Entender la gobernanza regional latinoamericana

Entender la gobernanza regional latinoamericana

Con 14 organizaciones regionales en Latinoamérica, entender sus funciones y cómo se solapan sus mandatos puede ser complejo. El “regionalismo à la carte” representa frecuentemente un obstáculo para la cohesión de las políticas regionales.

Por: Philip Bracklo1 Abr, 2024
Lectura: 5 min.
Entender la gobernanza regional latinoamericana
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Artículo original en español. Traducción realizada por inteligencia artificial.

Una clave para entender el regionalismo latinoamericano es el concepto del “regionalismo à la carte. Se refiere a un enfoque flexible de la integración o la cooperación regional. En ella los países eligen selectivamente en qué aspectos o políticas regionales desean participar o adherirse. En lugar de comprometerse plenamente con un marco global de integración regional, los países pueden optar por participar en acuerdos o iniciativas específicas que se ajusten a sus intereses o prioridades, manteniendo al mismo tiempo la autonomía en otros ámbitos.

América Latina ha sido testigo de varios intentos de una integración regional a través de organizaciones regionales como la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y la Comunidad Andina (CAN), entre otras. Esto dio lugar a una proliferación de organizaciones regionales que tienen diferentes propósitos. Se extienden desde proyectos ideológicos, como la alianza bolivariana ALBA, hasta organismos de cooperación económica y comercial, como la Alianza del Pacífico.

En este sentido, la gobernanza regional latinoamericana difiere significativamente de los modelos europeos de integración regional. Mientras que la Unión Europea tiene un mandato de amplio alcance, en América Latina las competencias están dispersas en varias organizaciones regionales.

Organismos débiles

Durante las últimas décadas, en América Latina se han llevado a cabo varios intentos para fortalecer la integración regional mediante la instauración de parlamentos regionales, como el Parlasur, el Parlacen, el Parlandino, o el Parlatino. Sin embargo, a pesar de estos intentos, los órganos parlamentarios han enfrentado desafíos significativos para consolidarse como actores relevantes en el panorama político regional.

Uno de los principales obstáculos radica en la falta de capacidad ejecutiva de estos parlamentos. Tienen el potencial de desempeñar un papel en la toma de decisiones y en la promoción de políticas regionales. Sin embargo, su influencia práctica es muy limitada. En su mayoría, estos organismos se han limitado a funciones consultivas. Esto significa que carecen de autoridad para implementar o hacer cumplir las decisiones que toman.

En este contexto, las decisiones clave que afectan a la región aún recaen principalmente en los jefes de gobierno nacionales. A pesar de los esfuerzos por fortalecer la integración regional y la cooperación política, la soberanía nacional sigue siendo un principio fundamental que obstaculiza la transferencia de poder y autoridad a instancias supranacionales.

Los parlamentos regionales

Estabilidad institucional y crisis del regionalismo

Debido a la naturaleza intergubernamental y presidencialista de la política latinoamericana, muchas organizaciones regionales sufren un frecuente cambio del equilibrio de poder. Así, las elecciones nacionales pueden influir en el funcionamiento de las organizaciones regionales, como ocurrió en el Mercosur.

Los frecuentes cambios de jefes de Estado en los países latinoamericanos contribuyen significativamente a las dinámicas cambiantes de las organizaciones regionales. Esto suele dar lugar a políticas incoherentes y pone en peligro la cohesión de instituciones enteras, que dificulta las políticas de largo plazo.

Para ilustrarlo, tras la llegada de Jair Bolsonaro a la presidencia de Brasil, su administración supuso una amenaza sustancial para la continuidad de la participación de Brasil en organizaciones multilaterales, incluido el Mercosur. Bolsonaro contempló abiertamente la posibilidad de que Brasil se retirara de tales alianzas, introduciendo una atmósfera de incertidumbre e inestabilidad en el Mercosur. Similarmente, la elección de Javier Milei como presidente de Argentina se hizo eco de sentimientos similares, y su administración también consideró la posibilidad de abandonar el Mercado Común. Estos casos subrayan la susceptibilidad de las organizaciones regionales a las fluctuaciones políticas de los Estados miembros.

La influencia ideológica

La ideología desempeña un papel importante en la configuración de las organizaciones regionales latinoamericanas e influye a menudo en sus objetivos, prioridades y niveles de cooperación. Por ejemplo, organizaciones tal como la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) ejemplifican un grupo ideológico de la izquierda, que hace hincapié en la justicia social, el antiimperialismo y la solidaridad entre los estados miembros. Otras iniciativas como la Alianza del Pacífico se inclinan hacia una ideología neoliberal más orientada al mercado, dando prioridad a la liberalización económica, la facilitación del comercio y la promoción de la inversión.

Otras organizaciones, que pretendían incorporar ideologías diversas, como Unasur o Mercosur, se encontraron igualmente enredadas en divisiones ideológicas. Unasur fue creada para fomentar la integración regional en Sudamérica. Fracasó en 2018 debido a enfrentamientos ideológicos internos, especialmente entre líderes de derecha críticos con el apoyo de Unasur al régimen venezolano. Esta desavenencia puso de manifiesto los retos de mantener la cohesión dentro de un organismo regional diverso. Ya que las diferentes perspectivas políticas chocaban por cuestiones fundamentales.

También Mercosur, principalmente un bloque económico que fomenta un mercado común entre Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay, experimentó cambios en su composición, influidos en parte por consideraciones ideológicas. Las incorporaciones y expulsiones de miembros del Mercosur reflejaron a menudo cambios ideológicos dentro de los estados miembro o desacuerdos sobre los objetivos generales de la organización. Estas dinámicas demuestran la compleja interacción entre la cooperación económica y la alineación ideológica dentro de las organizaciones regionales.

Gobernanza latinoamericana

La gobernanza en América Latina se caracteriza por una amplia gama de organizaciones regionales. Cada una tiene sus propios propósitos políticos y alcances geográficos. Esto contrasta con los modelos clásicos de integración regional observados en otras partes del mundo. Esta diversidad refleja la complejidad de la región y la necesidad de abordar una variedad de desafíos políticos, económicos y sociales. Sin embargo, esta multiplicidad de organizaciones también las hace más susceptibles a influencias ideológicas, lo que puede dificultar la cohesión y la cooperación regional. Además, la preponderancia de los intereses nacionales a menudo prevalece sobre los objetivos comunes, lo que afecta la efectividad y la continuidad de los esfuerzos de integración.

Philip Bracklo

Philip Bracklo

Máster en política europea e internacional por London School of Economics. Licenciado en Relaciones Internacionales por la Universidad de Groningen. Ex practicante en la Fundación Konrad Adenauer en Montevideo.

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