El nuevo Parlamento de Uruguay que asumirá a principios de 2025 tiene 29% de bancas ocupadas por mujeres. En total, 38 legisladoras fueron electas: 9 senadoras (de 31) y 29 diputadas (entre 99).
En la legislatura actual, el 22,3% de la representación parlamentaria es femenina. Esto ubica a Uruguay en el puesto 96 del ranking de la Unión Interparlamentaria (IPU) (febrero 2024). En América Latina, van por delante México, Argentina, Chile y Costa Rica.
Entre las 38 legisladoras electas en la pasada elección general de octubre, se encuentra la que preside el Senado. Será ocupada por Carolina Cosse, la vicepresidenta electa del Frente Amplio (FA) y compañera de fórmula del próximo presidente, Yamandú Orsi, que obtuvo la victoria en el balotaje el domingo. Es la segunda vicepresidenta electa —y consecutiva—, luego de que Beatriz Argimón obtuviera el cargo con la victoria del actual presidente, Luis Lacalle Pou, del Partido Nacional (PN).
En esta campaña electoral, tanto el FA como el PN presentaron fórmulas presidenciales paritarias.
La próxima legislatura tendrá, entonces, la participación de 9 voces femeninas más que el periodo actual (2020-2025) que se aproxima a su fin, esto representa un crecimiento de 6,7% de participación.
Al comparar esta conformación parlamentaria con los resultados electorales, se evidencia, sobre todo, un crecimiento magro de representación femenina en la Cámara de Senadores, en la que las mujeres ganaron solo una banca más que en las elecciones de 2019. Y tres en Diputados.
Uruguay fue pionero y quedó rezagado
En 1932, Uruguay aprobó la Ley 8.927 y habilitó el voto femenino, posicionándose entre los primeros países de Latinoamérica en otorgar este derecho. Las primeras legisladoras ingresaron al Parlamento en 1942: dos diputadas y dos senadoras. Sin embargo, la tasa de representación femenina se estancó por años. En las primeras elecciones posdictadura de 1984 ninguna mujer fue electa como titular al Parlamento.
La Ley de Cuotas llegó a Uruguay en 2009. Establece que se deben incluir personas de ambos sexos cada tres cargos en las listas presentadas para los diversos procesos electorales. Inclusive en las elecciones internas de cada partido. Su primera implementación fue en las elecciones de 2014: entraron cuatro mujeres más que en el periodo anterior (de 19 a 23 bancas). ¿Por qué? En la práctica, en el armado de las listas, en general se destina el tercer lugar a las mujeres, lo que reduce el impacto de la cuota.
Eso sucedió en la primera vuelta de las elecciones nacionales del 27 de octubre. Una candidata a Diputados por el Partido Colorado, Rosario Palleiro, se presentó en el tercer lugar de la lista por el departamento de Montevideo. Resultó electa pero declaró que no asumirá la banca y que, incluso, había tomado esa decisión al momento de postularse en la lista.
Burlar la ley
La doctora en ciencias políticas Niki Johnson señala que allí se evidencia “la trampa de la norma” y cómo los partidos “burlan” la ley. De acuerdo con ella, la regla escrita “rige las candidaturas, pero no lo que pasa después”. ¿Por qué si Palleiro no tenía intención de asumir una banca se postuló en la lista? ¿No había otras mujeres interesada en el Partido Colorado? Su cargo será sucedido por un hombre, Adrián Juri, y el PC tendrá solo dos legisladoras en Diputados (1,5% del Parlamento).
Hay casos inversos. Según los resultados electorales de octubre y los movimientos posteriores dentro de cada partido, de las 38 bancas femeninas, cuatro ingresarán al Parlamento como suplentes. Eso significa que no encabezaron las hojas de votación.
Para Johnson, la Ley de Cuotas movió “un poquito la aguja” porque en su primera aplicación (2014) las mujeres no llegaron a representar el 20% del Parlamento.
¿Legislar la paridad es necesario?
Durante el gobierno de Luis Lacalle Pou se presentaron dos proyectos que buscaban avanzar hacia una la ley de paridad. Uno pasó a la etapa de votación parlamentaria en mayo de 2024, pero no logró el apoyo necesario (21 votos del Senado) para aprobarse.
El proyecto fue presentado en 2021 por la senadora del Partido Nacional Gloria Rodríguez, a quien le faltaron los votos de sus propios correligionarios. Proponía la “participación política paritaria de personas de ambos sexos en la integración de los órganos electivos nacionales, departamentales, municipales, de dirección de los partidos políticos y en el Parlamento del Mercosur”. De aprobarse la propuesta, se hubiera establecido la misma cantidad de hombres y de mujeres en cada lista que se presentara a cargos electorales.
“Durante todos estos años de militancia, querida, sentida, he visto cómo desaparecieron compañeras inteligentes, exitosas, trabajadores, porque cuando llegaba el final del día, cuando los que habla de la libertad muestran la lista, siempre los primeros eran varones”, criticó en esa sesión del Senado la vicepresidenta Argimón.
A su vez, Johnson asegura que uno de los factores que incidió en el aumento de participación femenina en el Parlamento es la paridad en la conformación de listas del FA. La coalición de izquierdas aprobó la norma en el Plenario Nacional de 2017, que comenzó a aplicarse en las elecciones de 2019. De hecho, dos tercios de las mujeres electas en la primera vuelta electoral de octubre son del FA. “Está claro el impacto de la paridad”, observa Johnson. Además, este partido tuvo varias mujeres encabezando listas.
Si se desglosa la participación femenina por partido, 25 son del FA, siete del PN, tres del PC y dos de otros partidos con representación en Diputados.
Johnson ve “difícil” que se apruebe la paridad en la próxima legislatura. La propuesta debería alcanzar dos tercios de los votos parlamentarios. Lo que implica un 40% de varones a favor.