables para un país con tareas pendientes.

Por: Julieta Heduvan5 Ago, 2024
Lectura: 6 min.
Santiago Peña y su primer año: ¿un Paraguay más visible?
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Artículo original en español. Traducción realizada por inteligencia artificial.

Para comprender la forma en la que Paraguay se inserta al mundo hay que tener presente tres características un poco gastadas por su uso, pero no por eso menos útiles. Paraguay es un país pequeño, sin litoral marítimo y vecino de potencias regionales. Esto implica que existen ciertas características estructurales que moldean el comportamiento del país, pero no necesariamente lo limitan.

Notoriedad y objetivos

Por su tamaño, Paraguay enfrenta dificultades para ganar notoriedad y proyectar sus objetivos nacionales a nivel internacional. A su vez, al ser un Estado mediterráneo, incurre en costos adicionales que el país debe asumir en el comercio internacional y en el transporte, sumado al riesgo de crear una dependencia negativa de sus vecinos. El país se encuentra en la desafiante posición de tener que lidiar con los intereses de fuerzas regionales como Brasil y Argentina. A su vez, navega en la misma zona de influencia, al compartir gran parte de sus espacios de inserción regional con estos países.

Sin embargo, estas características estructurales constriñen, pero no ahogan. Con el tiempo, la evolución del orden internacional liberal y sus instituciones ha creado un ambiente más favorable, con normativas, regulaciones y espacios de participación que apoyan a los países con mayores desafíos para insertarse a nivel internacional. En este marco global, la proyección de Paraguay en el mundo depende en gran medida de los gobiernos y su disposición a generar políticas activas. Si estas políticas son lo suficientemente inteligentes, pueden contrarrestar e incluso aprovechar el contexto regional e internacional para alcanzar sus objetivos.

Santiago Peña (2023 – presente)

Luego de un año en el poder, el gobierno de Santiago Peña ha demostrado un inusual interés en posicionar la política exterior como un tema clave en la agenda política paraguaya. Al profundizar la visión que tímida e infructuosamente intentaron desarrollar sus antecesores, Peña busca erigir una política exterior pragmática vinculada a una estrategia de desarrollo. Se basa en la inserción internacional, centrada en la búsqueda de inversiones y nuevos mercados. La economía, el comercio, la generación de empleos y el desarrollo de infraestructura son elementos centrales de este plan, todos ellos relacionados con la política de inserción internacional de Paraguay.

Para lograrlo, el gobierno de Peña se enfoca en obtener una mayor visibilidad internacional mediante una política de alto perfil. Esto incluye constantes viajes internacionales, encuentros con políticos, empresarios y personalidades relevantes en el ámbito global. Así como el establecimiento de nuevas alianzas y el fortalecimiento de las ya existentes.

Continuidades y diferencias

Algunos puntos marcan una continuidad con respecto a la política paraguaya más tradicional. Esto incluye el relacionamiento con sus socios sudamericanos, especialmente Brasil y Argentina, su participación en los espacios de integración regional con el Mercosur como prioridad, y las relaciones con Estados Unidos, aunque con altibajos. También se mantiene el reconocimiento diplomático a la República de China (Taiwán), siendo Paraguay el único aliado sudamericano de Taipei.

El foco puesto en Medio Oriente, con especial interés en Emiratos Árabes Unidos, y en algunas regiones de Asia, aparece como una política heredada aunque ahora potenciada. Esto evidencia la búsqueda del gobierno paraguayo de ampliar sus horizontes y obtener nuevos socios de inversión y comercio, atraídos por la estabilidad económica y la baja presión fiscal.

Por otro lado, hay diferencias importantes respecto a posiciones históricas. Un ejemplo es el acercamiento a Israel y el futuro traslado de la embajada paraguaya de Tel Aviv a Jerusalén. Además, hay diferencias coyunturales, como el reinicio de las relaciones diplomáticas con Venezuela, después del quiebre y cierre de la embajada paraguaya en Caracas en 2019.

Desafíos internos

El presidente asume la política exterior y el rumbo económico como sus responsabilidades centrales. Implica dejar muchos temas relevantes del ámbito doméstico fuera de su control. Si bien esta apuesta puede traer enormes beneficios, como el tan ansiado grado de inversión obtenido recientemente, también puede conllevar costos internos considerables.

Peña inició su mandato con una situación privilegiada en términos de gobernabilidad. La mayoría del Partido Colorado en el Congreso facilita la aprobación de gran parte de sus proyectos. El poder concentrado en el partido resultó atractivo para numerosos políticos de la oposición, que cambiaron su afiliación partidaria a favor del partido gobernante. Sin embargo, lo que parece una ventaja también presenta un desafío significativo. Liderar su partido y generar el margen de maniobra necesario para actuar de forma independiente de su mentor político, el expresidente Horacio Cartes, ha demostrado ser hasta ahora una causa infructuosa, complicando ocasionalmente sus objetivos en política exterior.

El camino hacia la atracción de capitales extranjeros se encuentra con obstáculos vinculados a los limitados avances en seguridad jurídica, lucha contra la corrupción y combate al crimen organizado. Además, la política exterior proyectada por el Poder Ejecutivo difiere de la posición ultraconservadora del Congreso paraguayo. Cuestiona acuerdos firmados con la Unión Europea, se opone a la Agenda 2030 y genera preocupación en las representaciones internacionales.

La relación con Estados Unidos es otro ejemplo de los desafíos en política exterior. Aunque es un aliado histórico. Las sanciones administrativas y financieras impuestas por el gobierno de Joe Biden a figuras políticas relevantes, principalmente del Partido Colorado, han generado tensiones entre ambos países. Mantener a Estados Unidos como aliado estratégico se encuentra entre los objetivos destacados por Peña y su canciller Rubén Ramírez. No obstante, lidiar con las presiones internas que afectan la relación con esta potencia global no es una tarea fácil.

Balance y perspectivas

El balance del primer año del gobierno de Santiago Peña refleja una apuesta audaz por la política exterior como motor de desarrollo. Aunque esta estrategia ha incrementado la visibilidad de Paraguay en el ámbito internacional, el verdadero desafío reside en convertir esta notoriedad en beneficios económicos palpables. El éxito de esta política dependerá de la capacidad de atraer inversiones y mejorar el comercio, justificaciones necesarias para sustentar la activa presencia del presidente en la arena internacional. Solo así se podrá validar esta estrategia y asegurar el apoyo continuo tanto interno como externo.

Julieta Heduvan

Julieta Heduvan

Internacionalista y magíster en estudios latinoamericanos por la Universidad de Salamanca. Autora del libro “Paraguay, Política Exterior e Integración Regional. Un recorrido hacia la contemporaneidad” con Intercontinental Editora S.A. (2019). Coordinadora de ALADAA Paraguay.

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