Colombia presidió este año la Conferencia de las Partes del Marco Mundial de Biodiversidad Kunming-Montreal (COP16). Se propusieron dos grandes cambios frente a lo que ha sido esta COP en escenarios anteriores. Por un lado, darle mayor protagonismo a la gente y a los pueblos que a los gobiernos. Por otro, vincular esta COP de Biodiversidad con la COP de Cambio Climático.
Esta cumbre, realizada en Cali, incitó la movilización de amplios sectores de la sociedad colombiana alrededor de la protección ambiental. Marcó un precedente y generó nuevos mecanismos para la inclusión de los pueblos del mundo en la gobernanza global de la biodiversidad.
Pero también quedaron grandes retos. Sobre todo en términos de financiamiento y de acciones concretas para la protección ambiental por parte de los países extractores y acumuladores de riqueza.
Desafíos de la gobernanza ambiental
La gobernanza ambiental es un proceso de alta complejidad. Implica directamente a las comunidades locales en su relación con el territorio. Pero todas las acciones tienen una repercusión global. Y, asimismo, las grandes potencias económicas y políticas toman decisiones sobre acciones que no solo afectan al planeta como un todo, sino que tienen efectos diferenciados sobre lo más local.
Desde hace más de cinco décadas se alerta sobre la crisis ambiental civilizatoria que enfrenta la humanidad. Es justamente esto lo que ha propiciado la creación de estos convenios internacionales con sus respectivos organismos de gobernanza global. Sin embargo, estos acuerdos y organismos han sido poco efectivos y muy lentos en los urgentes requerimientos de esta crisis. La COP16 no es la excepción.
Por ejemplo, no pudo concluir la negociación del fondo dedicado al Convenio de Diversidad Biológica (CDB) (Fondo Marco Global para la Biodiversidad -GBFF-). A pesar de que la Presidencia de la COP, en cabeza del gobierno colombiano, propuso una ruta de financiamiento con una arquitectura financiera de diferentes mecanismos, lo que logró un amplio consenso entre la mayoría de países, finalmente no obtuvo la aprobación de la mayoría de potencias económicas dominantes. Esto amenaza el cumplimiento de los objetivos de protección de la naturaleza y sus metas que se han fijado para el año 2030. Sin embargo, se ve con optimismo una próxima reunión presencial que tendrán las partes el próximo trimestre. Se espera que, bajo el liderazgo del gobierno colombiano, se pueda concluir exitosamente esta negociación.
Importantes avances
Los principales logros de la COP16 se dirigen al protagonismo de los pueblos y las comunidades en la protección de la biodiversidad. La cumbre reconoció la dificultad de funcionarios, gobiernos y empresas para avanzar en este sentido. En este escenario, le da el lugar que merecen las comunidades acorde a sus procesos históricos y sus reivindicaciones actuales.
Uno de los principales avances de esta COP es la creación del Fondo de Cali. Establece que las empresas que utilizan Información de Secuencia Digital (DSI) de recursos genéticos de biodiversidad en sus productos deben pagar una parte de sus ganancias o ingresos (1% de ingresos o 0,1% de ventas) al fondo, de cuyos recursos, por lo menos el 50% se asignará a los pueblos indígenas y las comunidades locales, ya sea directamente o a través de los gobiernos.
Este fondo viene acompañado de la adopción del Programa de Trabajo para pueblos indígenas y comunidades locales. También, un Órgano Subsidiario y Grupo de Campeones para este fin, liderado por Colombia y México con el apoyo de más de 17 países (y en aumento).
Adicionalmente se logró el acuerdo para crear una comisión internacional para identificar y definir Áreas Marinas de Importancia Ecológica o Biológica (EBSA) en aguas internacionales. Asimismo, se creó el Plan de Biodiversidad y Salud, de trascendental importancia después de los aprendizajes que nos debe dejar la pandemia de covid-19.
Alianza desde el Sur
Finalmente es necesario resaltar la alianza de Brasil y Colombia en este escenario, cuyo liderazgo ha sido clave para promover el reconocimiento de los pueblos afrodescendientes y para fortalecer la articulación de medidas conjuntas en términos de cambio climático y biodiversidad.
Brasil y Colombia propusieron el reconocimiento de las contribuciones de los pueblos afrodescendientes y fue aprobada la figura que permite que los gobiernos destinen recursos del Convenio de Biodiversidad a estos pueblos. Así mismo se creó el Caucus sobre afrodescendientes, un sistema que facilita la participación directa de delegados de organizaciones afrodescendientes en algunas de las negociaciones.
Aún sin resultados concretos, pero con un potencial trascendental, Brasil y Colombia plantean la alianza clima-biodiversidad rumbo a la COP30 de cambio climático. Esta propuesta es muy importante porque se ubica como una talanquera frente al conocido “greenwashing”, a través del cual empresas y gobiernos plantean “soluciones verdes” que solo profundizan la crisis. Tal es el caso de la transición energética, que para lograr la descarbonización plantea soluciones de minería devastadora en busca de los recursos necesarios para la generación y almacenamiento de energía eléctrica. En este sentido se plantea una visión más integral en la que se pueda lograr un transición energética justa y en paz con la naturaleza, que mientras se reducen las emisiones, al mismo tiempo se logre conservar y restaurar la biodiversidad.
Más gente en la COP
Según Lin Li, directora global de Política e Incidencia de WWF Internacional, “tras años de asistir a las COP de la CBD, esta verdaderamente ha sido la COP de la gente, con la mayor participación de pueblos indígenas, afrodescendientes , campesinos, mujeres y jóvenes que nunca”. Por primera vez en la COP, los pueblos indígenas fueron negociadores directos, esta vez a nombre del gobierno colombiano.
Esta fue la COP en la que más personas han participado en la historia. Fueron 25.000 delegados en la zona azul. Se realizaron 1.100 eventos académicos, culturales y artísticos vinculados a la biodiversidad en la zona verde. Se esperaban más 150.000 personas y finalmente se recibieron más de 900.000 visitantes.
Desde Extituto de Política Abierta, con el apoyo de la KAS y EKLA, se propuso un modelo de innovación para la democracia ambiental en América Latina. Se planteó que las comunidades especialmente afectadas por los efectos del cambio climático fueran las protagonistas de las decisiones y soluciones.
Más allá de los logros y dificultades institucionales, la COP16 fue un escenario de movilización y concientización. Es tal vez el evento internacional más importante en la historia de Colombia. Como tal, logró que los medios de comunicación se centraran en él y que miles de personas participaran. Logró que millones tuvieran a la biodiversidad y protección ambiental como tema de conversación. Así como tema en la agenda para la sociedad y muchos gobiernos locales, políticos y funcionarios públicos. Abrió el camino para que en adelante este tema siga siendo el principal para desarrollar las necesarias transformaciones sociales y políticas que exige nuestra era.