La paradoja de las energías limpias se resuelve con la economía circular

La paradoja de las energías limpias se resuelve con la economía circular

La generación y uso de energías limpias se ha transformado en uno de los pilares fundamentales en la lucha contra el cambio climático a nivel global. Sin embargo, debemos sincerar que estas energías cargan con una importante paradoja: su desarrollo y uso no es tan limpio.

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La paradoja de las energías limpias se resuelve con la economía circular
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Artículo original en español. Traducción realizada por inteligencia artificial.

A nivel mundial, se pasó de poco más de 4 millones GwH de capacidad de generación de energías renovables en 2010 a 7 millones GwH en 2020, según datos de la Agencia Internacional para las Energías Renovables (IRENA), donde destaca el crecimiento sostenido de las energías renovables no convencionales (ERNC).

Para América Latina, según los datos de la Organización Latinoamericana de Energía (OLADE), se cuenta con 60% de renovabilidad en la capacidad instalada de generación. Además, se instalaron más de 11 GwH de ERNC en 2020.

Para la región este avance en energías renovables no solo significa aportar positivamente en la reducción de gases de efecto invernadero, sino buscar un camino para entregar energía eléctrica a un costo razonable a más de 20 millones de personas que aún no cuentan con fuentes estables en nuestro continente, según datos de la CEPAL.

Transición urgente y necesaria

No cabe duda de que esta transición es urgente y necesaria. Sin embargo, debemos sincerar que estas energías cargan con una importante paradoja: su desarrollo y uso no es tan limpio.

Abordemos esto desde dos ángulos:

Primero, el desarrollo y producción de los equipamientos que hacen realidad a las energías limpias requieren incrementar la extracción de materias primas, como metales, cemento, minerales, vidrio y polímeros, que son parte esencial de sus componentes. Por lo tanto, si las industrias que proveen dichas materias primas no son carbono neutral, se pierde parte de la contribución.

Sumemos a lo anterior, que las materias primas viajan largas distancias desde los centros de extracción hacia los de producción, los que posteriormente envían los productos terminados al mundo por sistemas logísticos de alta huella de carbono. Y, una vez en los países de destino, estos equipamientos requieren un nuevo sistema logístico para su instalación y puesta en funcionamiento que reproduce parte del ciclo anterior sumando más emisiones de gases de efecto invernadero.

Segundo, como cualquier otro bien, estos equipamientos tienen un ciclo de vida que una vez cumplido genera residuos y, mientras más grande la industria, más grande la cantidad de residuos. En simple, siempre se requerirá adquirir nuevos equipamientos que reemplacen a los anteriores.

Por otra parte, los habitantes y territorios que contribuyen a la generación de las energías limpias pagarán un alto costo social y ambiental al transformarse en gigantescos cementerios de residuos industriales que, además, afectarán la licencia para operar de estas industrias en los territorios. Solo un dato, los trabajos de los profesores Rodrigo Palma e Iván Rosas de la Universidad de Chile han estimado que se generarán al 2050 cerca de 1 millón de toneladas acumuladas solo en paneles solares en Chile. Esto nos da una dimensión del problema que podemos enfrentar a nivel latinoamericano.

Intensificar el uso de energías renovables

¿Debemos detener entonces el desarrollo de las ERNC? Por ningún motivo. Es parte esencial para luchar contra el cambio climático y debemos intensificar su uso. Pero, para resolver esta paradoja, debemos salir del concepto de energías limpias y acercarnos a la economía circular.

Por una parte, impulsado la implementación de la circularidad en industrias como la minería, transportes, construcción, químicas, entre otras, para que la generación de energías limpias pueda aportar todo su potencial sin cargar con las emisiones de estas industrias. Por eso la mirada sistémica es esencial.

Asimismo, la economía circular abre posibilidades para repensar el diseño de equipamientos, partes e insumos, que son utilizados por las energías limpias, que permitan implementar procesos de remanufactura, reutilización y reciclaje para que nada se transforme en un desecho y retengamos valor.

En el mismo sentido, el impulso de mercados secundarios que utilicen los residuos como insumos de producción permite crear nuevos negocios, generar empleo e impulsar la investigación e innovación que, pensados desde una lógica territorial, son una oportunidad para el desarrollo de las regiones.

Todo ello ya se comienza a vislumbrar en diversos países y debemos trabajar conjuntamente para acelerar la transición, porque la paradoja de las energías limpias se resuelve con la economía circular.


Se definen como fuentes de energías renovables no convencionales (ERNC) a la eólica, la pequeña hidroeléctrica (centrales hasta 20 MW), la biomasa, el biogás, la geotermia, la solar y la energía de los mares.

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Andree Henríquez Aravena

Andree Henríquez Aravena

MBA de la Universidad de Chile. Director ejecutivo del Centro Tecnológico de Economía Circular (CircularTec) de Chile. Consultor del Programa Seguridad Energética y Cambio Climático en América Latina de la Fundación Konrad Adenauer.

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