Una abstención histórica, el regreso firme de un ex presidente de los noventa como primera opción y la irrupción de un outsider moderado, marcaron la elección. Diálogo Político convocó a expertos para analizarlo a fondo.
Costa Rica, una de las democracias de mayor calidad en América Latina, tuvo elecciones presidenciales y parlamentarias el 6 de febrero del 2022. Como en cada elección, el tablero político tuvo variaciones. Esta elección obligó una segunda vuelta en los candidatos que obtuvieron la principal votación y para analizar los cambios y reacomodos en el panorama Diálogo Político convocó a expertos a una Mesa de Análisis Electoral el pasado 7 de febrero.
Los invitados fueron Betsy Rojas, consultora política con amplia trayectoria y directora de la agencia Imacorp; y Sergio Araya, analista y coordinador de proyectos de la Fundación Konrad Adenauer (KAS) en Costa Rica. El espacio estuvo moderado por el director de KAS Partidos, Sebastian Grundberger.
Los resultados en Costa Rica
En Costa Rica no es común la segunda vuelta electoral para las presidenciales. No obstante, esta elección y su elevada cantidad de candidatos, logró provocarla. En la primera vuelta los triunfadores el ex presidente (1994-1998) José María Figueres con 27% de la votación y el economista y ex ministro del actual gobierno, Rodrigo Chaves con el 16%. Ambos irán a la segunda vuelta o ballotage el próximo 3 de abril. El pastor evangélico Fabricio Alvarado, líder del partido Nueva República, obtuvo un 15%.
“Figueres no pudo crecer en otros nichos de votos del universo electoral costarricense. Mantuvo el respaldo que tenía él y el respaldo de su partido. Ahí está su resultado”, expresó Araya. Por otro lado, agregó que Chaves se separó de la baja popularidad de la administración actual del presidente Carlos Alvarado, y potenció su diferenciación de los partidos tradicionales y del resto del sistema político.

Sobre la derrota de Fabricio Alvarado, recordado por sus controversiales y conservadoras declaraciones sobre diversidad sexual y otros asuntos sociales, y quien aparecía como posible segundo lugar por los estudios de opinión, Araya cree que “se mostró mucho más preparado que hace cuatro años, cuando fue un outsider que irrumpió en la escena política nacional. Trató mostrarse más plural y más democrático”. No obstante, no fue suficiente para lograr un resultado positivo. En otra vereda, el partido Unión Social Cristiana de la candidata Lineth Saborío, logró incrementar su bancada parlamentaria de 9 a 11 diputados.
El oficialismo, encabezado por el actual presidente, Carlos Alvarado, quedó fuera del Parlamento. “Jamás se había registrado que el partido oficialista quede sin representación legislativa. No logró ni el 4% de los votos ni obtuvo un diputado, lo que también lo saca del beneficio de financiamiento estatal del partido, porque para ello necesitan un mayor porcentaje, como establece la ley vigente. De tal manera que ha sido un revés muy fuerte para el gobierno”, explicó Sergio Araya. A criterio del analista este es ya un elemento que marca el carácter diferencial de esta elección.
Serán 57 los parlamentarios que integrarán el nuevo Congreso de Costa Rica y asumirán en mayo.

Algunos elementos claves
- La elección estuvo caracterizada por la dispersión del voto y el multipartidismo. 25 candidatos presidenciales.
- Alto porcentaje de abstención: el promedio común era del 34-35%, en este proceso ascendió hasta el 41%, el más alto en la historia del país.
- El incremento de los indecisos y de los no afiliados a partidos políticos a un 42% de la población votante antes de la elección.
- Ambos candidatos requerirán una ingeniería electoral sofisticada para conseguir los apoyos exactos que les permitan obtener una mayoría electoral en abril.
- A contrapelo con lo que ocurre en América Latina, se espera que para el ballotage la polarización no sea el factor más relevante de la campaña.
Una campaña diferente
Para Betsy Rojas, el contacto directo y mecanismos como el puerta a puerta y los recorridos urbanos y rurales fue una herramienta altamente funcional para los candidatos que pasan a la segunda vuelta. “Los partidos que tenían más estructura y bases para movilizar en todo el país tuvieron mejores resultados como José María Figueres, del Partido Liberación Nacional, y también a partidos como Unidad Social Cristiana”. Sin embargo, Rojas expresó que, aunque esta fue la regla, también hubo la excepción. En este sentido, el debutante partido Progreso Social Democrático y su candidato Rodrigo Chaves que pasó a la segunda vuelta como segunda opción, pudo capitalizar a su favor ataques recibidos durante la campaña que al final movilizaron un voto de opinión importante.
“Yo creo que más allá de las ideologías y de la doctrina partidaria, ahora está pesando más la emoción, la esperanza y, muy importante, el carácter pragmático del político. Es decir, la narrativa y la historia del candidato y su propuesta puede resolver los problemas”, expresó Rojas.
Ambos candidatos que pasaron a la segunda vuelta tienen muchas fortalezas, tienen contenido como demócratas y candidatos moderados. Tienen posibilidad de crecer, pero son varios los desafíos. Por el lado de Figueres, construir una imagen actual, y por el de Chaves amplificar su estructura y base de apoyo.