Entre el 1 de octubre y el 15 de noviembre, el embajador chino en Colombia, Zhu Jingyang, publicó 886 tuits y retuits; en promedio fueron 19 diarios. En sus publicaciones, celebra desde el anuncio del próximo ingreso de Colombia a la Franja y la Ruta hasta los avances del Metro de Bogotá, que construye una empresa del país asiático, o su visita junto al Ministro de Relaciones Exteriores al departamento del Chocó, afectado por inundaciones.
Jingyang, en el año que lleva como embajador, ha sido muy activo. No solo en redes sociales, sino también en su agenda pública. En sus tuits, cuenta cómo, con su gestión, China ha recibido ministros del gabinete de Gustavo Petro o actividades empresariales, académicas y culturales en las que participa su embajada en Colombia.
La actividad del embajador parece evidenciar cómo los vínculos entre Colombia y China se estrechan cada vez más. Esto consolida el poder blando del país asiático en América Latina. “Este embajador (que llegó en octubre de 2023) es mucho más activo que su predecesor. Ha servido por un lado como una especie de lobista de relaciones públicas para las empresas y los intereses chinos tanto con el Gobierno como con el sector privado”, explica Parsifal D’Sola Alvarado, director ejecutivo de la Fundación Andrés Bello y del Centro de Investigación Chino Latinoamericano.
Tanto D’Sola como otros analistas consultados coinciden en que la influencia china en Colombia no solo se refleja en sus relaciones con el gobierno central. También con los gobiernos locales para conseguir contratos. Es una influencia en varios frentes. Por un lado los intereses comerciales y políticos. Por el otro, la diplomacia cultural, con un componente de educación, ciencia y tecnología.
La Franja y la Ruta
Aunque los nexos comerciales entre ambos países empezaron hace quince años con Alvaro Uribe (2002-2010), continuaron en los periodos de Juan Manuel Santos (2010-2018) e Iván Duque (2028-2022). Será durante el gobierno Petro el que se una a la Franja y la Ruta.
Este ingreso a la gran apuesta estratégica, con la que China quiere convertirse en una potencia global, abre la puerta para que Colombia ingrese oficialmente al club de socios de China en América Latina. Según Vladimir Rouvinski, profesor del Departamento de Estudios Políticos de la Universidad Icesi y autor del texto El poder blando de China en América Latina, la influencia de China en Colombia está creciendo. Esta relación se sustentó en la visita del presidente Petro en octubre del 2023, en la que se firmó un documento sobre las relaciones estratégicas entre ambos países.
En este gráfico, publicado días antes de la visita de Petro a China, el periódico especializado en economía La República explicaba el impacto que significa para Colombia el ingreso a este proyecto chino.

En América Latina y el Caribe, 22 países ya forman parte de la Franja y la Ruta. China ha financiado proyectos de conectividad como puertos y carreteras en países como Argentina, Chile y Perú. Precisamente, el nuevo puerto de Chancay, en Perú, inaugurado por el presidente chino, Xi Jinping, es el símbolo de su creciente influencia en América Latina.
Los nexos comerciales
De acuerdo con la Asociación Nacional de Comercio Exterior, Analdex, China es el cuarto destino para las exportaciones de Colombia y el principal origen de las importaciones. Unas cifras que subieron en el primer semestre de este 2024. Actualmente, la empresa china Harbour Engineering Company construye la primera línea del Metro de Bogotá. La empresa BYD ganó licitaciones para los buses eléctricos de los sistemas de transporte masivo de ciudades como Bogotá, Cali y Medellín.
Una de las apuestas de China, que se relaciona con uno de los discursos del presidente Petro, son las industrias verdes. Están dirigidas a la transición energética, como los vehículos híbridos y eléctricos y productos de energía eólica y fotovoltaicos.
El aumento de influencia de las empresas chinas en este tema se evidencia en eventos como el conversatorio “Futuro sostenible para las energías renovables en Colombia”. Fue el 15 de agosto organizado por la empresa china Sany Colombia en alianza con El Tiempo. Participó la ministra de Ciencias, Yesenia Olaya, y Jinbao Gao, consejero comercial de la embajada de China en Colombia.
La presencia de China en la COP16 en Cali, entre el 21 de octubre y el 1 de noviembre, fue otra vitrina para los negocios de transición energética. En una entrevista dada por el embajador a El Tiempo durante este evento, este recalcó: “Una de las líneas de acción para proteger la biodiversidad es la que señala el presidente Gustavo Petro relacionada con la transición energética, de la que tenemos experiencia (…) China está comprometida con el sur global. Los 196 países del Convenio son una viva demostración del compromiso creciente de la comunidad internacional en esta causa por la protección de la biodiversidad”.
Una paradoja, ya que entre las principales exportaciones de Colombia a China están el petróleo, carbón, ferroníquel, cobre y oro. Además, mientras en Cali se hablaba de la protección a la biodiversidad, uno de los temores generados por el megapuerto de Chancay es justamente el impacto ambiental a los ecosistemas del humedal Santa Rosa.
El triunfo de Trump
El director ejecutivo de la Fundación Andrés Bello y del Centro de Investigación Chino Latinoamericano explica que el hecho de que Colombia ingrese a la Franja y la Ruta tiene un carácter simbólico en relaciones internacionales para China. Colombia ha sido uno de los principales aliados de Estados Unidos (EEUU). “China tiene una ganancia diplomática a nivel internacional y se promueve frente al Sur Global. Lo anunciarán (está programado para febrero próximo) con bombos y platillos porque tiene un peso simbólico grande”, dice.
Lo que sí no es seguro es el papel de EEUU con el triunfo de Donald Trump en esta ecuación. Rouvinski cree que es muy temprano para saber la posición que tome el presidente electo. Aunque se ha mostrado que el interés de EEUU hacia Latinoamérica ha disminuido y aparentemente esta región no es una prioridad para Trump.
En ese caso, dice D’Sol, China buscaría, sin generar una confrontación directa con Washington, llenar las áreas que EEUU deje vacías.
La influencia cultura y en educación
“¿Quieres venir a realizar estudios con una beca del gobierno chino en 2025?”, publicó el embajador en su cuenta de X el pasado 11 de noviembre. Rouvinski asegura que la influencia de China es a largo plazo. En la educación están empezando a sembrar esas semillas utilizando el mismo modus operandi que usó la antigua Unión Soviética, con becas a más de 10.000 colombianos. Mucha de esa gente hoy ocupa puestos altos. Ejemplo, el Ministro de Relaciones Exteriores”, dice.
En su análisis de El poder blando de China en América Latina de Diálogo Político indica que en la estrategia de este país en América Latina incluye a los Institutos Confucio. Se dedican a enseñar acerca de la cultura china. En América Latina, según la Fundación Andres Bello, hay 44 de estos institutos, siete de los cuales están en Colombia.
Como recordó el propio embajador Zhu Jingyang en un tuit, el primer instituto Confucio en América Latina se inauguró hace casi 17 años en la Universidad de los Andes, en Bogotá.Y desde ese 2007 el aumento de la influencia china en Colombia ha sido progresivo. El plan es que el ingreso a la Franja y la Ruta se oficialice en febrero de 2025, cuando se celebren 45 años de relaciones diplomáticas entre los dos países.